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HistoriaPolíticaBiografía

Uribe Vélez, Álvaro (1952-VVVV).

Abogado y político colombiano nacido en Medellín el 4 de julio de 1952. Disidente del Partido Liberal, el 26 de mayo de 2002 logró la mayoría absoluta en las elecciones presidenciales para sustituir en la más alta magistratura del país al conservador Andrés Pastrana. Cuatro años más tarde y tras impulsar una reforma constitucional que posibilitara su reelección, Uribe renovó su mandato, de nuevo con el respaldo mayoritario del electorado.

Estudiante brillante desde los primeros ciclos educativos, en 1977 se doctoró en Derecho y Ciencias Políticas por la Universidad de Antioquía. Un año antes, había comenzado ya su responsabilidad en la administración colombiana como jefe de Bienes de las Empresas Públicas de Medellín, cargo que abandonó en 1977 para asumir la Secretaría General del Ministerio de Trabajo en el gabinete del presidente liberal López Michelsen. Ocupó la Dirección de Aeronáutica Civil entre 1980 y 1982 y ese último año fue elegido alcalde de su ciudad natal. También fue concejal del consistorio de Medellín desde 1984 hasta 1986 y su proyección política continuó durante dos legislaturas consecutivas como senador de la República, una labor que fue reconocida con varias distinciones honoríficas. En 1993 completó su formación en la Universidad de Harvard, donde se graduó como Especialista en Administración y Gerencia y cursó estudios de Negociación de Conflictos.

Tras las elecciones de 1994 abandonó la Cámara Alta para asumir un nuevo compromiso político como gobernador del departamento de Antioquia, uno de los más castigados por la violencia guerrillera. El asesinato de su padre en 1983, a manos de los hombres de Marulanda, había marcado profundamente las convicciones de Uribe y su gestión al frente del gobierno departamental, que se prolongó hasta 1997, estuvo caracterizada por una postura firme en la lucha contra las FARC y el ELN que implicaba una polémica defensa de las llamadas "asociaciones comunitarias de vigilancia", cuya actuación fue muy cuestionada desde Naciones Unidas y diferentes Organizaciones No Gubernamentales. Su posición le convirtió en blanco preferente de las amenazas de la guerrilla, el ELN le declaró "objetivo militar" y atentó contra su vida en octubre de 1997, aunque consiguió salir ileso del ataque. Durante los dos años siguientes permaneció alejado de la vida pública y viajó con asiduidad al Reino Unido, donde disfrutó de la beca Simón Bolívar del Consejo Británico para ejercer como profesor asociado de la Universidad de Oxford.

En 2000 regresó a la primera línea de la arena política para anunciar su candidatura a la presidencia, fuera de las listas del Partido Liberal (PL), en las elecciones previstas para el mes de mayo de 2002. La disidencia no fue bien acogida por el liberalismo oficial, en el que Uribe había forjado toda su trayectoria política y del que se fue alejando de forma progresiva, a medida que adoptaba posiciones más conservadoras. El propio Partido Social Conservador del presidente saliente, Andrés Pastrana, anunció pocas semanas antes de las elecciones su adhesión a la candidatura de Uribe, después de que las disidencias internas y los malos resultados en las últimas elecciones parlamentarias defenestraran las opciones de su propio candidato, el ex ministro Juan Camilo Restrepo.

La designación del periodista Francisco Santos Calderón como aspirante a la vicepresidencia y número dos de la candidatura presidencial de Uribe tampoco estuvo exenta de polémica. "Pacho" Santos, que estuvo secuestrado por los "narcos" en 1990 y en 2000 tomó el camino del exilio tras recibir amenazas de la guerrilla, era directivo y accionista de El Tiempo, el único periódico de circulación nacional y el más influyente del país. El propio diario anunció días antes de los comicios que, por primera vez en su historia, no apoyaría al candidato oficial del Partido Liberal, en esta ocasión, Horacio Serpa, sino al tándem Uribe-Santos.

Al margen de las disputas políticas, la campaña electoral a las presidenciales colombianas estuvo marcada por la intensificación de los episodios de violencia tras la ruptura definitiva del proceso de paz entre el Gobierno de Pastrana y las FARC. El propio Uribe sobrevivió a varios atentados y logró ponerse a la cabeza de los sondeos pre-electorales a pesar de que, desde algunos sectores del Partido Liberal, se denunciaron supuestos apoyos de los paramilitares de las AUC a su campaña. El candidato negó de forma tajante la acusación aunque mantuvo su tradicional discurso de utilizar la ofensiva militar y crear una milicia civil como único medio de lucha efectiva contra los movimientos guerrilleros.

