Tacla, Jorge (1958-VVVV).
Artista chileno, nacido en Santiago en 1958, autor de obras encuadradas en el contexto de la vanguardia de finales del siglo XX, tendente a la fusión de diversos estilos y técnicas de representación, pertenece a la denominada "Generación chilena de los Ochenta" y ha desarrollado gran parte de su carrera en Nueva York, donde es un artista de reconocido prestigio.
Jorge Tacla ingresó en la Facultad de Arte de la Universidad de Chile en 1976, centro en el que tuvo como principales maestros a Rodolfo Opazo y Gonzalo Díaz, pero abandonó los estudios tres años más tarde (1979) para empezar un camino independiente. Premiado con una beca de la Fundación Amigos del Arte en 1981, este mismo año se trasladó a Nueva York, en busca de un ambiente más propicio para desarrollar particular punto de vista artístico. En la metrópoli neoyorquina su trabajo fue bien acogido, de modo que pronto comenzó a recibir encargos (Memorias del Bronx fue el primero) y a ser conocido entre los círculos vanguardistas, pasando a ser representado por una de las galerías de la ciudad (Nohra Haime); además, obtuvo varias becas, entre ellas la otorgada por la Fundación para las Artes de Nueva York (1987), la prestigiosa J.S. Guggenheim (1988), y la AT&T Foundation. Durante los quince años que permaneció en Estados Unidos realizó más de una docena de exposiciones individuales y participó en más de cuatrocientas colectivas por todo el mundo (California, Estocolmo, Caracas, Valencia, etc.), hasta alcanzar un considerable prestigio a nivel internacional.
Su etapa neoyorquina finalizó en 1995, año en que regresó a Chile; abrió entonces un taller propio en el complejo de Huechuraba y afrontó una obra de gran envergadura, Irrealidad eterna, un encargo del empresario José Luis Herrera para la Ciudad Empresarial de Santiago en el que invirtió tres años (1998-2001). Su trabajo fue finalmente también reconocido en su propio país, con la concesión del Premio Círculo de Críticos de Arte (1996).
Integrante de una brillante generación de artistas chilenos, entre los que se encuentran Ismael Frigerio, Samy Benmayor, Bororo y Omar Gatica, Jorge Tacla optó por la senda de la experimentación con distintos soportes (tela, papel, yute) y técnicas (pintura al óleo o acrílica, elementos gráficos), así como por la originalidad en el empleo del color, en series monocromáticas de rojos, ocres y azules de gran intensidad. Otra nota destacable del artista es la realización de obras de gran formato en la tradición del mural latinoamericano; Irrealidad eterna, cuyas dimensiones son de 8x6 metros, es el mejor ejemplo de esta vocación monumental. Como algunos de sus compañeros, la estancia neoyorquina determinó en gran medida el discurso de Tacla, en cuanto que los temas que le interesan, como el americanismo o la crítica de la moderna sociedad urbana, pasan por el tamiz de la cultura cosmopolita y multifacética de dicha metrópoli. Así, la denuncia del artista se plasma en paisajes desérticos, en ruinas arquitectónicas, monumentos clásicos, escenas fantasiosas o imágenes reales de sus viajes, etc., temas que poco tienen que ver con la forma tradicional de reivindicar la identidad americana.
