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LiteraturaBiografía

Veintimilla de Galindo, Dolores (1829-1857).

Poetisa ecuatoriana nacida en Loja en 1829 y muerta en Cuenca el 23 de mayo de 1857. Mujer de inteligencia precoz y de exquisita sensibilidad artística, inauguró, desde el punto de vista generacional, el romanticismo en Ecuador. Nacida en el interior de una familia aristocrática, fue educada con esmero en todo aquello que en la época requería una completa formación femenina. Al cumplir los 18 años contrajo matrimonio con el señor Sixto Antonio Galindo, médico colombiano, el cual se encargó de que continuara su educación literaria y le facilitó toda clase de libros, que ella aprovechó para conseguir una sólida ilustración. Todo ello, unido a su natural agraciado, la convirtieron en una mujer excepcional. En 1854 se trasladaron a vivir a Cuenca. Pronto su esposo viajó a Centroamérica con la ilusión de mejorar en su profesión, por lo que dejó a Dolores sola con su hijo en un medio desconocido; sin embargo, Dolores inició una vida activa e intelectual y se rodeó de los más reconocidos literatos y poetas de la sociedad cuencana. El 20 de abril de 1857 fue testigo del fusilamiento de un indígena, lo cual la impresionó tanto, que escribió el poema "Necrología" en el que pedía al "Gran Todo" que liberara al Ecuador de la ley que permitía la pena de muerte. El hecho de denominar a Dios "Gran Todo" dio pie al canónigo Dr. Ignacio Marchán para acusarla de panteísta, con lo que dio inicio a una polémica con la poetisa, de la cual ésta salió humillada y sumida en un gran vacío social.

Toda esta desazón fue minando su temple hasta hacerla caer en un estado de depresión que la impulsó a quitarse la vida envenenándose. Su cuerpo fue enterrado en la quebrada de Supay-Guayco, donde se enterraba a los considerados impíos. Al año siguiente, su esposo consiguió el permiso para trasladar sus restos a una elegante urna donde todavía reposan. De sus poemas -de lenguaje castizo y de forma armoniosa y perfecta, en los que se fusionan el amor y el dolor-, son pocos los que se conservan, pues Dolores quemó casi toda su producción. Algunos de ellos son: "A Carmen, remitiéndole un jazmín del cabo", "Quejas", "Sufrimientos", "Aspiración", "Anhelo" y "Desencanto". Carolina Monge recogió en 1908 la más completa colección de su producción poética, junto con su escrito Recuerdos. Se han ocupado de su biografía Ricardo Márquez Tapia, en 1968, y Humberto Mata, en 1976, con su libro Dolores Veintimilla asesinada. La poetisa mereció también el elogio de Menéndez Pelayo.

Autor

  • CCG.