A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U V W X Y Z
DeportesBiografía

Rubinstein, Akiba (1882-1961)

Ajedrecista polaco nacido en Stawisk (Polonia Oriental) el 12 de diciembre de 1882 y fallecido en Amberes (Bélgica) el 14 de marzo de 1961; considerado como uno de los más brillantes jugadores de principios del siglo XX, es el autor de la célebre partida inmortal de Lodz frente a Rotleví (1907), cuyos movimientos, en especial los de apertura, han figurado en los tratados de todo el mundo.

Nacido en una familia numerosa (fue el último de doce hermanos), comenzó estudios de Teología antes de dedicarse por completo al ajedrez, en el que su primer logro significativo fue la quinta posición obtenida en el campeonato ruso de 1903, celebrado en Kiev. En 1906 quedó tercero en el torneo de Ostende, y a continuación venció en el referido torneo de Lodz, victoria que lo lanzó a la elite de este deporte. Entre 1907 y el comienzo de la I Guerra Mundial ganó numerosos torneos, en muchos de ellos contra todo pronóstico. En 1909 derrotó al maestro Emmanuel Lasker, entonces campeón del mundo, en San Petersburgo, y dos años más tarde hizo lo propio con el cubano José Capablanca en San Sebastián; increíblemente, en ambas ocasiones utilizó el mismo movimiento, RC1 (R-QB1).

En 1911 se enfrentó por primera vez a Alexander Alekhine en Carlsbad, a quien derrotó; después ganó en una sola temporada, y de forma consecutiva, cinco torneos internacionales: Vilna, San Sebastián, Pistyan, Breslau y Varsovia, hazaña nunca repetida. No obstante, su carrera se vio seriamente frenada por una enfermedad mental de carácter nervioso, antropofobia, agravada además por la imposibilidad de poder disputar el campeonato del mundo debido a razones económicas -en aquella época el aspirante debía financiar el campeonato-. Entre sus manías, Rubinstein solía quejarse de una mosca posada sobre su frente que le hacía perder constantemente la concentración, nunca comía en público y por las noches imaginaba golpes en la pared de su habitación; finalmente, su colega Jacques Mieses le convenció para ir a ver a un prestigioso psiquiatra, quien, tras examinarlo, exclamó: "Amigo mío, usted está loco. ¿Pero qué importa?, ¡Es usted un maestro del ajedrez!". Durante la contienda se prodigó en pocas competiciones, a excepción de las reservadas para Grandes Maestros, sin que consiguiera la victoria en ninguna de ellas.

En 1922 reapareció triunfal en Viena por delante de Richard Réti y, tres años más tarde, venció en Marienbad ante Nimzowitsch. Aunque continuó compitiendo hasta principios de los años 30, cada vez lo hizo con menos brillantez debido a un agravamiento de su enfermedad. Internado en un sanatorio belga, pasó el resto de su vida en el anonimato.

Autor

  • Miguel Ángel Hernanz