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HistoriaPolíticaBiografía

Shaftesbury, Anthony Ashley Cooper. Séptimo conde de (1801-1885)

Político británico, nacido en Londres en 28 de abril de 1801 y fallecido en Folkestone (Kent) el 1 de octubre de 1885, que fue uno de los principales reformadores sociales ingleses del siglo XIX y dirigió el movimiento evangélico dentro de la iglesia anglicana.

Vida

Era el primogénito del matrimonio formado por Cropley Cooper, hermano menor del quinto conde de Shaftesbury, y Anne, hija del duque de Marlborough. Cuando contaba diez años se convirtió en lord Ashley of Willborne Saint-Gilles, al acceder su padre al título de conde. Como correspondía a su posición social, fue educado en la estricta disciplina del colegio Harrow y, posteriormente, pasó al Christ Church College de Oxford a fin de prepararse para la vida pública. En 1826 fue elegido para la Cámara de los Comunes como representante del partido tory (conservador) por el distrito electoral de Woodstock. Entre 1831 fue reelegido, esta vez por el distrito de Dorset, al que representó hasta 1846.

Desde los inicios de su carrera política, Ashley se interesó vivamente por el movimiento de reformas sociales que cobraba forma entre la clase política liberal inglesa. Al comenzar las campañas de reforma laboral, dirigidas por Richard Oastler y Michael Thomas Sadler, Ashley defendió abiertamente la necesidad de dichas reformas y participó en su puesta en marcha. En 1828 fue designado miembro de la comisión encargada de estudiar las condiciones de vida de los enfermos mentales, de la que se convirtió en presidente en 1834. En 1833, tras perder Michael Sadler su escaño en la Cámara de los Comunes, Ashley le sustituyó al frente del movimiento reformista que exigía en el parlamento la aprobación de la jornada de diez horas en las fábricas textiles. En 1832 encabezó la oposición a la Declaración de Reforma que pretendía imponer la extensión de las exenciones fiscales. En 1845 consiguió la aprobación de la Ley de Demencia, primera legislación británica sobre el tratamiento y atención a los enfermos psíquicos que, hasta entonces, habían sido excluidos como despojos sociales. Pese a su ferviente religiosidad evangélica, Ashley fue un defensor de la libertad de culto y favoreció la emancipación política de la población católica. En 1842 consiguió la aprobación de la Ley de Minas, que prohibía la contratación de mujeres y niños menores de diez años para los trabajos en el subsuelo en las minas de carbón, donde hasta entonces se empleaban a niños de hasta 4 años. En 1847 fue uno de los principales promotores de la Ley de las Diez Horas, conocida popularmente como Ley Ashley (pese a haberse aprobado en un período en el que Ashley no era miembro de la Cámara), que estableció la jornada laboral de diez horas en las fábricas. En 1851 sucedió a su padre como titular del condado de Shaftesbury.

Aunque su defensa del reformismo social le convertía en una singular excepción dentro de su medio político y social, Ashley fue acusado por el líder socialista John Bright de mantenerse alejado de las condiciones reales de trabajo del proletariado inglés y de indiferencia hacia las que padecían los campesinos, incluidos los que laboraban las muchas tierras de los Shaftesbury. En 1848 fue nombrado miembro de la Junta General de Salud, cargo que ocupó hasta 1854. Posteriormente participó en campañas para fomentar la edificación por parte del estado de viviendas de bajo coste para familias obreras. Durante casi cuarenta años fue presidente de la Unión de Escuelas de Desheredados, fundación que daba educación y sustento a niños sin recursos económicos. Su rigurosa moral evangélica influyó de forma determinante en su actividad pública. Fue presidente de la Sociedad Británica de la Biblia y fundador de diversas agrupaciones de jóvenes cristianos y de institutos para la formación de obreros. Invirtió buena parte de su fortuna personal en financiar misiones evangélicas y anglicanas en diversos proyectos de ayuda social. Pese a haber apoyado la libertad de los anglocatólicos, se opuso a su creciente influencia y a su acumulación de poder económico y apoyó la Ley de Culto Público aprobada por el primer ministro Benjamin Disraeli en 1874, que estableció controles a la expansión de la confesión anglocatólica. Murió el 1º de octubre de 1885 en Folkestone (Kent), a los ochenta y cuatro años.

Autor

  • Victoria Horrillo Ledesma