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PinturaBiografía

Spencer, Sir Stanley (1891-1959)

Pintor británico, nacido en Cookham (Berkshire) el 30 de junio de 1891 y fallecido en 1959, cuya obra, de carácter figurativo, es una de las más originales de la pintura británica del siglo XX.

Nació en el seno de una familia interesada por el arte, la literatura y, sobre todo, la religión, cuya importancia en el desarrollo de su obra fue vital. Su padre, maestro de música y organista, compaginó estas actividades con sus estudios religiosos y sus lecturas de la Biblia. Estudió arte en la Escuela de Arte Slade entre 1908-1912, donde fue objeto de numerosas distinciones, y donde a su natural inquietud artística y a su facilidad para la práctica pictórica se unió un ambiente familiar estimulante. Al finalizar sus estudios, expuso por primera vez algunas de sus obras en la exposición postimpresionista de Roger Fryque se celebró en 1812. Entre 1915 y 1918 sirvió en el ejercito, primero como enfermero en el Beaufort Hospital y después fue movilizado al frente a Macedonia, donde permaneció hasta que enfermó de malaria, experiencia dramática que se reflejó en su obra posterior. Su acatividad en el frente acabó en 1918, cuando fue nombrado artista oficial de guerra, experiencia que repitió en la Segunda Guerra Mundial, durante la cual le fueron encargados una serie de lienzos sobre el trabajo en los astilleros de la Armada, que en la actualidad se conservan en el Museo Imperial de la Guerra. En 1927 expuso por primera vez en solitario en la galería Goupil de Londres. Dimitió de la Royal Academy en 1935, cuando fueron rechazadas dos de sus obras, y hasta 1950 no volvió a la institución. En 1937 se divorció de Hilda Carline para casarse con su amante, Patricia Preece, dos mujeres cuya presencia es constante en la obra de Spencer, tanto en las obras que evocan escenas domésticas, en las que aparece Hilda, como en las de temática marcadamente sexual, que muestran a Patricia.

Estilísticamente, las fuentes de las que bebe la obra de Spencer son dispares, abarcan desde el conocimiento de los maestros del primer Renacimiento hasta la obra de los prerrafaelistas de decisiva influencia en su pintura. Su perfil ha sido muchas veces comparado al del poeta y grabador del siglo XIX, William Blake, tanto por la originalidad del carácter de su obra en su contexto histórico como por la influencia religiosa de sus cuadros. En 1924 pintó una de sus más célebre obras, La Resurrección: Cookham, (1924-26, Tate Gallery, Londres), expuesta tres años después y fuertemente alabada por algunos críticos, que llegaron a considerarla síntesis de la armonía prerrafaelista y la experimentación cubista y vieron en ella el cuadro más importante del siglo pintado por un artista británico. Esta obra es representativa de la producción religiosa de Spencer, por el tratamiento figurativo de la escena y por su localización, como hizo con otras de temática religiosa en su Cookham natal.

Entre 1927 y 1932 se dedicó a la realización de una serie de murales encargados para la Capilla Memorial Sandham ,en Burghclere (Hampshire). Esta capilla, construida en memoria de Henry Sandham, un soldado muerto durante la Primera Guerra Mundial, aleja su temática de escenas bélicas y se concentra en la vida del soldado, al tiempo que evita el contenido violento que cabría esperar en la representación del tema. El encargo, que fue motivado por el éxito de su obra La Resurrección, fue realizado al óleo y contiene escenas como La Resurrección de los Soldados (1928-29) o El Dorado.

En la década de 1930 Spencer se distanció del favor del público y de la crítica. Su obra se caracterizó por una mayor libertad formal y una escabrosa temática de índole sexual que propició el distanciamiento y su posterior dimisión como miembro de la Royal Academy.

En Desnudo de la pierna de cordero (1937, Tate Gallery, Londres) presenta un autorretrato con Patricia, donde se hacen evidentes las tensiones sexuales que lo emparentan con Balthus. La parte de su obra dedicada a su vida con Hilda Carline se compone de escenas de temática más amable y composición estática, con figuras enigmáticas, que abandonan las perspectivas inestables características de la obra de los años treinta y cuarenta. Con Cartas de Amor (1950, Colección Thyssen Borthemisa, Madrid), Spencer inició una serie de obras dedicadas a su ex mujer, fallecida ese mismo año, con la que mantuvo una relación epistolar que no interrumpió ni con la muerte de ésta.

El carácter marcadamente individual de la obra de Spencer, así como su experiencia figurativa, en un momento en que la abstracción pretende representar todas las facetas de la vida humana, hacen que su obra posea una gran originalidad en el panorama pictórico británico del siglo XX.

Bibliografía

  • COLLIS, M. Stanley Spencer. A Biography. Londres, 1962.

  • ROTHENSTEIN, E. Stanley Spencer. Oxford, 1945.

  • SPENCER, G. Stanley Spencer. Londres: 1961.

Autor

  • AJMS