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FísicaBiografía

Tamm, Igor Yevguenievich (1895-1971).

Físico ruso nacido en Vladivostok (a orillas del mar del Japón) el 8 de julio de 1885 y fallecido en Moscú el 12 de abril de 1971. Fue galardonado con el Premio Nobel de Física -que compartió con sus compatriotas Pavel Alexeievich Cherenkov (1904-1990) e Ilia Mijailovich Frank (1908-1990)- en 1958, "por el descubrimiento y la interpretación del efecto Cherenkov".

Hijo de Olga Davydova y del ingeniero Evgenij Tamm, heredó de su progenitor el interés por las Ciencias y sus aplicaciones a la tecnología. Así, tras haber completado brillantemente sus estudios primarios y secundarios, se matriculó en la Universidad Estatal de Moscú, de la que egresó en 1918 con el título de licenciado en Ciencias Físicas.

Emprendió, acto seguido, una fructífera andadura docente que le llevó a impartir, en diversos institutos de enseñanza superior, clases de la materia en que estaba especializado. En su trayectoria ascendente, pasó de ser profesor ayudante a lector de Física, para acabar ocupando diversas cátedras de reconocido prestigio. Dio clases en las universidades de Crimea y Moscú, en varios Institutos Politécnicos y de Ingeniería Física, así como en la Universidad Comunista Y. M. Sverdlov. Su formación académica culminó con la obtención del título de doctor en Ciencias Físicas y Matemáticas.

En 1934 se incorporó al célebre Instituto Lebedev de Física, dependiente de la Academia de Ciencias de la URSS, en calidad de director de su división teórica. Allí desplegó una intensa actividad como investigador, junto con otros jóvenes científicos que, como los ya citados Cherenkov y Frank, estaban llamados a pasar a la historia de la Ciencia universal. Igor Tamm pudo transmitirles numerosos conocimientos propios, pero también aprendió muchas cosas de ellos; sin embargo, la persona que más influyó en su carrera científica fue el catedrático L. Mandelstam, bajo cuya dirección trabajó desde su primer encuentro (1920) hasta la fecha de la muerte del acreditado profesor (1944).

Miembro correspondiente de la Academia de Ciencias de la URSS desde 1933, Tamm ingresó en dicha institución, como miembro numerario de pleno derecho, en 1953. Además, perteneció a otras sociedades científicas del extranjero, como la Academia Polaca de las Ciencias, la Academia Americana de las Artes y las Ciencias, y la Sociedad Sueca de Física. Aparte del premio Nobel, el científico de Vladivostok fue recompensado con otros muchos honores y galardones, como el Premio Stalin -que compartió, en 1946, con Cherenkov, Frank y Vavilov-, o el título honorífico de Héroe Socialista del Trabajo.

Tamm fue autor de varias obras de obligada presencia en las facultades de Física de todo el mundo, entre las que cabe recordar las tituladas Relativistic Interaction of Elementary Particles (Interacción relativista de partículas elementales, 1935) y On the Magnetic Moment of the Neutron (Durante la fase magnética del neutrón, 1938).

El efecto Cherenkov

Investigando por su propia cuenta, Igor Yevguenievich Tamm llegó a las mismas conclusiones acerca de la estructura de los núcleos atómicos que había formulado, en sus valiosas teorías, el alemán Werner Karl Heisenberg (1901-1976). Fue así como centró su interés en la teoría de la relatividad y en la mecánica cuántica, lo que le llevó a estudiar la teoría cuántica de la luz difundida en cuerpos sólidos; a su vez, estos estudios le permitieron llegar a la que habría de ser su mayor aportación a la Física moderna, cuando, en 1937, en colaboración con Ilia Frank, encontró la explicación al denominado efecto Cherenkov, descubierto en 1934.

Cherenkov fue el primero en detectar una radiación de color azul que aparece en el interior de un líquido transparente cuando lo atraviesan partículas elementales fuertemente cargadas, que se mueven a una velocidad mayor que la del desplazamiento de la luz a través de dicho medio líquido. Tras este hallazgo, Tamm y Frank se enfrascaron en el estudio del movimiento y la detención de esas partículas materiales fuertemente cargadas, y llegaron a la conclusión de que, si bien es cierto que la velocidad de la luz en el vacío es un límite inalcanzable para una partícula material, no lo es menos que, en un medio diferente al vacío esa velocidad puede ser mucho menor.

Así, v. gr., el índice de refracción del agua es 1'33, por lo que la luz se desplaza a través de ella con una velocidad aproximada de doscientos veinticinco mil kilómetros por segundo, velocidad que puede ser alcanzada y rebasada por muchas partículas elementales.

Gracias a las investigaciones de Tamm y Frank, se pudo conocer también que la radiación azul conocida como efecto Cherenkov equivale a la onda sónica generada por un avión que se desplaza por el aire a una velocidad superior a la del sonido. Todo ello ha permitido, con el paso del tiempo, la construcción de detectores de partículas que sirven para muy diversos fines, como el de garantizar la seguridad de los reactores nucleares o el de analizar la composición de los rayos cósmicos y de las radiaciones emitidas por substancias radiactivas sumergidas en agua.

Más adelante, Tamm abordó el estudio del efecto fotoeléctrico y las reacciones de la fusión nuclear, dentro del ambicioso proyecto que, bajo la supervisión de Sajarov (1921-1989), se encaminó a construir la primera bomba de hidrógeno de la Unión Soviética. Asimismo, Tamm cooperó en la construcción de los primeros reactores termonucleares, y desarrolló un método propio para interpretar las interacciones de las partículas elementales dentro del núcleo del átomo.

JRF

Autor

  • J. R. Fernández de Cano.