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HistoriaPolíticaBiografía

Tarquino Prisco, Rey de Roma (656-578 a.C.).

Quinto rey de Roma, apodado el Antiguo o el Advenedizo; nació en 656 a.C., en Tarquinia, donde se hallaba expatriado su padre Demarato, rico ciudadano de Corinto.

La tradición cuenta que Lucio Tarquino Prisco, tal era su nombre completo, emigró a Roma hacia el 627 a.C. y pronto se convirtió en un personaje notable, tanto por sus buenas dotes militares como por su labor como consejero. La notoriedad de Tarquino se hizo tal que Anco Marcio le encomendó la custodia y educación de sus hijos, así como la regencia del reino. A la muerte de Anco Marcio (616 a.C.) se produjo una disputa entre los hijos del difunto y el regente, de la que salió victorioso éste último. Este extremo es muy discutido, ya que tanto la pretensión de los hijos de Anco Marcio de convertirse en reyes como el triunfo de Tarquino resultan difíciles de creer. En estos momentos la monarquía romana era electiva y no existía el derecho sucesorio, por ello, los hijos de Anco Marcio no tenían derecho alguno a la corona. Por otro lado, tampoco parece muy factible el rápido ascenso de Tarquino hasta la regencia del reino y, mucho menos, que el pueblo romano le eligiera como soberano, dada su condición de extranjero. A pesar de la tradición romana, es más probable que en estos momentos la ciudad de Roma se encontrara bajo la influencia etrusca y que realmente fueran estos los que impusiera a Tarquino como nuevo rey.

Fuera de una forma u otra, el caso fue que Tarquino se convirtió en el quinto rey de Roma. Bajo su reinado, la ciudad prosperó, produciéndose una notable influencia etrusca tanto en las tradiciones como en la religión y las formas de gobierno. Esta prosperidad permitió al nuevo rey embellecer la ciudad y realizar una serie de grandes obras públicas. Durante su reinado se construyó el Circo Máximo, lugar donde se realizan carreras de carros, y se introdujeron los juegos atléticos. Estos, posteriormente derivarían en combates entre hombres armados, los famosos combates de gladiadores. Tarquino también introdujo ciertas costumbres religiosas etruscas y construyó un gran templo a Júpiter en el Capitolino.

Entre el Palatino y el Capitolino, las primeras colinas habitadas de Roma, se encontraba el Forum Boarium, el primer foro de Roma. En este lugar, Tarquino realizó una serie de obras de infraestructura, que posteriormente se convertirían en la Cloaca Máxima, para drenar las aguas pantanosas del valle y hacer practicable el foro.

En el aspecto militar, Tarquino fue un victorioso general que derrotó en varias ocasiones a los pueblos vecinos de Roma, principalmente a los latinos. Fue él el que introdujo en Roma la costumbre etrusca del triunfo, esto es, el desfile triunfal del general victorioso y sus tropas por la ciudad.

Tarquino tuvo también un importante papel social. Organizó a la población de Roma en tres tribus: ramnes, tities y luceres, de las cuales, ramnes y luceres eran de origen latino, mientras que los tities eran sabinos. Según la tradición, también fue él el que organizó el Senado y el Ejército. En el primer cuerpo participarían las familias más importantes de la ciudad, mientras que el segundo se nutriría de todos los ciudadanos útiles para la defensa.

Pese a todas sus reformas y actuaciones militares, Tarquino contaba con un importante grupo de oposición liderado por los hijos de su antecesor. Estos, según la tradición, dirigieron un complot que acabó con el asesinato del rey en el año 578 a.C. No obstante, antes de que los regicidas pudieran hacerse con el poder, el yerno de Tarquino, Servio Tulio, maniobró hábilmente y, con el apoyo de Tanaquil, la mujer del difunto rey, logró hacerse con el trono.

Bibliografía

  • LIVIO, T.: Historia de Roma desde su fundación (Ab Urbe Condita). Madrid, 1992.

  • MOMMSEN, Th.: Historia de Roma: de la fundación a la República. Madrid, 1987.

  • HUBENAK, F.: Roma, el mito político. Buenos Aires, 1997.

  • NICOLET, Cl.: Roma y la conquista del mundo mediterráneo. Barcelona, 1982.

  • GRIMAL, P.: El helenismo y el auge de Roma. Madrid, 1990.

Autor

  • Juan Antonio Castro Jiménez