Celebrada la primera vuelta de los comicios presidenciales el 26 de mayo de 2002, la candidatura de Uribe logró un triunfo rotundo con más del 53% de los sufragios. Horacio Serpa, que aspiraba por segunda vez al cargo, obtuvo el 31,45% de los votos. La mayoría absoluta hizo innecesaria la celebración de una segunda vuelta y el disidente liberal se convirtió en presidente electo de la República para suceder a Pastrana. Poco después de conocer los resultados, Uribe solicitó la mediación de Naciones Unidas para reanudar las conversaciones con la guerrilla, siempre que las FARC aceptaran una tregua total. Con la promesa de regenerar la vida política colombiana, tomó posesión del cargo el 7 de agosto de 2002 pero su investidura fue saludada por una ola de atentados, atribuidos a las milicias urbanas de las FARC en Bogotá, que arrojó un saldo de diecisiete muertos. Cinco días después, el nuevo jefe del Estado colombiano decretó el llamado "estado de Conmoción Interior", una especie de estado de sitio encubierto que sirvió para amparar, un mes más tarde, la aprobación del "Decreto 2002" que otorgaba potestad al Ejecutivo para ordenar detenciones sin orden judicial, interceptar comunicaciones y crear zonas militarizadas. No obstante, la Corte Constitucional del país decretó la ilegalidad, por defectos formales en su constitución, de las llamadas "zonas de rehabilitación y consolidación" bajo control militar, creadas por Uribe.

El 11 de diciembre las fuerzas de seguridad frustraron un atentado contra el presidente en Medellín y, en los últimos días del año, coincidiendo con un rebrote de los ataques violentos de las FARC en la capital del país, Uribe anunció la creación en Bogotá de un nuevo cuerpo policial permanente para actuar contra la guerrilla. Iniciado el nuevo año, el presidente manifestó su convencimiento de que el problema colombiano requería un esfuerzo multilateral y pidió un despliegue militar como el que, por aquellos días, el ejército estadounidense ejercía en el golfo Pérsico para presionar a Irak.

Cumplidos ya sus primeros doce meses de Gobierno y con una cuota de popularidad superior al 70%; un grado de apoyo desconocido hasta entonces en el país, el presidente optó por someter a referéndum su ambicioso proyecto de reformas políticas y fiscales. Concebida como un plebiscito sobre su gestión, la consulta se celebró el 25 de octubre de 2003, pero la alta abstención (no se alcanzó el 25% de participación) impidió validar el referéndum. Fue un severo varapalo para Uribe pero no el único porque, además, fue testigo de como sus candidatos favoritos en las elecciones locales perdían ante el avance de las fuerzas de izquierda en las principales ciudades del país, incluida la capital. Luis Eduardo Garzón, ex sindicalista, ex candidato presidencial y líder del Polo Patriótico, logró la alcaldía de Bogotá; considerada como el segundo puesto político del país tras la jefatura de la República.

El presidente concluyó el año embarcado en una severa crisis política provocada por la dimisión de varios ministros de su Gabinete y la renuncia del jefe de las Fuerzas Armadas, el general Jorge Enrique Mora. No obstante, convencido de lo acertado de su gestión y de la necesidad de ampliar el plazo de su mandato al frente del país para completar sus reformas económicas y su campaña de lucha contra el terror, Uribe puso a trabajar a sus colaboradores en una reforma constitucional que abriera la puerta a la reelección. En mayo de 2004, el Senado aprobó el proyecto de ley y en octubre de ese mismo año fue la comisión parlamentaria encargada de asuntos constitucionales la que dio luz verde a las pretensiones del líder liberal. El 30 de noviembre, el Congreso colombiano aprobó finalmente la reforma constitucional que permitía a Uribe optar a un nuevo mandato. Un año después, en octubre de 2005, la Corte Constitucional avaló la iniciativa legislativa que abría la vía a la reelección inmediata del presidente y el 27 de noviembre de ese mismo año Uribe anunció oficialmente su candidatura.

El camino del presidente hacia la reelección quedó definitivamente allanado tras las elecciones legislativas del 12 de marzo de 2006 en las que el bloque de partidos uribistas [siete agrupaciones políticas] logró un triunfo arrollador, con 61 de los 102 escaños del Senado y 91 de los 166 diputados de la Cámara de Representantes. También fue incontestable su victoria en las presidenciales de mayo: 6,8 millones de colombianos [62,1%] votaron a favor de Uribe y le entregaron en bandeja el segundo mandato. Frente a esta amplia mayoría, poco pudieron hacer sus principales rivales; Carlos Gaviria, del izquierdista Polo Democrático Alternativo, conquistó al 22,1% del electorado, mientras Horacio Serpa, candidato del Partido Liberal, alcanzó el 11,8%.

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  • 0205 ISC.