A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U V W X Y Z
PeriodismoLiteraturaBiografía

Ruiz-Tagle Gandarillas, Carlos (1933-1991).

Narrador, periodista y crítico literario chileno, nacido en Santiago de Chile el 12 de febrero de 1933 y fallecido en su ciudad natal en 1991. Figura destacada del panorama cultural de su país en la segunda mitad del siglo XX, desempeñó algunos cargos relevantes (como el de director del Museo Vicuña Mackenna) y fue elegido miembro de número de la Academia Chilena de la Lengua.

Nacido en el seno de una familia acomodada, recibió una esmerada formación académica en el Saint George's College, donde realizó sus estudios completos. Entre 1948 y 1950, Carlos Ruiz-Tagle fue uno de los integrantes de la célebre Academia Literaria de dicho centro, fundada en abril de 1946 con el propósito de ofrecer al alumnado, fuera del rigor académico de las clases oficiales, un espacio adecuado para el desarrollo de su espíritu creativo. Bajo la tutela del escritor y crítico literario Roque Esteban Scarpa (1914-1995) -catedrático de Literatura en la Universidad de Chile y en la Universidad Católica de Chile, miembro de número de la Academia Chilena de la Lengua, y miembro correspondiente de la Real Academia Española, de la Nacional de Cuba y de las Reales Academias de Córdoba y Sevilla-, la Academia Literaria del Saint George's College nació como una actividad extra-escolar, libre y voluntaria, en la que no se admitían otros trabajos que los meramente literarios (cuentos, poemas, piezas teatrales, etc.); para orientar a los jóvenes autores que presentaban sus escritos, los restantes miembros de la Academia ejercían oralmente la crítica tras la lectura de cada composición, y se dejaba al criterio del Asesor -el susodicho Scarpa- el dictamen final sobre los temas estéticos tratados y la evaluación de cada obra presentada.

Fue en el seno de esta benemérita institución donde Carlos Ruiz-Tagle comenzó a darse a conocer como escritor, por medio de la presentación ante el severo dictamen de la Academia Literaria de una serie de relatos que pronto quedaron recogidos en El joven laurel (Santiago de Chile, 1953), un volumen colectivo destinado a mostrar las obras primerizas de los jóvenes autores tutelados por Roque Esteban Scarpa, entre los que figuraban, junto a Ruiz-Tagle, otros escritores noveles como los poetas Armando Uribe Arce -que mantuvo una estrecha relación de amistad, a lo largo de toda su vida, con el autor de Santiago-, José Miguel Ibáñez Langlois, Hernán Montealegre Klenner y Antonio Avaria de la Fuente.

Tras su fructífero paso por el Saint George's College, Carlos Ruiz-Tagle se matriculó en la Escuela de Agronomía de la Universidad Católica, donde cursó unos estudios superiores que nunca llegaron a apartarle de su auténtica vocación: la creación literaria. Durante muchos años, ejerció el periodismo como columnista del rotativo El Sur, al tiempo que iba desplegando una intensa actividad creativa que arrojó algunos frutos tan sazonados como las colecciones de relatos breves tituladas Memorias de pantalón corto (1954), Dicen que dicen (1959), Primera instancia (1969), La luna para el que la trabaja (1973), Cortometrajes (1974), Cuentos de Santiago (1978), Jardín de Gonzalo (1982) y La edad del pavo (1990). Consumado especialista en la compleja modalidad genérica de la narrativa breve, algunos de sus relatos -como los titulados "El banquete", "El descendiente" y "Matiné"- pasan por ser auténticas obras maestras de la cuentística chilena contemporánea.

Pero las grandes dotes narrativas del escritor de Santiago de Chile no se circunscribieron al ámbito selecto y minoritario del relato. A comienzos de los años sesenta, en colaboración con Guillermo Blanco y ocultos ambos bajo el pseudónimo de Sillie Utternut, dio a la imprenta la narración extensa titulada Revolución en Chile (1962), una espléndida novela que, en opinión del crítico Maximino Fernández, se beneficia de la vena humorística de sus dos autores para salir airosa en su propósito de ofrecer "una visión divertida de un extranjero sobre nuestro país". A partir de entonces, Ruiz-Tagle quedó catalogado entre los grandes escritores humoristas de las Letras chilenas, etiqueta que explicó y matizó concienzudamente su amigo -y compañero de antiguas aventuras literarias juveniles- Armando Uribe Arce, en su discurso de ingreso en la Academia Chilena de la Lengua, pronunciado el 10 de mayo de 1993 y dedicado a glosar la vida y obra de Ruiz-Tagle, a quien sucedía en el sillón que éste dejara vacante en 1991: "Se ha discurrido hasta el cansancio del humor de Ruiz-Tagle. Se le ha calificado de 'humorista'. Clasificado. ¡A mí no me clasifica nadie -escribió una vez Unamuno-: yo no soy un insecto! [...] Ruiz-Tagle tenía, más que humor, humores, y agregaría, apasionados, sin excluir jamás la noble rabia ante la injusticia, rabia que dirigía a veces (o con frecuencia) contra sí mismo. No era católico en vano. La palabra pasión induce a malos pensamientos [...]. Ahora, bien o mal, quiero dejar sentado que Ruiz-Tagle, de la manera más seria, dirigió en toda su obra el humor contra la crueldad. Fue vigorosamente misericordioso, con nervio, con todo el corazón. ¿Por qué creen ustedes que dedicó tiempo y esfuerzos prolongados a tantos lugares de la zona central del país y en ciertos casos al Norte Chico? Estoy hablando de obras, antologías o ficciones, Mostazal, Colina, Ovalle, Graneros, Lonco...: por amor a lo que algunos desdeñan [...]. ¿Y por qué a los niños y a los adolescentes? Porque son débiles, y frágiles [...]. ¿Por qué a los pobres, abandonados, a los "sillies" o inocentes, en todos los sentidos de este último término? La respuesta es obvia [...]. Profundamente serio. Contra la estupidez de la crueldad; contra la crueldad de la estupidez".

Ya en solitario, Ruiz-Tagle publicó otras dos novelas que consolidaron definitivamente su prestigio literario como narrador. Se trata de Después de la campana (1967) y El cementerio de Lonco (1988), obra -esta última- galardonada con el Premio de Novela "María Luisa Bombal" en su convocatoria de 1987. El resto de su producción literaria comprende otros títulos como El Lloradero y Los antifrívolos (publicado, póstumamente, en 1992).

En su faceta de ensayista y crítico literario, el escritor de Santiago destacó por algunos artículos tan lúcidos y esclarecedores como los titulados "No se termina nunca de nacer" (publicado en La Tercera [Santiago de Chile], 29 de noviembre de 1981, pág. 21), "El primer amor del poeta Nicanor Parra. Olguita Juárez" (La Tercera [Santiago de Chile], 13 de diciembre de 1981, pág. 20), "El primer amor del poeta Nicanor Parra. Amor de la esquina encontrada" (Paula [Santiago de Chile], 27 de julio de 1982, pág. 15) y, entre otros muchos, "Juan Emar. Un escritor que resucita" (Qué Pasa [Santiago de Chile], nº 28, 28 de octubre de 1971).

Autor

  • J. R. Fernández de Cano.