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HistoriaPolíticaBiografía

Valente, Flavio. Emperador de Roma (328-378).

Emperador romano. Nació en Cibalae (Panonia) alrededor del 328 y murió en Adrianópolis en el 378. Fue emperador de la parte oriental del Imperio Romano entre los años 364 y 378. Durante su reinado se produjo el avance de los visigodos en el interior del Imperio Romano, a los que permitió establecerse al sur del Danubio.

Era hermano del emperador Valentiniano I, quien al ser elegido por las tropas se vio obligado a nombrar un corregente, por lo que en el 364 concedió a Valente el titulo de Augusto y le confió el mando de la parte oriental del Imperio. La proclamación tuvo lugar el 28 de marzo del 364 en la localidad de Hebdomon, justo un mes después del ascenso de Valentiniano I al trono. La narración de la ceremonia fue realizada por el escritor Temistio en una de sus obras. Su nombramiento confirmó en la práctica la división en dos mitades del Imperio, el cual se encontraba sumergido en una profunda crisis económica y política. A Valente le correspondió el mando de las prefecturas de Oriente que incluían el territorio comprendido entre Tracia, Cirenaica y Persia.

Al contrario que su hermano, ambos hijos de Graciano un militar que había sido Comes Domesticorum y Comes Rei Militari en África y Britania, Valente no había desarrollado una brillante carrera militar. Hasta su ingreso en el ejército en el 360 con el grado de Protector Domesticus, había permanecido la mayor parte de su tiempo en su tierra natal al frente de los negocios de su familia. Tras dos meses de corregencia, los dos emperadores partieron de Constantinopla con destino a Iliria, su tierra natal. En las afueras de Naissus dividieron el ejército y a los funcionarios de la administración a partes iguales. Valente regresó a Constantinopla en diciembre del 364. Convertido al arrianismo Valente persiguió durante su reinado a los católicos. Algunos obispos fueron desterrados y otros destacados miembros de la iglesia católica fueron asesinados.

Su objetivo tras el invierno era conseguir estabilizar las fronteras orientales de su territorio. Sin embargo el emperador tuvo que cambiar sus planes para hacer frente al usurpador Procopio, pariente de Juliano el Apóstata, y quien se había hecho coronar emperador en Constantinopla en el otoño del 365. Valente se encontraba en Capadocia cuando recibió la noticia de la sublevación. Procopio, quien se había opuesto al nombramiento de Valente, había conseguido escapar al arresto escondiéndose de las fuerzas imperiales. Aprovechando la ausencia del emperador Procopio había regresado a Constantinopla, donde convenció a dos unidades militares para que se apoderaran de la capital y le proclamaran emperador, hecho que ocurrió el 28 de septiembre del 365.

El rebelde también contaba con el apoyo de los intelectuales paganos, a quienes el emperador denostaba y había marginado y perseguido. Procopio comenzó a ganarse el apoyo de los ciudadanos de Constantinopla haciendo circular el rumor de que el emperador Valentiniano había muerto y emitiendo monedas con representaciones que acentuaban su procedencia de la dinastía constantiniana. Las noticias de Constantinopla llegaron a Valente, lo que le hizo dudar y plantearse la posibilidad de abdicar, pero al final se decidió por combatir. La noticia de la usurpación pilló por sorpresa al emperador, quien por primera vez se dio cuenta de la fragilidad de su poder, a causa del gran poder que todavía tenían los partidarios de los constantinianos.

La reacción del emperador en un primer momento se vio obstaculizada por el hecho de que la mayor parte de sus tropas se encontraban en Siria. Las primeras tropas que Valente envió contra Procopio desertaron y se unieron a la revuelta. La situación se volvió tan grave que hasta el propio emperador estuvo a punto se ser apresado en las cercanías de Calcedonia. Pidió ayuda a su hermano, quien se negó a enviar tropas ante el temor de dejar desprotegido su territorio. La indecisión imperial permitió a las tropas de Procopio hacerse con el control de las diócesis de Tracia y Asiana. En la primavera del 366 Valente por fin consiguió reunir un potente ejército con el que penetró en Asia Menor.

En Tiatira derrotó al principal general de Procopio, Gomoario. La derrota produjo numerosas deserciones en las filas de Procopio, quien fue entregado por sus partidarios a Valente para que fuera ejecutado, a cambio de que sus vidas fueran respetadas. El hecho de que fueran las tropas formadas por godos las primeras que se unieron a Procopio, le convenció que estos estaban muy cerca de la rebelión, por lo que Valente decidió atacar a su tribus de origen. En la primavera del 367 ordenó a sus tropas cruzar el Danubio y atacar a los godos tervingi comandados por Atanarico, estos se refugiaron en los Montes Serrorum y evitaron el enfrentamiento con las tropas de Valente.

Al año siguiente el emperador, que no pudo cruzar el Danubio a causa de unas inundaciones, ordenó reforzar las fortificaciones de la zona. En el 369 volvió a ordenar un nuevo ataque, esta vez contra la tribu gótica de los greutungos. Atanarico pidió la firma de un tratado de paz, petición que fue atendida por Valente. El acuerdo fue firmado por ambos mandatarios en un barco situado en mitad del río. El tratado ponía fin a las relaciones comerciales entre bárbaros y romanos, y a la incorporación de godos las tropas romanas. Esta última decisión debilitó de forma notable las tropas del emperador. Aceptó este tratado notablemente desfavorable a sus intereses a causa de las complicaciones existentes en al frontera oriental. Una vez que consiguió estabilizar la situación en el Danubio puso todo su atención en reforzar las fronteras del Imperio con Persia, por lo que emprendió una serie de campañas contra los persas.

