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LiteraturaBiografía

Sobrino de Morillas, María, o Sor María de San Alberto (1568-1640).

Poetisa, dramaturga, tratadista y religiosa española, nacida en Valladolid en 1568, y fallecida en su ciudad natal el 9 de julio de 1640. Era hermana mayor de otra importante escritora española, Cecilia Sobrino de Morillas, también consagrada a la vida monacal.

Vida.

Desde niña estuvo muy unida a su hermana menor, con la que ingresó en el vallisoletano convento de la Concepción del Carmen Descalzo en 1587, donde ambas profesaron el día 17 de enero del año siguiente. Atrás quedaban los diecinueve años de vida laica de la joven María, marcados, desde su bautismo en la Catedral de Valladolid el 26 de diciembre de 1568, por un profundo sentimiento religioso y, a la vez, por un vivo interés humanístico. No en vano era hija de una de las mujeres más cultas y sensibles de su época, doña Cecilia de Morillas, que a su extraordinario dominio de diferentes lenguas extranjeras (portugués, francés, italiano, latín y griego), sumaba su virtuosismo en la ejecución de varios instrumentos musicales, sus amplios conocimientos de teología y filosofía, sus grandes dotes para la pintura (con especial inclinación a la técnica del retrato) e, incluso, su iniciación en los secretos de la arquitectura.

Educada por su madre y, tras el prematuro fallecimiento de ésta (acaecido en 1581), por sus hermanos mayores, la joven María Sobrino se mostró pronto muy apta para el cultivo de la creación literaria y, por claro influjo de las enseñanzas maternas, para el manejo de los pinceles. A estas cualidades artísticas e intelectuales sumaba un carácter sumamente dócil, inclinado al ejercicio constante de la humildad gracias al rigor ascético con que se enfrentaba a las adversidades que iban surgiendo en su vida; entre ellas, sin duda la más enojosa fue la fragilidad de su salud, de continuo afectada por graves enfermedades que, en ocasiones, le causaban terribles dolores.

Ya dentro de su comunidad religiosa, Sor María de San Alberto mostró también grandes dotes para la organización y administración, lo que le permitió desempeñar los más variados cargos al servicio de sus hermanas; fue primero Maestra de novicias, Superiora en dos ocasiones (1600 y 1626) y Priora en otras dos etapas de su dilatada vida monacal (1604 y 1629).

Obra.

Sin embargo, el mayor servicio que prestó a sus compañeras de congregación fue su entrega al cultivo de las Letras, que arrojó espléndidos frutos para el solaz y el aprendizaje de todas las monjas del convento carmelita. En efecto, Sor María se encargó de componer numerosas piezas teatrales que, puestas en escena por las monjas y dirigidas por la propia autora, servían para solemnizar diferentes festividades celebradas en el cenobio, especialmente el Nacimiento de Cristo. Al respecto, cabe señalar que, en compañía de su hermana, Sor María de San Alberto pasa por ser la autora de las primeras muestras conocidas de ese teatro femenino conventual que tanto rendimiento habría de tener durante los siglos XVII, XVIII y XIX. Por lo demás, resultan muy interesantes las acotaciones y anotaciones que, como directora de escena, dejó manuscritas en los márgenes de sus propios textos, pues sirven para reconstruir los medios -y las limitaciones- con que contaban las monjas a la hora de llevar a las tablas, dentro de los muros del convento, estas representaciones teatrales.

Por desgracia, sólo se conocen en la actualidad tres de estas piezas dramáticas escritas por Sor María de San Alberto, que han llegado hasta nuestros días a través de los manuscritos conservados en el convento vallisoletano donde profesó la autora. La primera de ellas, titulada Fiesta del Nacimiento, es un auto de Navidad escrito en versos de diferentes medidas. Se trata de una pieza muy breve y sencilla, sin grandes alardes dramatúrgicos, que presenta a cuatro pastores y dos pastoras que, tras una dura jornada de trabajo, escuchan el anuncio del nacimiento de Cristo y corren a adorarlo y agasajarlo con sus humildes presentes, para acabar cantando y bailando ante el pesebre. El encanto de esta obra no reside en su estructura dramática -verdaderamente simple-, sino en los hallazgos líricos, de tipo tradicional, que jalonan los cánticos de los pastores: "Cuando pace mi ganado / hace un aire tan helado / que el color acostumbrado / de perderle tengo pena: / tórnome morena".

La segunda de las obras conservadas lleva por título Festecica de Navidad, y es otro auto navideño escrito en verso polimétrico, de idéntica simpleza formal que la pieza anteriormente descrita, y dotado de la misma gracia y soltura en la reproducción de la sencillez del lenguaje popular. La última de sus obras conocidas, titulada Fiesta del Nacimiento con cuatro virtudes: paz, justicia, verdad y misericordia, es, asimismo, un auto navideño en verso polimétrico que presenta, respecto a las dos piezas anteriores, la novedad de desarrollar una mayor complejidad dramática, lograda -en parte- merced a la inclusión de varios personajes alegóricos.

Al igual que su hermana Cecilia, María Sobrino de Morillas también recurrió a la escritura en prosa para redactar algunos tratados ascéticos y místicos. Asimismo, escribió numerosos poemas de contenido religioso, siempre orientados a los temas místicos y -del mismo modo que ocurría con la producción lírica de su hermana- claramente influidos por las obras de los grandes místicos del siglo XVI, como Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz.

Bibliografía.

  • - ALONSO CORTÉS, Blanca. Dos monjas vallisoletanas poetisas (Valladolid: Imprenta Castellana, 1971).

- HORMIGÓN, Juan Antonio (dir.) Autoras en la Historia del Teatro Español (1500-1994). (Madrid: Publicaciones de la Asociación de Directores de Escena de España, 1996). 2 Vols.

Autor

  • JR.