Raúl de la Torre (1938-VVVV): El cineasta argentino que marcó el rumbo del cine latinoamericano

Raúl de la Torre es uno de los grandes directores de cine de Argentina, cuyas obras lograron una trascendencia internacional que no solo destaca por sus logros artísticos, sino también por sus inquietudes sociales y su capacidad para explorar lo más profundo de la naturaleza humana a través del séptimo arte. Nacido el 19 de febrero de 1938 en Zárate, Argentina, se ha convertido en un referente dentro del cine latinoamericano, sobre todo por su estilo particular que explora los silencios, los gestos y los detalles más pequeños de los personajes y sus mundos interiores.
Orígenes y contexto histórico
Raúl de la Torre comenzó su carrera como muchos grandes artistas: en sus años de juventud mostró una profunda pasión por la literatura, el teatro y el cine. Desde temprana edad, fue consciente de su vocación artística, lo que lo llevó a estudiar Bellas Artes en la Universidad de Buenos Aires. A través de este aprendizaje formal, desarrolló una sensibilidad y un enfoque particular que marcarían su carrera en el futuro.
A pesar de su formación académica, fue en el ámbito de la publicidad donde Raúl de la Torre comenzó a ganarse la vida profesionalmente, una etapa que le permitió entrar de lleno en el mundo audiovisual. La publicidad le brindó una sólida base económica, pero él no se conformó con esa actividad. Decidió explorar su creatividad personal, lo que lo llevó a realizar proyectos cinematográficos propios que reflejaban su inquietud artística y su capacidad para contar historias complejas.
Logros y contribuciones
La carrera de Raúl de la Torre estuvo marcada por una constante búsqueda de la autenticidad y una mirada crítica hacia los valores tradicionales de la sociedad argentina. Fue en la televisión, primero con el género documental, donde comenzó a destacar. Sin embargo, su gran salto al cine se dio en 1969 con la película Juan Lamaglia y señora, una obra que además de ser dirigida por él, también fue producida, escrita e interpretada por él mismo. Esta obra, que retrata la vida opresiva de un prestamista en un pequeño pueblo, marca el inicio de su estilo único de narración, un estilo caracterizado por una mirada minuciosa de la cotidianidad y la exploración de los conflictos internos de los personajes.
El éxito de Juan Lamaglia y señora permitió a Raúl de la Torre continuar desarrollando su carrera en el cine, pero sin abandonar del todo su amor por los documentales y la televisión. En 1971, el director alcanzó una de las más altas cumbres de su carrera con Crónica de una señora, una película que lo consagró internacionalmente. Este filme, que recibió la Concha de Plata en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián, marcó un hito en la historia del cine argentino. Crónica de una señora es una obra maestra que exhibe los elementos característicos de su estilo: una narración lenta, detallada, y una profunda exploración de los personajes, que en este caso se encuentran atrapados en un matrimonio aburrido y sin esperanzas.
Su relación artística con los actores Graciela Borges y Lautaro Murúa comenzó con Crónica de una señora y se extendió a lo largo de toda su filmografía, convirtiéndose en una de las colaboraciones más fructíferas en la historia del cine argentino. Ambos actores formaron una pareja perfecta para representar el tipo de personajes que Raúl de la Torre solía retratar: seres atrapados en la rutina, en sus propios conflictos internos, buscando una salida o, en algunos casos, simplemente aceptando su destino.
El estilo de Raúl de la Torre es reconocible en toda su obra por su ritmo lento y su fascinación por los detalles pequeños y aparentemente insignificantes. Lejos de la acción vertiginosa que caracteriza a otras producciones cinematográficas, su cine se enfoca en los gestos, los silencios y las emociones contenidas de los personajes. Estos rasgos, junto con una narrativa que a menudo trata sobre el fin de los valores burgueses, especialmente en lo que respecta a la vida conyugal y el papel de la mujer en la sociedad, hicieron de Raúl de la Torre una figura destacada dentro del cine latinoamericano.
Momentos clave de su carrera
El cine de Raúl de la Torre está marcado por una serie de filmes que se convirtieron en hitos dentro del cine argentino. A continuación, algunos de los momentos clave que definieron su carrera:
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Juan Lamaglia y señora (1969): Su primer largometraje, donde comienza a desarrollar su estilo característico.
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Crónica de una señora (1971): Premio de la Concha de Plata en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián, consagrando al director en el ámbito internacional.
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Heroína (1972) y Sola (1976): Continuación de su exploración sobre los valores burgueses y el análisis psicológico de los personajes.
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La revolución (1973): Un paréntesis en su enfoque sobre los valores burgueses, con una reflexión sobre la sociedad argentina de los años 60.
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El infierno tan temido (1980) y Pubis angelical (1982): Adaptaciones literarias de dos importantes escritores latinoamericanos, Juan Carlos Onetti y Manuel Puig, respectivamente.
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Pobre mariposa (1986): Un filme que, a pesar de su ambición, fue mal recibido por la crítica debido a su tono críptico.
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Color escondido (1987): Una película que pasó desapercibida, y que marcó el inicio de la crisis creativa en la que se vio envuelto el director.
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Funes, un gran amor (1992) y Peperina (1995): Intentos de volver a su estilo, pero que no lograron el éxito de sus primeras obras.
Relevancia actual
Raúl de la Torre es considerado uno de los cineastas más importantes de Argentina y, por extensión, de América Latina. Su obra se caracteriza por su capacidad para explorar la intimidad de los personajes y la sociedad, con una sensibilidad que no tiene miedo de mostrar las complejidades y contradicciones humanas. A pesar de la crisis que vivió el cine argentino en los años 80 y 90, su legado como director sigue siendo relevante en el contexto del cine latinoamericano.
Si bien su última etapa como cineasta estuvo marcada por el declive en su carrera y el distanciamiento de la crítica, las películas de Raúl de la Torre siguen siendo objeto de análisis y estudio por su particular forma de entender el cine como una herramienta para explorar las dinámicas sociales y psicológicas de los individuos. Hoy en día, su obra sigue siendo un referente obligado para quienes buscan comprender el cine argentino y latinoamericano en su complejidad.
En conclusión, Raúl de la Torre sigue siendo una figura clave en la historia del cine argentino, un director cuya obra, aunque a menudo pasada por alto en los medios masivos, continúa siendo objeto de admiración entre los cinéfilos y estudiosos del cine.
Filmografía
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1967: Pro-música (cortometraje)
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1968: La fiesta de los espíritus
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1969: Juan Lamaglia y señora
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1971: Crónica de una señora
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1972: Heroína
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1973: La revolución
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1976: Sola
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1980: El infierno tan temido
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1982: Pubis angelical
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1986: Pobre mariposa
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1988: Color escondido
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1993: Funes, un gran amor
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1995: Peperina
Las películas de Raúl de la Torre, especialmente aquellas que adaptan la obra de autores como Juan Carlos Onetti y Manuel Puig, siguen siendo una parte fundamental del patrimonio cultural argentino y latinoamericano.
MCN Biografías, 2025. "Raúl de la Torre (1938-VVVV): El cineasta argentino que marcó el rumbo del cine latinoamericano". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/torre-raul-de-la [consulta: 5 de octubre de 2025].