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HistoriaPolíticaBiografía

Stresemann, Gustav (1878-1929).

Político alemán, nacido en Berlín el 10 de mayo de 1878, y fallecido en su ciudad natal el 3 de octubre de 1929. Como canciller (1923) y ministro de asuntos exteriores (1923-1929) durante la República de Weimar, desarrolló una política de reconciliación europea cuyo objetivo prioritario fue devolver a Alemania su antigua posición de potencia internacional tras el desastre de la Primera Guerra Mundial.

Nació en el seno de una familia de la burguesía media prusiana. Su padre, Ernst Stresemann, era propietario de una empresa de hostelería y de distribución de cerveza. Estudiante brillante, fue el único de los cinco vástagos de la familia que consiguió acceder a la universidad. Desde su más temprana juventud desarrolló el gusto por la literatura y la historia y quedó fascinado por las figuras de Goethe y Napoleón, fascinación que posteriormente inspiraría buena parte de sus escritos críticos de madurez.

Emprendió estudios de literatura en la universidad de Berlín, pero pronto se inclinó por la economía, que ofrecía mayores posibilidades de ascenso profesional y a cuyo estudio se dedicó en la universidad de Leipzig. En 1900 se doctoró con la lectura de una tesis titulada El crecimiento de la industria berlinesa de cerveza embotellada, para la que utilizó su conocimiento directo del negocio familiar. Durante sus años de formación, su posición social como hijo de la burguesía protestante prusiana le llevó a adoptar con entusiasmo el mito de la superioridad alemana construido por Bismarck y encarnado en el II Reich. Tras concluir sus estudios, trabajó en una firma mercantil y ascendió rápidamente. Su éxito en los negocios le catapultó a la palestra política, desde que en 1901 ocupara el cargo de administrador en la Asociación Alemana de Productores de Chocolate, donde ganó fama por sus grandes dotes de organización. En 1902 fundó la Asociación de Fabricantes de Sajonia, de la que fue representante legal durante nueve años. Esta posición le convirtió en un personaje relevante de las finanzas alemanas cuando apenas había cumplido los 25 años. En 1903 emparentó con la alta burguesía industrial prusiana, al contraer matrimonio con una hija del empresario Adolf Kleefeld, de origen judío. Con esta mujer mundana y elegante tendría dos hijos.

Durante esta época, sus creencias religiosas le orientaron hacia las doctrinas del reformador social protestante Friedrich Naumann, en cuya Unión Social Nacional colaboró activamente. Sin embargo, en 1903 ingresó en el Partido Nacional Liberal, organización conservadora de talante nacionalista que contaba con una amplia representación en Sajonia. Stresemann ascendió rápidamente en el escalafón del partido, convirtiéndose en portavoz de su ala liberal, lo que le enfrentó a los sectores cercanos a la ultraderecha, que se oponían a su discurso reformista y a sus intentos de extender la política de bienestar social a capas más amplias de la población. Su consagración se produjo en 1906, cuando ofreció su primera alocución pública ante el congreso del partido. Durante los siguientes seis años fue concejal del ayuntamiento de Dresde y editor de la revista Sächsische Industrie. Su trabajo periodístico le convirtió en un reputado analista en asuntos económicos y ciudadanos y le persuadió de la influencia de la prensa sobre la opinión pública, enseñanza que intentaría aplicar durante toda su carrera política.

En las elecciones legislativas de 1907, cuando contaba veintiocho años, obtuvo un escaño en el Reichstag (parlamento alemán) por el distrito electoral de Annaberg, convirtiéndose en el diputado más joven de la Cámara. El apoyo incondicional del presidente del Partido Nacional, Ernst Bassermann, hizo que comenzara a pensarse en él como su delfín. Durante sus primeros años en el Reichstag, Stresemann defendió los intereses de la clase media comercial frente a la penetración de las grandes empresas, afrontando la oposición enconada del ala derecha del partido, con la que mantuvo un pulso constante. En 1912 sus enemigos consiguieron impedir su reelección para el comité ejecutivo del partido y Stresemann perdió su escaño en las elecciones celebradas ese año. Aprovechó esta pausa en su actividad política para viajar a Estados Unidos a fin de estudiar el sistema financiero de ese país.

A su regreso se instaló en Berlín, donde trabajó como consejero de diversas organizaciones empresariales, entre ellas la Asociación Económica Germano-Americana, fundada por él mismo. En esta época apoyó el agresivo discurso imperialista del II Reich como miembro de la Liga Colonial Alemana (Deutscher Kolonialverein) y defendió la necesidad de la puesta en marcha del ambicioso programa de construcción naval propugnado por el almirante Alfred von Tirpitz y el canciller Bernhard von Büllow. Apoyó con entusiasmo la política militarista del Reich y acogió con optimismo -como buena parte de la población alemana- el estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914. Sin embargo, sus problemas de salud le libraron de la sangría en que se convirtió la contienda y, en diciembre de 1914, volvió a incorporarse al Reichstag tras unas elecciones de emergencia.

