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LiteraturaFilologíaLingüísticaBiografía

Todorov, Tzvetan (1939-2017).

Lingüista y teórico de la Literatura de origen búlgaro y nacionalidad francesa, nacido en Sofía el 1 de marzo de 1939 y fallecido en París el 7 de febrero de 2017. Su obra como estudioso de la Literatura cuenta con gran predicamento en el marco de los estudios neoformalistas y estructuralistas.

La obra de Todorov

La dimensión investigadora de este crítico la determina su papel como estudioso y traductor de las obras principales de los formalistas rusos ya en 1965, justo cuando el estructuralismo comienza a sistematizar sus primeros modelos de análisis; Todorov fue discípulo directo de R. Barthes y trabajó con él en la École Pratique des Hautes Études; por tanto, su obra entera recoge las pretensiones esenciales de la «nouvelle critique»: el estudio del texto, con independencia de la voluntad de autoría de la que surge, como base para definir una gramática del relato. Ahora bien, en el caso de Todorov, el conocimiento directo de los formalistas (aquellos que se habían ocupado de la narración: Tomachevskij, Tinianov, Sklovskij, sobre todo Propp) le va a llevar a intentar una síntesis entre ambas corrientes críticas muy fructífera; quizá la aportación más estimable de Todorov sea la reconversión de los niveles narrativos de «fábula» y «sjuzet» [o _sujeto_] por los de «historia» y «discurso», construyendo así una de las dicotomías básicas de la narratología. También debe recordarse la atención que Todorov concede a la retórica y su papel como co-director de Poétique, la revista en que se divulgan las principales aportaciones de la «nouvelle critique».

La poética del estructuralismo

En 1968, T. Todorov publica en la obra colectiva de 1968, Qu'est-ce que le structuralisme?, un trabajo titulado "La Poétique"; su metodología investigadora entra de lleno en esta definición: "La poética es por tanto un acercamiento a la literatura a la vez «abstracto» e «interno»". No es la obra literaria por sí misma el objeto de la poética: lo que le preocupa son las propiedades de ese discurso particular que es el discurso literario". Es una declaración que constituye un verdadero programa por la serie de análisis que le permite plantear: "El propósito de este estudio ya no es articular una paráfrasis, un resumen razonado de la obra concreta, sino proponer una teoría de la estructura y del funcionamiento del discurso literario, una teoría que presente un cuadro de los posibles literarios, tal como las obras literarias existentes aparecen como casos particulares realizados" (pp. 19-20).

El modelo de análisis literario.

El sistema de análisis que propone Todorov se basa en la distinción de tres aspectos con los que, de alguna manera, recupera la antigua división de la retórica: el aspecto verbal (elocutio), el sintáctico (dispositio) y el semántico (inventio); son factores; son planos que reproducen además los principios formalistas de estilo, composición y temática.

El aspecto semántico incluye los problemas de la significación, que afectan a los tropos y a las propiedades simbolizadoras del lenguaje; a Todorov le preocupa esecialemnte lo «que se significa», es decir, cómo el texto literario posee un referente, con el que describe el mundo: una realidad que no pretende mostrarse como la única existente y verdadera, sino subrayar su transformación en ficción.

El aspecto verbal explica, entonces, cómo se produce esa transformación del discurso en ficción, mediante la distinción de tres tipos de propiedades: la categoría del «modo», que concierne al grado de presencia de los acontecimientos evocados en el texto, la del «tiempo», mucho más compleja porque conecta el discurso "ficcional" con el universo ficticio, y la de la «visión», es decir el punto de vista desde el que se observa el grado de validez de esa observación.

Por último, el aspecto sintáctico permite esbozar ya una sintaxis narrativa, asentada en la transformación de los términos «motivo» y «función» en «proposición narrativa», donde los «actantes» adquieren la posibilidad de existir como funciones referenciales y, por ello, sintácticas, mediante relaciones y combinaciones muy cercanas a las mismas de la lengua.

La formación del texto

Los dos planos que integran la textualidad ordenan estos tres aspectos: una obra es «historia» porque se refiere a una realidad, en la que convergen tanto unos hechos como los personajes que los encarnan, por tanto, a este nivel le corresponden los aspectos semántico y sintáctico; pero una obra es también «discurso» porque alguien la refiere, la transmite al receptor, que ha de valorar el modo en que se le están contando esos hechos, de ahí que aquí quepa situar el aspecto verbal.

Una gramática narratológica

Gramática del Decamerón de 1969 constituye la aplicación de esta metodología poética guiada por este propósito: "Los cuentos particulares que encontramos en el Decamerón no los consideraremos en sí mismos sino en relación con el análisis de la narración, que es una unidad abstracta. Cada cuento particular no es más que la manifestación de una estructura abstracta, una realización que estaba contenida, en estado latente, en una combinatoria de las realizaciones posibles" (p. 35).

Todorov parte de la base de un reducido corpus de cuentos para definir su estructura, el sistema narrativo que los constituye; en cierto modo, el puente que se tiende entre el sistema lingüístico-verbal y la realidad transmutada en ficción. Indica, por ello, que el objeto de su estudio no son las acciones, sino el relato de esas acciones, el modo en que están organizadas por un discurso, al que se llama relato. Todorov pretende reconstruir, a través de cada uno de los cuentos particulares, lo que él llama un «sistema abstracto de categorías». Para ello, vuelve a definir los tres aspectos del análisis de 1968: 1) semántico (lo que el relato representa y evoca, los contenidos más o menos concreto que aporta), 2) sintáctico (la combinación de las unidades entre sí y de las relaciones mutuas que mantienen) y 3) verbal (las frases concretas a través de las que llega el relato). Al tratarse ahora de una Gramática, se ocupará sobre todo del aspecto sintáctico, muy poco del semántico y nada del verbal.

