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PinturaBiografía

Signorelli, Luca (1450-1523)

Pintor italiano, nacido en Cortona en 1445, y muerto en 1523. Las primeras noticias que se tienen sobre él se remontan a 1470, y se supone que pudo ser discípulo de Piero della Francesca y gran admirador de la obra de Pollaiolo. De esta primera época juvenil son obras como San Pablo, realizado en la torre del Vescovo de la Citá di Castello, la decoración del órgano de la iglesia de San Francisco en Cortona y El estandarte de la Flagelación en Fabriano, donde combina las distintas influencias recibidas.

Retrato de hombre griego. Luca Signorelli (1500). Berlín.

En 1482 es llamado a Roma para intervenir en los frescos de la Capilla Sixtina y en ella realiza El Testamento y La Muerte de Moisés, donde se muestra como un maestro en la composición de escenas.

Vuelto a su ciudad, se consagró como un pintor altamente original realizando obras tan destacadas como El retablo Vagnucci de 1484, la Educación de Pan destruida en 1944 y la Sagrada familia, de los Uffizi de Florencia. Son obras en las que conjuga todos los estímulos culturales florentinos, su maestría en la disposición de escenas y un intelectualismo sereno de los principales temas del Quattrocento.

Entre 1480 y 1490, tiene una gran actividad; destacan obras como La natividad de la National Gallery de Londres, La adoración de los Magos de París y San Sebastián de la Citá de Castello. En éstas muestra una tendencia a composiciones cada vez más complejas, superando los limites del marco, búsqueda que desembocó en los magníficos frescos del Monte Oliveto Maggiore, donde desarrolla el tema del Juicio Final, en una visión que ha sido considera como un antecedente del fresco de Miguel Ángel en la Sixtina. El ciclo se compone de las escenas de La caída del Anticristo, La resurrección de la carne, Los Bienaventurados, los Condenados y La llegada al paraíso. Esta obra, considerada sin duda como la mejor de su producción, se caracteriza por una utilización masiva del desnudo en una temática religiosa, como en la visión de Los bienaventurados, precedente de la visón de Miguel Ángel, y la utilización de la luz en función de lo que se quiere expresar, como en Los condenados, que se enmarca en un ambiente de penumbra. Éstos se van a enlazar formando una composición dinámica y dando la sensación de algo vivo, idea que utilizará igualmente Miguel Ángel. En La caída del Anticristo, se utiliza una perspectiva geométrica y se introducen grandes arquitecturas de gusto clásico, siguiendo los postulados del arte del Quattrocento. La figura del anticristo está totalmente secularizada, vestido de época. En el fresco se introduce el retrato del propio Signorelli, desligado del mundo que lo rodea y vestido con indumentaria del momento, es la afirmación de la importancia del artista en el Quattrocento, consciente del decisivo papel que está jugando en la cultura del momento.

Entre sus obras posteriores podemos recordar el Políptico de Acervia de 1507, La comunión de los Apóstoles de 1512, obras donde se advierte la influencia de Rafael, y el Descendimiento de 1517. Después de este lienzo, el resto de sus realizaciones muestran una cada vez mayor intervención de sus discípulos, las obras más destacadas son: la Anunciación, para la catedral de Cortona y el retablo, para la hermandad de san Jerónimo en Arezzo.

Bibliografía

  • BERENSON, B.: Los pintores italianos del Renacimiento, Barcelona, 1954.

  • BERGER, R.: El conocimiento de la Pintura, Barcelona, 1976.

  • ENZINA, J. de la: Los Pintores italianos del Renacimiento. México, 1949.

  • POPE-HENNESSY, J.: El retrato en el Renacimiento, Madrid, 1985.

  • SEBASTIAN, S.: Arte y Humanismo, Madrid, 1978.

Autor

  • Esther Alegre Carvajal