Durante los años de la guerra continuó prestando su apoyo a la política expansionista del Reich y actuó como uno de los principales portavoces del pangermanismo que exigía la anexión de territorios fronterizos en Polonia, Rusia, Francia y Bélgica. El alejamiento de Bassermann del Reichstag debido a la guerra y a su delicada salud permitió a Stresemann asumir el liderazgo del Partido Nacional. Su postura política fue virando progresivamente a la derecha y, desde 1916, colaboró activamente con el Estado Mayor del ejército dirigido por Paul von Hindenburg y Erich Ludendorff. Stresemann se convirtió en portavoz oficioso ante el Reichstag de la cúpula militar alemana y, como tal, dirigió la oposición parlamentaria a la política moderada del canciller Theobald von Bethmann Hollweg, que intentaba apartarse del imperialismo prusiano. Stresemann desempeñó un importante papel en la maniobra política que causó la caída de Bethmann Hollweg en julio de 1917, pero fracasó en su intento de volver a situar en la cancillería a Von Büllow. Ese mismo mes sucedió a Bassermann al frente del Partido Nacional tras la muerte de aquél. Dentro de su política de reforzamiento de la monarquía, propuso la reforma del sistema electoral prusiano, que dividía a la población masculina con derecho a sufragio en tres grupos según su riqueza. Ello volvió a enfrentarle al sector ultraderechista del partido, que representaba los intereses de la gran industria. Sin embargo, Stresemann demostró sus grandes dotes de negociador al evitar la escisión temprana de su partido en estos momentos de crisis. Por otra parte, fue uno de los escasos políticos alemanes que se mostraron lúcidos a la hora de analizar la desesperada situación económica y militar de Alemania antes de que el Estado Mayor del ejército reconociera la derrota, en septiembre de 1918.

Después de la guerra, se opuso firmemente a la ratificación del Tratado de Versalles, que consideraba infamante para Alemania, aunque aceptó con amargura la caída del Reich y la creación de la llamada República de Weimar. Su pragmatismo le llevó a adaptarse a las nuevas condiciones políticas. En principio, tras la disolución del Partido Nacional, trató de integrarse en las filas del recién creado Partido Democrático Alemán, dirigido por Friedrich Naumann y por el famoso sociólogo Max Weber, pero fue rechazado a causa de sus antecedentes políticos. Fundó entonces su propia formación, el Partido del Pueblo Alemán, del que asumió la presidencia. El nuevo partido, de derecha liberal, constituía una amalgama de profesionales y medianos propietarios que trató de atraerse a los antiguos opositores de Stresemann en el ala derecha de Partido Nacional para convertirse en el principal partido conservador del nuevo panorama político. Durante el primer año de la república, Stresemann se mantuvo a la espera de la quiebra del nuevo régimen y, cuando en marzo de 1920 se produjo el frustrado putsch de Kapp, no condenó este intento de derrocamiento del gobierno electo. Pero, una vez controlado el putsch, Stresemann puso de nuevo en juego su oportunismo político, mostrándose dispuesto a cooperar con la democracia. Intentó entrar en el gobierno de coalición formado por el Partido Socialdemócrata, el Partido Demócrata Alemán y el Partido Centro, que desconfiaban de su adhesión a la democracia. En 1919-1920, como miembro de la Asamblea Constituyente, se opuso a la aprobación de una nueva Constitución para Alemania. Desde entonces dedicó gran parte de su actividad política a forzar la revisión del Tratado de Versalles desde su escaño en el Reichstag, que ocupó desde 1920 hasta su muerte.

En agosto de 1923, poco después de la invasión de la cuenca del Ruhr por tropas franco-belgas como forma de garantizar el pago de las reparaciones de guerra, Stresemann fue elegido canciller por la llamada "Gran Coalición", un gabinete de gobierno que reunía a socialdemócratas, demócratas, centristas y populares. Esta heterogénea coalición mantuvo apenas unos meses el poder, siendo desbancada a fines de noviembre de ese mismo año al no conseguir el voto de confianza del Reichstag. Como canciller, intentó refrenar la dura oposición tanto de la izquierda democrática como de la ultraderecha de su propio partido. Atacó duramente a los gobiernos filocomunistas de los estados federales de Turingia y Sajonia, mientras se mostraba complaciente con las organizaciones ultraderechistas que, como el Partido Nacionalsocialista de Adolf Hitler, propugnaban la caída de la democracia de Weimar. En noviembre de 1923 Hitler llevó a cabo un fracasado intento de golpe de estado, el llamado Putsch de Munich (también conocido como Putsch de la Cervecería), pero ello no movió a Stresemann a emprender una política de mayor dureza hacia la pujante ultraderecha alemana. Sin embargo, su política financiera consiguió evitar la definitiva pérdida de la cuenca del Ruhr, mediante la estabilización del marco y el control de la inflación galopante. Cuando la "Gran Coalición" se disolvió, a fines de noviembre, Stresemann fue nombrado ministro de asuntos exteriores, cargo que mantendría hasta su muerte, pese a la sucesión de gobiernos de coalición y cancilleres de los años siguientes.

