Santiván, Fernando (1886-1973).
Escritor chileno nacido en Arauco y muerto en Valdivia; su nombre verdadero era Fernando Santibáñez Puga. Fue uno de los escritores que convivió con D'Halmar en la Colonia tolstoyana: grupo de admiradores del novelista ruso, que quisieron vivir las ideas del maestro. Periodista, cuentista y novelista, galardonado con el Premio Nacional de Literatura en 1952.
Fernando Santiván era hijo de un castellano de la provincia de Santander. Su niñez transcurrió en Parral, donde estrechó lazos de amistad con el escritor Mariano Latorre. Estudió en el Liceo de Chillán y en el Instituto Nacional de Santiago. También estuvo en la Escuela de Bellas Artes, de donde fue expulsado y a continuación inició estudios de Pedagogía, aunque no finalizó la carrera.
Fue muy amigo de Augusto D'Halmar, con cuya hermana Elena contrajo matrimonio. Emprendió con él y con Julio Ortiz de Zárate la aventura de vivir a la manera del gran escritor ruso Tolstoi. Su producción narrativa fue paralela a la colaboración permanente con diarios y revistas, como Pluma y Lápiz, Zig Zag, Sucesos, Las Últimas Noticias, La Patria, El Correo de Valdivia, El Diario Austral, de Temuco, etc. Como secretario de la Sociedad de Escritores de Chile, puesto que ocupaba desde 1914, fue el encargado de organizar los “Juegos Florales” en los que obtuvo el triunfo Gabriela Mistral con Los Sonetos de la Muerte.
Su quehacer literario se inició con una serie de relatos breves, cuentos y novelas cortas. A esta primera época pertenece Palpitaciones de vida (1909), libro en el que Santival aborda lo campesino, lo urbano y, de alguna manera, lo fantástico y misterioso. La novela Ansia, presentada en 1910 al Concurso del Centenario donde obtuvo el Primer Premio, es una narración autobiográfica de sus primeros tiempos de escritor en la que se retrata la existencia de los escritores y músicos de Santiago y su lucha contra la indeferencia del público. El Crisol (1913) presenta una historia de amor muy similar a la que se desarrolla en la novela Martín Rivas de Alberto Blest Gana. Un aspecto muy interesante de esta obra es la interpretación que hace el autor de la sociedad santiaguina de comienzos de siglo, de la que se extrae claramente su adhesión a la clase popular.
El año 1916 aparecieron dos novelas, La casa de hierro, de menor importancia y La Hechizada, novela de gran calidad, reconocida por el público y la crítica. Este breve relato tiene su mayor valor en la sencillez y delicadeza con que se narra, así como por algunas características modernistas presentes en él. Al año siguiente salió a la luz En la montaña, un conjunto de relatos ambientados en el sur del país. Hay unas descripciones de la naturaleza muy llamativas y en ellos da cuenta, una vez más, de su facilidad para crear caracteres en pocas pero finas y vigorosas pinceladas.
Después vendrían la novela Robles, Blume y Cía (1923), Charca en la selva (1934), novela-testimonio de los problemas de la colonización de La Frontera y del drama que ella significó para el ecosistema de la región. En 1946 recogió diecinueve cuentos dispersos en diferentes diarios y revistas bajo el título de El bosque emprende su marcha y, en 1948, apareció El Tacho de On Banderas. En 1951 publicó una biografía novelada de las primeras etapas de la vida del héroe nacional Bernardo O'Higgins, titulada El Mulato Riquelme. Al respecto, señala Maximino Fernández en Historia de la Literatura Chilena (ed. Salesiana, 1994): “Es interesante la organización de esta novela. En su primera parte, “En busca de la trama perdida”, el “editor” explica que, para escribirla, se ha documentado en los historiadores, especialmente en Benjamín Vicuña Mackenna. Se utiliza en ella la técnica novedosa de hacer que en unos capítulos hable el “editor”, en otros ceda la palabra al mulato, que se supone es el autor del manuscrito de la novela que se entregará en la segunda parte, y que en algunos, finalmente, haya “cartas” que completan la trama. La segunda parte, llamada “La Novela del Mulato”, es la historia transcrita del supuesto manuscrito de Gregorio Riquelme, el mulato que titula la obra”.
Santiván ingresó a la Academia Chilena de la Lengua y recibió el Premio Nacional de Literatura en 1952. Once años más tarde publicó la novela Bárbara. Escribió también algunas obras dramáticas en colaboración con otros escritores, así como varios ensayos. Importantes también son sus “recuerdos”, que se vertieron en tres libros en los que se muestra su vida y la de los personajes más destacados de la época que le tocó vivir. Las memorias se conformaron sobre la base de crónicas publicadas semanalmente desde 1928, reelaborados para su publicación en 1958. Algunas de ellas son Confesiones de Enrique Samaniego: recuerdos literarios, Memorias de un Tolstoyano, etc.
R. Salinas / A. Harambour