El soberano persa, Sapor, trataba de forzar la deserción del rey de Armenia, Arsaces, que era el principal aliado de los romanos en al zona. Los persas mandaron una fuerza expedicionaria contra Armenia que acabó conquistando el reino. El hijo de Arsaces, Pap, consiguió huir en el 367 y se refugió en la corte de Valente. El emperador envió al general Arintaeo a Armenia con el fin de situar a Pap en el trono armenio. Nuevamente Pap fue expulsado y Valente consiguió devolverle por segunda vez la corona en el 370. Cuando los persas contraatacaron en el 371 fueron derrotados por los generales de Valente, Trajano y Vadomario, en Bagavan. Como consecuencia ambos soberanos firmaron un acuerdo que aseguraba la paz entre ambas potencias por un período de cinco años.

Pap por su parte se sublevó contra los romanos, a quienes debía el trono, y les exigió la entrega de numerosos ciudades entre las que se encontraba Edesa, Valente mandó ejecutar al rey armenio y puso en su lugar a Varazdat, aunque el gobierno era ejercido realmente por el regente Musel Mamikonean, un fiel aliado de Roma. A finales del 375 cuando se acercaba el final del acuerdo de paz con los persas Valente comenzó a reunir en la frontera con Persia un potente ejército. Los preparativos se vieron entorpecidas por una revuelta surgida en Isauria, una región montañosa de Cilicia, lo que obligó a desviar tropas. Para evitar estas carencias militares emprendió un ambicioso programa de reclutamiento. El emperador se vio obligado a interrumpir los preparativos de las operaciones contra los persas debido a la llegada de numerosas tribus godas a Mesia, donde se asentaron en el año 375 al ser expulsados de sus tierras por el avance de los hunos.

Con el fin de ganarse el apoyo de los recién llegados y con la esperanza de poder integrarlos en su ejército les permitió establecer asentamientos al sur del Danubio, con la única condición de que abandonaran las armas. Esperaba que los hombres de esta tribu góticas reforzaran su ejército y el permitiera depender menos de las levas entre la población de las provincias. El jefe de las tribus godas, Fritigern, tenía estrechas relaciones con Valente, ya que le había apoyado en sus luchas contra Atanarico. Los jefes de los godos, Alavivo y Fritigern, enviaron una embajada a Valente que se encontraba en Antioquía. Los embajadores pedían tierras a cambio de ofrecer hombres para el servicio en el ejército imperial.

Los planes del emperador en un primer momento dieron resultados, pero los abusos de los funcionarios imperiales romanos dirigidos por el conde Lupicinus, entre los cuales reinaba una profunda corrupción, hizo crecer el malestar entre los godos, quienes se sublevaron con Fritigern al frente en el 378. Aprovechando la estancia de las principales tropas de Valente en Isauria y la frontera de Persia un nutrido grupo de bárbaros formado por godos, alanos y hunos cruzaron el Danubio. Las tropas romanas estacionadas a orillas del río fueron incapaces de frenar su avance. La rebelión se extendió entre todos los bárbaros establecidos al sur del Danubio.

Los rebeldes derrotaron a las unidades romanas en la provincia de Tracia. Posteriormente los godos derrotaron a las tropas comitatensis envidas desde diferentes provincias en la batalla de Ad Salices, lo que les entregó el control del sur de Tracia. Ante la gravedad de la situación el emperador solicitó la ayuda de su sobrino Graciano, quien había sustituido a Valentiniano I al frente de la parte occidental del Imperio. El emperador de Oriente partió de su base de Antioquía con un débil ejercito en mayo del 378, efectuando su entrada en Constantinopla el 30 de mayo. Tras la llegada de refuerzos procedentes de Tracia, Valente pudo por fin ponerse al frente de un potente ejército con el que se dirigió a Adrianópolis, donde estableció su cuartel general. Sus generales Ricimer y Víctor le recomendaron esperar a las tropas de Graciano mientras que otro general, Sebastián, le recomendaba lanzarse al ataque de inmediato.

Valente finalmente decidió avanzar con sus tropas. Un encuentro fortuito de las caballerías desencadenó el combate en el peor momento para los romanos. La caballería romana fue dispersada y su infantería fue rodeada tan estrechamente por las tropas bárbaras que apenas tenía sitio para maniobrar. El enfrentamiento con las tropas de los godos tuvo lugar en la batalla de Adrianópolis. Durante la batalla, que tuvo lugar el 9 de agosto del 378, una parte del ejército romano, que estaba formado en su mayor parte por bárbaros, se pasó al enemigo. Las líneas romanos cedieron definitivamente cuando se produjo el ataque de la caballería de los godos. El emperador fue herido durante la batalla, pero consiguió escapar y refugiarse en una granja, en la que encontró la muerte tras ser incendiada por los godos. El ejército romano de oriente fue totalmente destruido, perdiendo aproximadamente unos 20.000 hombres, lo que suponía dos tercios de sus efectivos. La derrota de Adrianópolis supuso el comienzo de la desintegración del Imperio Romano. Tras la muerte de Valente, Graciano nombró Augusto de Oriente al hispano Teodosio, hijo de Teodosio el Mayor, a quien Graciano había hecho matar poco antes.

JLGC

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