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LiteraturaBiografía

Santa Cruz, Melchor de (1520-1580).

Escritor español del que se desconocen prácticamente todos los datos sobre su vida, incluidas las fechas y lugares de su nacimiento y de su muerte. En los preliminares y dedicatoria de su obra más importante, la Floresta española de apotegmas o sentencias, sabia y graciosamente dichas, de algunos españoles (Toledo, 1574), se dice que nació y vivió en Toledo. Pero algunos estudiosos le hacen originario del pueblo de Dueñas (Valladolid), ya que su segundo apellido hacía referencia a esta localidad. Aunque se han documentado diversos documentos notariales y administrativos toledanos de la segunda mitad del siglo XVI que mencionan a un cierto "Melchor de Santa Cruz", no es seguro que todas estas alusiones se identifiquen con el escritor. En la época en que se publicaron sus dos libros, Luis Hurtado de Toledo, en su Memorial de algunas cosas notables que tiene la Imperial Ciudad de Toledo, mencionaba entre los ingenios de la ciudad a Melchor de Santa Cruz.

Este personaje es recordado como autor de dos libros: la Floresta y Los cien tratados (Toledo, 1576). Es prácticamente seguro que los redactó a la vez, ya que las fechas de las licencias otorgadas por Felipe II están separadas sólo por tres semanas. Se ignora por qué el primero de los libros vio la luz en 1574 y por qué el segundo lo hizo dos años después. La Floresta es quizá la colección de apotegmas y de facecias, de anécdotas y chascarrillos, tanto graves como graciosos, más importante de la España de los Siglos de Oro. Los cien tratados es una colección de sentencias y avisos morales y didácticos redactada en tercetos.

La Floresta de Melchor de Santa Cruz heredó, reelaboró, depuró y amplió la tradición de obras de "dichos y hechos" (todos ellos imitadores por lo general de Valerio Máximo) que floreció extraordinariamente a finales de la Edad Media y durante todo el Renacimiento, y que había dado frutos tan notables como el Rerum memorandarum libri IV de Petrarca (ca.1343-1345), De dictis et factis Alphonsi Regis Aragonum libri IV (1485) de Beccadelli, Dictorum factorumque memorabilium libri VI de Marulo (1506), De memorabilibus factis dictisque exemplorum libri X de Sabélico (1507), De dictis factisque memorabilibus libri IX de Fulgoso (1508), y De exemplis illustrium uirorum Venetiae ciuitatis atque aliarum gentium de Egnazio (1554).

Está compuesta por unos 1.055 breves o brevísimos relatos, caracterizados por su concisión, sobriedad, agudeza e ingenio. Su obra está también en la tradición de colecciones de cuentos y chistes breves como fueron El Sobremesa y Alivio de caminantes (1563) y el Buen Aviso y Portacuentos (1564) de Juan de Timoneda. Pero Santa Cruz no se limitó simplemente a editar sus relatos, sino que también los ordenó, agrupó y jerarquizó, tal como era común en las colecciones de apotegmas. Seguía así el modelo de los Apotegmas de Plutarco; y, muy especialmente, la colección llamada Mensa philosophica (ca. 1470), que había ordenado los apotegmas por oficios, tal como hizo él.

Entre las fuentes y paralelos de las narraciones acogidas por Santa Cruz en su Floresta se pueden destacar diversas obras latinas clásicas de Cicerón TULIO o Marcial; latinas humanísticas de Erasmo, Poggio, Bebel, Tünger, Beccadelli, Fulgoso, así como la Mensa philosophica; españolas de Timoneda y de Rodríguez Almella; italianas de Castiglione, Domenichi, Guicciardini y Lando, así como las Facezie del Piovano Arlotto; repertorios de proverbios, refraneros, crónicas y biografías (desde Plutarco hasta don Francesillo de Zúñiga); obras diversas de Fray Antonio de Guevara; y obras eruditas y didácticas que van desde el De remediis de Petrarca hasta la Filosofía Vulgar de Mal Lara. En la gran mayoría de ellos es también evidente la influencia de una tradición oral en que sin duda vivieron y evolucionaron.

Pese a todos estos modelos y paralelos más o menos directos, la Floresta de Santa Cruz está considerada como una obra de gran ambición, perfección y originalidad, visible sobre todo en el hecho de que casi todos sus relatos estén protagonizados por personajes españoles, que a veces llegan incluso a sustituir a los personajes de la antigüedad de los relatos anteriores.

Entre sus bloques temáticos, estrictamente organizados y jerarquizados, hay apotegmas y facecias referidos a papas, cardenales, arzobispos, obispos, clérigos, frailes, reyes, caballeros, capitanes, soldados, aposentadores, truhanes, pajes, jueces, letrados, escribanos, alguaciles, ladrones, ajusticiados, médicos, cirujanos, estudiantes, vizcaínos, mercaderes, oficiales, labradores, pobres, moros, enamorados, músicos, locos, esposos, hidalgos, necios, bestias, escasos, narigudos, ciegos, chicos, largos, cortos, flacos, corcovados, cojos, mujeres, viudas, niños, viejos y enfermos. Bloques temáticos adicionales son los dedicados a juegos de ingenio verbal, de cortesías, de mesa, de apodos, burlas o desafíos.

La Floresta de Santa Cruz fue una obra extraordinariamente leída, difundida, traducida, adaptada e imitada durante al menos dos siglos. Entre 1574 y 1669 se hicieron al menos dieciocho ediciones españolas, además de otras que vieron la luz (también en español) en Bélgica, Portugal o Alemania. Sus ecos se encuentran desperdigados desde los cuentos de Garibay hasta los de Juan de Arguijo y el Floreto de anécdotas y noticias diversas, pasando por innumerables obras de Lope de Vega, Cervantes, Tirso de Molina, Calderón de la Barca, Quiñones de Benavente. Todavía en una Floresta española que hasta copió su nombre y fue impresa por Francisco Asensio en 1728 quedaban unos cuarenta apotegmas originales de Santa Cruz. Su popularidad en el extranjero fue también muy notable. En Francia, Pierre de Bourdeille, señor de Brantôme, utilizó más de treinta apotegmas y facecias de Santa Cruz en sus Rodomontades, doce en sus Serments et jurements espagnols, y otros doce en Las damas.

En 1600 apareció la traducción al francés de Jean Pissevin, y en 1616 la italiana de Francesco de Venetia. Muchos de sus relatos fueron incorporados también a libros ingleses, alemanes, holandeses y franceses. En 1595 había publicado Anthony Copley sus Wits, Fits and Fancies, que era una especie de adaptación (no traducción) de la Floresta. De los 437 que incluían los Apophthegmata (1609) de Gerardo Tuningio, 376 fueron adaptados de una edición bruselense de la Floresta, tal como sucedió también con muchas obras francesas de la época.

Bibliografía

  • GRANJA, Fernando de la, "Cuentos árabes en la Floresta española de Melchor de Santa Cruz", Al-Andalus XXXV (1970) pp. 381-400.

  • SANTA CRUZ, Melchor de, Floresta española, ed. M. Cabañas (Madrid, 1996).

  • SANTA CRUZ, Melchor, Floresta española, ed. Mª P. Cuartero y M. Chevalier (Barcelona, 1997).

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  • jmp