Schjerfbeck, Helena Sofía (1862-1946).
Pintora finlandesa nacida en Helsinki (Finlandia) el 10 de julio de 1862 y fallecida en Satsjöbaden (Estocolmo-Suecia) el 23 de junio de 1946.
Con once años, en 1873, comenzó sus estudios en la Escuela de la Asociación Finlandesa de Artistas de Helsinki. A partir de 1876, a causa del fallecimiento de su padre, tuvo que trabajar con ahínco para costearse los estudios. Pronto mostró su admiración por Velázquez y el Greco, lo que guió su vocación. En 1877 comenzó a recibir clases en la Academia Privada de Adolf von Becker (1831-1901) en Helsinki. Sus obras fueron expuestas por primera vez en el año 1879.
En otoño de 1880 se trasladó a París. Allí, en la Academia Trélat de Vigne, contó entre sus maestros con Léon Bonnat y Jean-Léon Gérôme. Un año más tarde, en 1881, pasó a la Academia Colarossi, donde gozó de las enseñanzas de Gustave Courtois (1852-1908) y Raphal Collin (1850-1916). En los primeros años de la década de 1890 centró sus composiciones en temas históricos, siguiendo el gusto y las tendencias finlandesas de la época. Desde 1883 se interesó por temas mucho más cosmopolitas e inició su participación en el Salón de Artistas Franceses. A partir de 1883 vivió una etapa en St. Ives en Cornovailles con su colega artística Maria Wiik y con Marianne Preindelsberger. Durante los dos años que residió en St. Ives, se enfrentó con los artistas de Concarneau y Por-Aven, donde ella pintaba escenas de aire libre en los que se reflejaban las influencias de Gauguin y de los Nabis. La propia autora calificó dichas composiciones como un “período impersonal e inexpresivo” en su obra. También durante su estancia en Cornovailles, fue miembro de la mancomunidad de artistas. Entre estos años elaboró sus dos mayores composiciones: La Panadería (1887) y La Convalecencia (1888). En ellas se muestra su arraigada tendencia tradicionalista que impregna las obras de sus primeros años de trabajo. A partir de 1884 se dedicó a elaborar una larga serie de autorretratos, que desde 1910 se convirtieron en casi una obsesión y que son considerados como sus mejores obras. Desde 1892 hasta 1894 realizó una serie de viajes que le llevaron hasta San Petersburgo, Viena y Florencia. La mayor parte de la década de los 90 la pasó en Finlandia, donde tuvo que trabajar para mantener a su madre. Aceptó el puesto de profesora en la Escuela de Arte de Helsinki hasta el año 1902. A partir de 1900 su salud comenzó a decaer y fueron frecuentes sus estancias en sanatorios, principalmente en Estocolmo (Suecia). En 1902 se trasladó con su madre a Hyvinkää, escapando de la vida social de la capital. Durante los quince años siguientes (hasta 1917) no viajó a Helsinki. Esta retirada se dejó sentir en su estilo, que transformó sus trazos, mucho más sencillos que en sus etapas anteriores, primero de tradicionalismo y más tarde interesada en el esoterismo. Durante su estancia en Hyvinkää diseñó para “Friends of Finnish Handicrafts”. En sus años de retiro pocas veces envió trabajos a Helsinki, pero su éxito llegó en 1917 cuando el periodista y comerciante de arte Gösta Steman expuso sus obras. Entró a formar parte del grupo Vapaat, con dicho grupo realizó exhibiciones en 1920 y 1924. En la década de 1930, realizó algunas obras en las que empleó diferentes técnicas, desde dibujos hasta acuarelas y litografías. En la década de 1930 realizó diferentes versiones de otras ya existentes, por ejemplo de su obra La Convalecencia de 1888. En esta revisión se caracterizó por la eliminación de detalles insignificantes. Fue desde entonces mucho más espontánea y sintética. Dejó sentir más que nunca su admiración por el Greco, limitando sus figuras gélidas y su capacidad para trasmitir el sufrimiento. Llegó en su última etapa a elaborar obras marcadas por el frío, sin vida, llenos de austeridad, como si reflejase el final de su propia vida, con el mayor respeto por el sufrimiento y sus constantes diálogos con la muerte debido a su larga enfermedad.
Falleció en Estocolmo en 1946, casi olvidada; sin embargo, en la actualidad es considerada como una de las más importantes pintoras finlandesas de finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX. En 1987 su obra fue representada en la exposición Lumiéres du Nord-La Pintura Scandinave 1885-1905 en el museo Petit Palais francés. En 1988 también estuvo presente en la exposición Vision du Nord en el Museo de Arte Moderno de París. Gracias a dichos reconocimientos se enalteció la figura de Helena Schjerfberck como una de las más importantes pintoras finlandesas, representantes del arte independiente de su país.
MAMJ