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LiteraturaBiografía

Steimberg, Alicia (1933-2012)

Narradora argentina, nacida en Buenos Aires el 18 de julio de 1933 y fallecida en su ciudad natal el 16 de junio de 2012. Autora de una espléndida producción novelesca en la que, valiéndose de la ironía, el humor y la ternura, recurre a diferentes procedimientos formales y temáticos de la narrativa contemporánea (como los argumentos truncados o la confusión de identidades en la voz que relata la historia) para ofrecer una amarga visión de la violencia que domina la sociedad argentina y, en general, al ser humano actual, está considerada como una de las voces femeninas más destacadas de la prosa de ficción austral de la segunda mitad del siglo XX.

Su infancia, rodeada de dificultades económicas, transcurrió en esa ciudad de Buenos Aires que, al cabo de unos años, habría de convertirse en el referente geográfico de todas sus narraciones. Nacida en el seno de una familia de emigrantes judíos procedentes del este de Europa (sus abuelos maternos eran de Ucrania y Rumanía, mientras que los progenitores de su padre eran miembros de una de esas colonias de judíos rusos que se establecieron en la provincia de Entre Ríos), comenzó a recibir desde niña una esmerada formación escolar merced a los desvelos de su padre, maestro de profesión; pero, cuando sólo contaba ocho años de edad, el repentino fallecimiento de su progenitor sumió a la familia en una grave inestabilidad que se acentuó gravemente a raíz del acoso sufrido por su madre, una dentista que se vio privada de su trabajo por culpa de una denuncia anónima que la acusaba de deslealtad con el gobierno peronista. Todas estas dificultades no sólo marcaron decisivamente la posterior formación de Alicia y sus hermanos -la futura escritora era la hija mayor del matrimonio judío-, sino que introdujeron en el núcleo familiar un acusado desequilibrio psicológico que, sumado a las estrecheces económicas, determinó también el carácter de Alicia Steimberg y halló luego un amplio reflejo en su obra literaria.

A pesar de todas estas dificultades, la innata curiosidad intelectual de la joven Alicia le ayudó a completar un amplio historial académico que se vio coronado con su licenciatura en el Instituto de Lenguas Vivas como profesora oficial de lengua inglesa, lo que le permitió empezar a ganarse la vida por su propia cuenta, ejerciendo la docencia y colaborando también profesionalmente en diferentes talleres de creación literaria. Su brillante trayectoria como escritora la condujo, al cabo de los años, hasta la Dirección de la Sección de Libros de la Secretaría de Cultura.

Escritora vocacional, cultivó la prosa de ficción desde sus años juveniles, pero no se atrevió a dar a la imprenta ningún original hasta que, ya alcanzados los treinta y ocho años de edad, la insistencia de su segundo marido la animó a publicar su primera novela, presentada bajo el título de Música y relojeros (1971). Dos años después, volvió a los anaqueles de las librerías con La loca 101 (1973), una segunda entrega narrativa que vino a confirmar las buenas impresiones causadas por su opera prima, al tiempo que la revelaba como una de las autoras más lúcidas y sagaces en el análisis de la realidad política y social de su entorno. En efecto, en La loca 101 Alicia Steimberg se sirve de las disparatadas confesiones de una escritora y ama de casa para presentar, desde una perspectiva cómica que no quiere ocultar el trasfondo dramático que la origina, las graves tensiones políticas y económicas que, a comienzos de los años setenta, eran preludio de la trágica y sangrienta explosión de violencia que habría de sacudir el país durante toda la década. El dramatismo de la situación (bien plasmado en esta expresión de la protagonista-narradora: "¿De qué carajo vamos a reírnos ahora?") cobró tintes proféticos para la propia Alicia Steimberg, quien, a pesar del dolor que sentía como madre, en 1976 animó a sus dos hijos adolescentes (habidos en su primer matrimonio) a que abandonaran Argentina y se refugiaran en Roma, ante las trágicas amenazas que se cernían sobre los jóvenes que, como ellos, hacían alarde de una ideología progresista.

Siguieron luego otras espléndidas narraciones de la autora bonaerense, como Su espíritu inocente (1981), Como todas las mañanas (1983), El árbol del placer (1986), Amatista (1989) y El mundo no es de polenta (1991); pero su definitiva consagración como una de las grandes prosistas argentinas contemporáneas le llegó tras la publicación de Cuando digo Magdalena (1992), obra galardonada en el mismo año de su aparición con el Premio de Novela Planeta-Biblioteca del Sur. Jugando con el cambio de identidad de los narradores -una constante en toda su obra- y con la presentación fragmentaria de la substancia argumental, Alicia Steimberg consiguió de nuevo con esta gran novela poner en evidencia las convenciones sociales y, en general, todos los aspectos que regulan las relaciones humanas (incluido el verbal, aquí transgredido desde la ironía y el humor). El relato de una visita a una aristocrática mansión de Buenos Aires en la que tiene lugar una muerte inesperada y violenta sirve aquí de pretexto para burlarse, en primer lugar, de la arbitrariedad de los códigos sociales que regulan la convivencia en la Argentina actual; pero también para poner de manifiesto la violencia y la falta de entendimiento que parecen dominar las relaciones humanas en cualquier parte del mundo.

El resto de la producción literaria de Alicia Steimberg incluye títulos como Vidas y vueltas (1999), El barco de los inmigrantes y El sexo, la muerte y los medios.

Autor

  • José Ramón Fernández de Cano