Stinnes, Hugo (1870-1924).
Industrial y financiero alemán, nacido en Mülheim el 2 de febrero de 1870 y muerto en Berlín el 10 de abril de 1924. Fue uno de los principales magnates germanos de las primeras décadas del siglo XX. Enriquecido gracias a los contratos firmados con el gobierno durante la Primera Guerra Mundial, el poder que adquirió en esa época le permitió abrir filiales de sus empresas en varios continentes, así como una amplia diversificación de sus negocios.
Entró en el mundo empresarial alemán a través de su padre, ya que era hijo de uno de los más importantes propietarios de extracciones mineras en la cuenca del Ruhr. A pesar de que desde muy joven integró la plantilla directiva de la empresa de su padre, pronto decidió liberarse de los lazos paternos y fundar su propia empresa minera. Sus comienzos fueron dentro del negocio que más conocía, el de la minería, pero sus miras estaban puestas en empresas de dimensión superior. Desde el principio tuvo claro que para lograr convertirse en uno de los empresarios más importantes del país debía diversificar la producción. Así fue como, poco a poco, llegó a erigir uno de lo más importantes trust verticales de toda Alemania, en el que sus empresas se abastecían con los productos de sus propias firmas. Al comienzo de su ambiciosa actividad ya tuvo bajo su poder industrias armadoras y fábricas de papel, además de los negocios mineros y siderúrgicos. Sus tentáculos pronto empezaron a extenderse no sólo por Alemania, sino por todo el mundo. En Suramérica consiguió excelentes contratos con algunos de los estados del continente, como el firmado con el gobierno argentino para la explotación del aceite de este país.
Una vez que Stinnes consiguió hacerse con las suficientes empresas para mantener una posición de poder en Alemania, decidió que debía procurarse una buena imagen entre la opinión pública. Para lograr su objetivo sabía que el mejor recurso era conseguir el control de los medios de comunicación. Así, comenzó a comprar diferentes periódicos y a presionar a aquellos con los que no podía hacerse directamente, a través de la adquisición de las firmas bancarias acreedoras de éstos. La fuerza intimidatoria de Stinnes en esa época podía cifrarse en un patrimonio empresarial que superaba los setenta y cinco millones de marcos alemanes. Stinnes mantenía un puesto hegemónico en lo referente a la explotación minera y a la industria del acero en las regiones de Renania y Westfalia. Además en esas mismas zonas poseía el monopolio del suministro de gas y electricidad a través de la empresa Rheinisch Westfalische Elektrizitatswerk AG, lo que suponía abastecer a un total de veinticinco ciudades.
A pesar de todo, el cenit de la expansión financiera de Stinnes no se produjo hasta que estalló la Primera Guerra Mundial. Cuando la mayor parte de la economía alemana sufría la recesión provocada por la guerra, los negocios de Stinnes estaban en expansión. Durante el conflicto bélico supo hacerse con buena parte de los contratos otorgados por el gobierno imperial, para el abastecimiento de la sociedad alemana y de las tropas destacadas en los diferentes frentes. Estos contratos le convirtieron en el segundo industrial más importante de Alemania, el único capaz de hacer sombra a Walter Rathenau. La relación entre ambos industriales era cordial, muestra de ello fue que Rathenau solicitó la colaboración de Stinnes en el Departamento de Materias Primas que en Berlín, coordinaba él mismo. Stinnes se hizo cargo de certificar la toma de posesión de las diferentes minas y fundiciones que el ejército alemán fue ocupando en los territorios franceses y belgas. Además supervisaba el cambio de maquinaria en las industrias ocupadas, y tenía bajo su responsabilidad el envío de trabajadores forzosos de las zonas sometidas hacia las industrias alemanas.
