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Ingeniería y tecnologíaMatemáticasBiografía

Turing, Alan (1912-1954).

Matemático e inventor británico nacido el 23 de junio de 1912, en Paddington, Londres, y muerto el 7 de julio de 1954 en Cheshire (Inglaterra). Se le considera el padre de lo que en la actualidad conocemos como ordenador, aunque también fue pionero en los estudios de inteligencia artificial. Además, durante la Segunda Guerra Mundial su trabajo para descifrar los códigos de los mensajes alemanes ayudó a salvar una enorme cantidad de vidas.

Desde pequeño Alan Turing siempre se dejó guiar por sus propias ideas. Esto, además de otros problemas, hizo que tuviera una gran dificultad para adaptarse a las escuelas en las que estudió.

Sin embargo, pese a su mala letra y a sus respuestas poco convencionales a los problemas y ejercicios que le planteaban, Turing ganó todos los premios de matemáticas que se ofrecieron a lo largo de su estancia en Sherbone School, la escuela en la que ingresó en 1926. No le ocurrió lo mismo en otras asignaturas de gran interés para él, como la química, en la que su originalidad e independencia a la hora de resolver las preguntas que se le proponían le acarrearon duras críticas por parte de sus profesores.

Después de unos años muy difíciles en la escuela y de dos intentos de obtención de una beca que le permitiera seguir estudiando, en 1931 Turing ingresó en el King's College de Cambridge para estudiar matemáticas. Por fin encontró un lugar donde se sentía a gusto y donde podía aprender a su manera. Allí leyó a Bertrand Russell y a von Neumann, y se empezó a interesar por la lógica matemática.

El mismo año que comenzó a mostrar este interés por la lógica, 1933, se unió al movimiento en contra de la guerra que se generó en Gran Bretaña con motivo del ascenso de Hitler al gobierno alemán. Un año más tarde se graduó en matemáticas.

En 1936 publicó una obra en la que, entre otras cosas, describía una máquina a la que se podía instruir con una cinta magnética dividida en partes. La máquina leía las instrucciones de una parte, las ejecutaba y pasaba a la siguiente parte. Lo más importante de esta idea es que Turing estaba describiendo un ordenador moderno antes de que existiesen los medios tecnológicos para construirlo.

Tras un periodo en Estados Unidos, en 1938 volvió a Cambridge y al poco tiempo fue llamado por el gobierno británico para intentar descifrar los códigos Enigma alemanes. Este trabajo resultó de vital importancia, ya que durante la Segunda Guerra Mundial desarrolló, junto con W.G. Welchman, una máquina llamada Bombe que a finales de 1940 descifraba todos los mensajes enviados por las máquinas Enigma de la Luftwaffe alemana. Además, pese a que los mensajes de las máquinas Enigma de la armada alemana eran mucho más difíciles de descifrar, gracias en buena parte al empeño de Turing, en 1941 se consiguió descifrarlos. Estos dos hechos fueron uno de los logros con los que se consiguieron salvar más vidas humanas a lo largo de la guerra.

Cuando terminó la guerra comenzó a diseñar un ordenador, el Automatic Computing Engine (ACE), para el National Physical Laboratory, pero se encontró con problemas debidos a lo ambicioso del proyecto que había diseñado. En esta época también se dedicó de manera bastante seria al atletismo, e incluso se estuvo preparando para competir en los Juegos Olímpicos de Londres de 1948.

Su antiguo profesor, Newman, le ofreció en 1948 un puesto de profesor de matemáticas adjunto en la Universidad de Manchester, puesto al que se incorporó tras abandonar definitivamente el proyecto de construcción del ACE. Tres años después fue nombrado miembro de la Royal Society de Londres como reconocimiento a la investigación que realizó en 1936 sobre las máquinas de Turing en 1936. En esta época se dedicó a la aplicación de las matemáticas a la biología, especialmente al estudio de la creación y el desarrollo de los distintos órganos en los embriones (la morfogénesis).

Con su artículo Maquinaria Computacional e Inteligencia, publicado en 1950, sienta las bases de la inteligencia artificial y describe el llamado Test de Turing, con el que aún hoy en día se mide el nivel de inteligencia que tiene una máquina.

En 1952 Turing se presentó en una comisaría para denunciar un chantaje al que estaba siendo sometido a causa de su relación con un joven de Manchester, y lo que consiguió fue ser arrestado por prácticas homosexuales. Ante su negativa a defenderse, argumentando que él no hacía nada malo, fue declarado culpable, aunque no ingresó en prisión a cambio de someterse a un tratamiento médico que le dejaría secuelas físicas.

Pese a esta humillación, y al rechazo que sufrió por muchos de sus colegas, Turing siguió trabajando en el estudio de la morfogénesis, y además realizó varios trabajos de mecánica cuántica.

Murió en 1954 por ingestión del cianuro de potasio que se encontraba en una manzana mientras realizaba un experimento de electrólisis.

Autor

  • Virgilio Nieto Barrera