La unidad sintáctica es la «oración» y corresponde a una acción «indescomponible»; varias oraciones, vinculadas entre sí mediante relaciones lógicas (una oración se manifiesta como consecuencia de la precedente), temporales (unidas por una sencilla contigüidad temporal) o espaciales conforman la «secuencia», que, en su conjunto, permiten percibir como acabada y susceptible de constituir una historia independiente.

Estas oraciones gobiernan tres categorías primarias: a) el nombre propio (que corresponde al agente y que puede ser un sujeto o un objeto), b) el adjetivo (que como predicado contiene información sobre las acciones o cualidades del agente) y, por supuesto, c) el verbo (divididos en tres modalidades diferentes: las modificaciones de la acción, la realización de una mala y el castigo que surge de la anterior acción).

El movimiento de las oraciones propicia tres clases de categorías semánticas: 1) la negación y la oposición (aunque en la narración no se hablará de oraciones negativas, sino de atributos o de verbos negados); 2) el valor comparativo (ya que dos predicados presentes en una misma secuencia no se distinguen por su contenido, sino por su grado de intensidad); y 3) los modos, que indican la relación que mantiene con la oración el personaje concreto (ese personaje juega por ello el papel de sujeto de la enunciación), con dos subcategorías, la del indicativo, por una parte, y la del resto de los modos (con la dicotomía "real/irreal"). Otras dos categorías precisan los mecanismos voluntativos (una acción que ha ocupado un lugar en el universo del relato) y los de la visión (cuando difiera de la visión habitual).

El relato se estructura cuando articula nexos que permiten configurarse, por sí mismas, a las secuencias y que posibilitan la combinación de esas secuencias entre sí. Hay tres tipos de combinación: a) el encadenamiento (la sucesión simple de dos secuencias), b) la inserción (una secuencia intercalada aporta nueva información) y c) la alternancia (cuando el narrador pasa de un personaje a otro).

El tiempo se aborda desde una doble perspectiva: si se refiere al discurso se ofrece un tiempo lineal, si es a la historia, el tiempo adquiere una manifestación pluridimensional.

Las relaciones entre el personaje y el narrador ocurre en el «discurso», en donde Todorov registra tres aspectos: a) la «visión por detrás», cuando el narrador sabe más que el personaje, b) la «visión con», cuando el narrador sabe lo mismo que el personaje (relato en primera persona) y c) la «visión por fuera», cuando el narrador sabe menos que el personaje.

El discurso crítico

Poétique de la prose de 1971 es un volumen en el que reúne artículos aparecidos entre 1964 y 1969, que vienen a conformar la estructura de ideas que le lleva a la Gramática de 1969: así, hay una "introducción a la verosimilitud", una "gramática del relato", una "búsqueda del relato", unas "transformaciones narrativas"; junto a éstos, otros aspectos señalan intereses diversos, como la "tipología de la novela policiaca", los planteamientos que constituyen el "relato primitivo" o los saberes de que se servían los "hombres-relato", con un último artículo, titulado "Comment lire?" (pp. 241-253) que le lleva a recorrer varios tipos de discurso crítico: la proyección, el comentario, la poética, la lectura, donde señala una limitación del estructuralismo: "Hay sin duda una parte inteorizable de la literatura (...) si la teoría presupone un lenguaje científico. Una función de la literatura es la subversión de ese mismo lenguaje; es entonces extremadamente aventurado pretender que se pueda leer exhaustivamente con la ayuda de ese mismo lenguaje que la literatura cuestiona (...) colocados frente a un poema, no podemos más que contentarnos con el empobrecimiento aportado por un lenguaje diferente, o bien, como solución facticia, escribir otro poema" (p. 252).

El análisis semántico de la cultura

Todorov, a lo largo de las décadas de los setenta y de los ochenta, se ha dedicado a explorar derroteros como la retórica y la semántica. En Les genres du discours de 1978 se ha interesado por definir los géneros literarios, en Mikhaïl Bakhtine. Le principe dialogique de 1981 por dar a conocer las teorías de Bajtin (Post-formalismo ruso) en Occidente, en La conquête de l'Amerique de 1982 por reflexionar sobre cuestiones históricas y por deslindar los nuevos territorios de la crítica literaria, basada en el diálogo, en Critique de la critique de 1984 por la confrontación de diversos puntos de vista y el problema de la búsqueda de la verdad.

Como se comprueba se trata de posturas bastante alejadas de los primeros engranajes estructuralistas, y más cercanas a los componentes de la significación del texto, algo que demuestra con su libro, La vida en común de 1996, en el que reflexiona sobre la historia de la cultura, en general.

En mayo de 1999 apareció en España El jardín imperfecto, que juega a favor del humanismo a sabiendas de todos los errores humanos. En el libro dibuja las lunes y las sombras del pensamiento humanista en Francia.

Bibliografía

  • Todorov, T., ed., Théorie de la littérature: Textes des Formalistes russes, pról. de R. Jakobson, París, 1965 (trad.: Buenos Aires, 1970); "La poétique" [1967], París, 1968, pp. 97-166; Introduction à la littérature fantastique, París, 1970; Literatura y significación, Barcelona, 1971; Poétique de la prose, París, 1971; Gramática del «Decamerón», trad. de Mª Dolores Echeverría, Madrid, 1973; Théories du symbole, París, 1977; Symbolisme et interprétation, París, 1978; Les genres du discours, París, 1978; Mikhaïl Bakhtine. Le principe dialogique, París, 1981; ed., French Literary Theory Today. A Reader, Cambridge, 1982; La conquête de l'Amérique, París, 1982; Critique de la critique. Un roman d'apprentisage, París, 1984; La vida en común, Madrid, 1996.

Autor

  • Fernando Gómez Redondo