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PolíticaBiografía

Seddon, Richard John ( 1845-1906).

Político y abogado británico, nacido el 22 de junio de 1845, en Eccleston, perteneciente a Lancashire (Inglaterra), y muerto el 10 de junio de 1906, mientras navegaba entre Australia y Nueva Zelanda. Su actividad política se desarrolló completamente en Nueva Zelanda, a donde se trasladó desde Australia en 1866. En ese país ostentó el puesto de Primer Ministro durante cuatro legislaturas consecutivas, concretamente desde 1893 hasta 1906, fecha de su quinta victoria electoral, que coincidió con su muerte. Recibió como apodo el sobrenombre de Rey Ricardo, debido a su progresiva actitud despótica.

Su infancia y juventud estuvieron ligadas a su país natal, donde trabajó en fundiciones de hierro hasta los dieciocho años; en ese momento emigró a Australia, y allí continuó desarrollando su actividad en los yacimientos auríferos de Bendigo, en Victoria. Tres años después se trasladó a Nueva Zelanda, concretamente en 1866, donde siguió trabajando en las minas de oro de Hokitika. En este contexto fue donde inició su actividad pública, como abogado de los trabajadores de la minería, principalmente de aquellos que estaban relacionados con los yacimientos auríferos, en defensa de sus intereses. El prestigio popular que alcanzó le facilitó la consecución de un puesto en el parlamento en las elecciones de 1879. Gran conocedor de la situación real de los problemas de la minería en Nueva Zelanda, su primer cargo de importancia fue el de ministro de Minas y Obras Públicas, durante el gabinete presidido por el liberal John Ballance, desde 1891 hasta 1893. Desde este cargo propuso la supresión de los subcontratos estatales para el sector, lo que constituyó una medida de gran relevancia. En 1893 sucedió a Ballance como Primer Ministro de Nueva Zelanda. A lo largo de cuatro legislaturas, Seddon fue adoptando medidas que sembraron las bases del bienestar social, sin que por ello se pueda afirmar que actuara de forma extremista o radical. El hecho de que Seddon obtuviera el apoyo mayoritario durante tan amplio espacio de tiempo provocó una progresiva actitud despótica, pues, poco a poco, aglutinó bajo su dirección todas las carteras ministeriales. En un principio, su gabinete estuvo formado por figuras relevantes del ámbito político liberal, en las que delegaba amplias funciones; pero, posteriormente, todo el poder se concentró en su persona. Pember Reeves y John McKenzie, prestigiosos políticos liberales, fueron sus apoyos más firmes. Bajo la dirección de Seddon, se aprobaron en materia legislativa leyes tan importantes como el "Acta de conciliación y arbitraje industrial", y medidas asistenciales para los pequeños granjeros. El logro más trascendental de la "era Seddon" fue la aprobación del sistema de pensiones, junto con otras medidas como el control sobre los precios, la potenciación de la minería estatal, los seguros de incendios y proyectos de planificación en la construcción de viviendas. La acción más controvertida de todos sus gobiernos fue la aprobación del sufragio femenino, al que se opuso en principio todo su gabinete. Finalmente se llevó a cabo con éxito, pues solamente dos miembros votaron en contra. En política exterior, sus acciones fueron claramente probritánicas en general, e imperialistas con respecto a su área territorial. Intentó hacerse con el control de las islas Fiji, sin conseguirlo, pero sí obtuvo éxito con las islas Cook, en 1991. Extendió sus dominios al proceder a la compra indiscriminada de extensos territorios pertenecientes a los maoríes, población indígena de Nueva Zelanda, y estableció un férreo control sobre la inmigración oriental por medio de la aplicación de medidas restrictivas, contrarias a la incursión de esta población en Nueva Zelanda. Mantuvo una estrecha unión y colaboración con el Imperio Británico, por lo que participó en la Guerra de los Boers (1899-1902) con más de seis mil soldados y cien mil libras. Mediante acuerdos preferenciales, también estableció un trato especial con su país natal a nivel económico.

Su ambición política provocó que todos sus fieles colaboradores le fueran abandonando. Reeves dimitió en 1896 y Mckenzie lo hizo tres años después, en 1899. Su práctica política, absolutamente despótica, no impidió que consiguiera una quinta victoria electoral consecutiva, que no pudo asumir como consecuencia de su muerte en 1906.

Autor

  • Eva Mª De Miguel Ceballos