Valero de Bernabé, Antonio (1790-1863).
Militar español de origen puertorriqueño, nacido en Fajardo el 26 de octubre de 1790 y fallecido en Bogotá (Colombia) el 7 de junio de 1863, participó en la Guerra de la Independencia española y en la emancipación de Hispanoamérica y está considerado uno de los primeros luchadores por la independencia de Puerto Rico.
Hijo de un oficial español de guarnición en la isla, a los trece años fue enviado a España para iniciar la carrera de armas en la Academia Militar de Madrid, donde en 1808 le sorprendió el estallido de la guerra contra la Francia napoleónica. Alistado de inmediato en el ejército español con la graduación de teniente, participó en la batalla de Tudela en la que resultó herido de bala en un tobillo y a continuación se trasladó a Zaragoza donde, en calidad de ayudante del Marqués de la Cañada, jefe de la Cuarta División del Ejército de Aragón, se distinguió en la encarnizada defensa de la ciudad frente al asedio de las tropas francesas, aunque finalmente cayó prisionero el 28 de febrero de 1809 cuando defendía las posiciones del Arrabal. Ese mismo año logró escapar y unirse de nuevo, ya con la graduación de coronel, a las fuerzas españolas. Desde entonces y hasta el final de la contienda luchó en las batallas de León, Tarragona y Sagunto, volvió a resultar herido en dos ocasiones y fue condecorado con la Cruz Laureada de San Fernando, la más alta distinción militar española.
Tras la guerra ejerció el cargo de ayudante del capitán general de Andalucía, Juan O'Donoju, e, impulsado por su ideología liberal, pronto se adhirió al círculo de militares favorables a la aprobación de la Constitución de 1812, entre los que se encontraba el también puertorriqueño Demetrio O'Daly, y al movimiento de logias masónicas que agrupaban a sus partidarios. En consecuencia, apoyó con las tropas a su mando el levantamiento liberal de Riego en 1820. Ese mismo año, O'Donoju fue nombrado virrey de México y Valero le acompañó a su nuevo destino, con la graduación de brigadier general.
Fue un firme partidario del Tratado de Córdoba, que prácticamente garantizaba la independencia de México pero, al asumir el poder absoluto del país el caudillo Agustín de Iturbide (1821), renunció a su cargo. Embarcó con destino a Sudamérica y tras ser apresado por el camino fue conducido a La Habana. En Cuba, su amistad con el gobernador de la isla, el general Vives, a quien conocía desde el levantamiento de Riego, propició su huida a bordo de un buque estadounidense y la llegada finalmente a Colombia.
De inmediato fue nombrado general de brigada del Ejército Libertador de Simón Bolívar, quien afirmó de él en una carta: "(...) no he hecho más que verlo, pero me parece un excelente oficial por lo que he visto y por lo que he oído de él y por su fisonomía (...)". Puesto al mando de una división bajo la autoridad del general Carlos Soublette, dirigió una expedición contra las fuerzas realistas del Perú, logró entrar en Lima y participó en el asedio de El Callao, el último bastión de las fuerzas españolas en territorio peruano. Valero fue amigo personal y colaborador del futuro presidente colombiano Francisco de Santander, quien le nombró ministro de la Suprema Corte Marcial de Colombia, y en 1825 ejerció el cargo de Jefe de Estado Mayor del Ejército Libertador.
Persuadido de la necesidad de trasladar la lucha por la independencia a las islas del Caribe, convenció a Bolívar para organizar una expedición rumbo a Cuba y Puerto Rico, en la que él mismo participaría al mando de las tropas junto a los generales Sucre y Páez. Para desgracia de Valero, las presiones diplomáticas de las potencias, y en especial de Estados Unidos, sobre el Libertador, instándole a no intervenir en el ámbito antillano, frustraron finalmente la operación, que no obstante está considerada como el primer intento militar en favor de la independencia de Cuba y Puerto Rico.
En 1828 fue nombrado comandante general de los Valles de Arangua y gobernador militar de Puerto Cabello y, al año siguiente, comandante de armas de la capital de Venezuela, Caracas, y miembro de la Junta de Generales del país. Casado desde 1811 con la española María Madrid, tras la muerte de ésta volvió a contraer matrimonio con Trinidad Lara Martínez, con quien tuvo ocho hijos. Hasta su muerte en 1863 desempeñó un relevante papel en la política venezolana; fue en dos ocasiones ministro de Guerra y Marina (1830 y 1857-1858). En 1860, como comandante de las provincias de Aragua, Caracas y Guarico, se unió a la revolución federalista de los generales Juan Falcón y Ezequiel Zamora. Tras la derrota en la batalla de Coclé se vio obligado a refugiarse en Colombia, donde el presidente Tomás de Mosquera, antiguo compañero de armas, le nombró Jefe del Estado Mayor del Ejército en 1861.
MAH