Cuando aún resonaban las explosiones de la artillería se hizo con la mayor parte de la industria alemana y, finalizada la contienda, Stinnes supo adelantarse a los acontecimientos que sobrevendrían a Alemania tras su derrota. Así fue como, antes de que la inflación de la posguerra cayese sobre la economía alemana, compró numerosas empresas con un dinero que a los pocos días no era más que papel mojado. Además logró que se le otorgasen cuantiosas indemnizaciones estatales por la pérdida de las propiedades que tenía en Alsacia y Lorena, concedidas a Francia conforme al Tratado de Versalles.
Stinnes no dudó en presionar a la República de Weimar, a pesar de conocer las dificultades políticas, sociales y económicas por las que estaba atravesando el país. En el ambiente convulso e incierto de este periodo, Stinnes consideró oportuno bajar al ruedo político para defender sus posiciones de furibundo antidemócrata. Hasta ese momento, su única participación en la vida política consistía en sustentar económicamente al incipiente Partido Nacionalsocialista Alemán, sin embargo no se vinculó políticamente al partido nazi, sino que decidió fundar su propia formación: el Deutsche Volkspartei ('Partido del Pueblo Alemán'). En las elecciones de 1920 logró un escaño en el Reichstag, que conservaría hasta su muerte en 1924. En las elecciones municipales de 1921, su partido defendió a ultranza posiciones monárquicas y ultranacionalistas.
La necesidad de controlar y manipular a la opinión pública fue acrecentándose conforme se vinculaba más y más con el mundo de la política; Stinnes mantuvo una política económica muy agresiva con los medios de comunicación, para que éstos girasen hacia sus posiciones políticas. Provocó un aumento del precio del papel a través de sus empresas madereras y de las de pasta de papel. Este chantaje hizo que muchas editoras se plegasen a los dictados de Stinnes. El control de los medios de comunicación no se limitó a Alemania, sino que expandió su imperio comunicativo a países limítrofes con el control de diarios de Praga, Budapest y Viena. Estas publicaciones servían de altavoz propagandístico a los pensamientos políticos de Stinnes, centrados especialmente en atacar el Tratado de Versalles. Incluso desde esos medios Stinnes llegó a pedir a los trabajadores alemanes que abandonasen las ocho horas laborales para aumentarlas a diez.
1922 fue una fecha clave para la industria alemana, ya que en ese año fue asesinado Walter Rathenau. Stinnes, junto con otros industriales germanos, decidió entonces crear el más importante trust del país, conocido como el Siemens-Rheinelbe-Schuchert Union, que tuvo bajo su control la totalidad de la explotación de carbón en Alemania y de las fundiciones de hierro y acero; además esta unión logró competir con la AEG de los Rathenau en el suministro de electricidad. El holding liderado por Stinnes estaba formado por innumerables empresas de diferentes sectores y tenía la característica de que las firmas de la empresa no se abastecían de los productos de las compañías del trust.
Cuando Stinnes falleció, el 10 de abril de 1924, controlaba la quinta parte del total de la industria de Alemania, y su imperio incluía más de mil quinientas empresas. Tenía bajo su control minas, industrias siderúrgicas y metalúrgicas, hoteles, restaurantes, periódicos, fábricas madereras, líneas de barcos de vapor y astilleros. Sus intereses se repartían por buena parte del mundo, desde países europeos como Austria, Suecia, Dinamarca, Italia o España, hasta, por ejemplo, Brasil y las Indias Holandesas Orientales. Sin embargo, al fallecer Stinnes, se demostró que todo ese poderoso imperio tenía los pies de barro, ya que ante la falta de la cabeza visible no tardó en entrar en quiebra. Aunque el negocio empezó a ser dirigido por su hijo, los intereses estaban demasiado dispersos y eran muy difíciles de manejar. Muchas de las empresas tuvieron que ser liquidadas y en 1925 tuvo que fundarse una nueva compañía muy diferente a la anterior.
Enlaces en Internet
http://www.dhm.de/lemo/html/biografien/StinnesHugo/; página dedicada a la biografía de Stinnes (en alemán).
http://www.idgr.de/lexikon/bio/s/stinnes-h/stinnes-h.html; página dedicada a la biografía de Stinnes (en alemán).
RHL
