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LiteraturaBiografía

Sarduy, Severo (1937-1993).

Escritor cubano, nacido en Camagüey el 25 de febrero de 1937 y muerto en París el 8 de junio de 1993. Al margen del best-seller y del boom latinoamericano, Sarduy construye una obra llena de humor y de citas cultas, de efectos paródicos y provocativos, fálica y plena de resonancias y referentes de las tres culturas que, según él, confluyen en la idiosincrasia cubana: la española, la negra y la china. Enmarcada en el post-estructuralismo francés, pero escrita en español, su obra necesita la colaboración de un lector competente que coopere con el texto y descifre las numerosas alusiones que contiene y parodia. Su obra narrativa de ficción experimental comienza a aparecer durante la eclosión del boom hispanoamericano, pero es posterior a él por su temática y por su innovación formal.

Sarduy, nacido en el seno de una familia proletaria (su padre era empleado ferroviario), fue Primer expediente en Ciencias y Letras en el Instituto de Camagüey y comenzó a publicar poesía en periódicos locales. A mediados de los años 50 se matriculó en la Facultad de Medicina de La Habana, donde entró en contacto con José Rodríguez Feo y con José Lezama Lima, promotores de la revista Orígenes (1944-1956). Rodríguez Feo, fundador de una nueva revista, Ciclón, en la que habían aparecido poemas de Sarduy, sirvió de guía a éste en sus inicios literarios en La Habana. Publicó también en la revista Carteles, dirigida por Guillermo Cabrera Infante. Participante de la lucha contra la dictadura de Batista, con la subida al poder del gobierno revolucionario de Fidel Castro en 1959, pasó a publicar regularmente en Revolución, órgano del Movimiento 26 de julio liderado por Castro. Asimismo, fue nombrado redactor de la página cultural del Diario Libre y colaboró frecuentemente con Lunes de Revolución, suplemento de Revolución, que se convirtió en la revista más importante de América Latina al llevar a cabo una postura progresista que daba cabida a todas las vanguardias del momento; sin embargo, con el atrincheramiento del régimen en torno a la órbita soviética, los integrantes de Lunes fueron rompiendo con Castro. Sarduy, cuyos intereses también abarcaban las artes plásticas, había recibido una beca del gobierno para estudiar Crítica de Arte en la École du Louvre de París, a donde fue en diciembre de 1959. Sarduy aprovechó su estancia en Europa para conocer la pintura de Velázquez en el Museo del Prado de Madrid, cuyo cuadro de Las Meninas iba a ser también motivo de reflexión en sus ensayos teóricos. Cuando la beca expiró, en diciembre de 1961, decidió no regresar a Cuba: el aparato de represión constituido por el giro neo-estalinista que había adoptado el régimen cubano ya comenzaba a perseguir a los disidentes políticos, entre ellos muchos homosexuales y artistas. Al poco de establecerse en París trabó amistad con Roland Barthes, profesor en la École Pratique des Hautes Études, que se convertiría en uno de los principales representantes del estructuralismo, y con François Wahl, uno de los directores de Éditions du Seuil, de donde saldría la revista Tel Quel, que posteriormente daría nombre a un grupo de intelectuales vinculados a experimentaciones textuales estructuralistas, del que formó parte Sarduy. La labor de Sarduy como crítico y como director de la colección latinoamericana de Éditions du Seuil le llevó a ser considerado un escritor y teórico de prestigio. En Seuil apareció, por ejemplo, la traducción francesa de Cien años de soledad de García Márquez. Publicó en las revistas Tel Quel, La Quinzaine Littéraire, y Mundo Nuevo; esta última, fundada en París por el crítico uruguayo Emir Rodríguez Monegal y opuesta al régimen castrista, tuvo importancia en el desarrollo de la nueva narrativa hispanoamericana, entre cuyos autores destacaba Sarduy por sus conocimientos de teoría literaria.

Obras.

La colección de ensayos que reunió bajo el título de Barroco supone una aplicación de las teorías psicoanalíticas de Lacan al estudio de la literatura; en ella bucea en la interpretación de la narrativa de Lezama, Carpentier y, por extensión, la hispanoamericana, desarrollando las bases de lo que luego dará en llamarse novela neobarroca.

En su obra poética es deudor de Lezama Lima pero, tras la perfección técnica de sus moldes barrocos, la poesía de Sarduy está llena de referencias sexuales explícitas como nunca antes se había hecho en lengua española.

En cuanto a su teatro "radiofónico", en 1971 estrenó La playa, en Kassel (Alemania), y en París en 1977.

En su obra narrativa prescinde de las constantes de argumento, diálogo y personajes, que eran respetadas por los autores del boom, y pone en práctica la teoría literaria post-estructuralista, pulverizando el relato en argumentos que funden Oriente y Occidente, en diálogos que anulan la distinción entre el yo y el otro, en personajes que se duplican y desdoblan, deformándose y desfigurándose. La fascinación por lo kitch, la crítica radical de la alta cultura, o la reflexión sobre la muerte, se esconden detrás sus personajes, personas tatuadas, travestidos, enanos, pervertidos, chinos, drogadictos, sadomasoquistas, chaperos, monstruos o médicos especializados en cirugía sexual, que simulan ser lo que no son o hacen de sí mismos lo que quieren ser, y se expresan en un lenguaje retórico, de gran alarde estilístico. Si De donde son los cantantes le consagró, Cobra es su obra más experimental. Su prosa va haciéndose más accesible en sus últimas novelas; El Cristo de la rue Jacob es una autobiografía atípica, articulada en secuencias, que reúne lo que él llama "epifanías" o revelaciones de su vida, concretadas en cicatrices corporales y en los momentos en que se las hizo. Pájaros de la playa constituye su testamento literario antes de morir a causa del SIDA, en 1993.

El resto de su obra está compuesta por novelas como Gestos (1963), De donde son los cantantes (1967), Cobra (1972), Maitreya (1978), Colibrí (1983), Cocuyo (1990), Pájaros de la playa (1993); ensayos y reflexiones como Escrito sobre un cuerpo. Ensayos de crítica (1969), Big Bang. Para situar en órbita cinco máquinas de Ramón Díaz Alejandro (1975), La simulación (1982), Nueva inestabilidad (1987), Epitafios (1994); autobiografías como El Cristo de la rue Jacob (1987); poemas como Mood Indigo (1970), Merveilles de la nature (1971), Overdose (1972), Big Bang (1974, recopilación de su obra poética hasta ese momento), Daiquirí (1980), Un testigo fugaz y disfrazado. Sonetos/décimas (1985), Un testigo perenne y dilatado (1993); y obras de teatro como Para la voz (La playa, La caída, Relato, Los matadores de hormigas) (1978).

MGR

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