Su política internacional estuvo marcada por los intentos de reconciliación con las potencias occidentales y de reducción de las indemnizaciones de guerra, que mantenían sumida a Alemania en una profunda crisis económica. Entre sus muestras de buena voluntad hacia los aliados, en 1924 ordenó el fin de la política de resistencia pasiva, que se había desarrollado en Renania como protesta contra la ocupación franco-belga, y la evacuación de la cuenca del Ruhr. Defendió en todo momento el cumplimiento del pago de las reparaciones de guerra, al tiempo que reclamaba continuamente su revisión y el restablecimiento del status quo territorial de Alemania anterior a la guerra, lo que incluía la anexión del "corredor polaco", Silesia Superior y Austria. Para ello, trató de explotar en beneficio de Alemania las rivalidades que separaban a Francia e Inglaterra y a ésta de Rusia. En 1924 aceptó el Plan Dawes, una propuesta de Estados Unidos para reducir las reparaciones de guerra y estabilizar la moneda alemana. Al año siguiente, firmó el Tratado de Locarno, mediante el cual Alemania aceptó la nueva frontera territorial con Francia, lo que normalizó las relaciones entre ambos países. Este tratado prohibió, asimismo, la imposición de nuevas sanciones a Alemania por parte de las potencias vencedoras. En 1926 consiguió la evacuación de las tropas aliadas de parte de la región renana y el ingreso de Alemania en la Sociedad de Naciones. Ese mismo año, el Tratado de Berlín garantizó la neutralidad de la Unión Soviética en los conflictos en que se viera implicada Alemania. En 1928 Stresemann ratificó el Pacto Briand-Kellogg contra la guerra. Su política exterior, marcada por el pragmatismo, fue objeto de numerosas críticas tanto dentro como fuera de Alemania, especialmente por su discurso triunfalista, que contrastaba con las escasas posibilidades reales de actuación internacional de un país arrasado por la guerra y el aislamiento internacional. Sin embargo, sus relaciones con las potencias aliadas le convirtieron en una figura clave de la política internacional europea y en un temprano defensor de la unidad del continente. Su temprana muerte le impidió ser testigo de la retirada definitiva de las tropas aliadas de territorio alemán y de la puesta en marcha del Plan Young (1929) de reducción de las reparaciones de guerra, cuyas negociaciones había dirigido estando ya gravemente enfermo. En 1926 recibió el Premio Nobel de la Paz por su labor de reconciliación, que compartió con el político francés Aristide Briand.

Sus últimos años estuvieron marcados por sus problemas para mantener la unidad en las filas del Partido del Pueblo, del que finalmente se escindió el ala ultraderechista. Ante el debilitamiento de la implantación electoral de su partido, Stresemann intentó crear una nueva formación liberal de centro, lo que le impidió su mermada salud. Murió en Berlín el 3 de octubre de 1929, a la edad de 51 años.

El gobierno de la República de Weimar le honró con un funeral de estado, consciente de haber perdido al hombre que había hecho en buena medida posible la supervivencia del régimen y su renacimiento internacional, al establecer el vínculo entre lo que él mismo llamó "la vieja y la nueva Alemania", mediante la doctrina del "realismo nacional". Su figura sigue, sin embargo, siendo controvertida. Tras la Segunda Guerra Mundial se le llegó a considerar un artífice de la unidad europea, rota después por el resurgimiento del imperialismo alemán en época nazi. Pero esta visión complaciente quedó deshecha al desclasificarse en los años cincuenta su ingente obra literaria, que había permanecido en Estados Unidos como materia reservada a los investigadores de ese país. La revisión de su pensamiento político escrito le caracterizó desde entonces como un hombre eminentemente pragmático, cuya versatilidad política rozaba a menudo los límites del oportunismo, amigo del militarismo y de las tradición prusiana más conservadora. Las interpretaciones más críticas han visto en él a uno de los fautores de la ultraderecha que hicieron posible la ascensión y triunfo de Adolf Hitler.

Bibliografía

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  • WARREN, D. The Red Kingdom of Saxony: Lobbying Ground for Gustav Stresemann, 1901-1909. Londres, 1964.

Autor

  • Victoria Horrillo Ledesma