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LiteraturaBiografía

Romero, Elvio (1926-2004).

Poeta paraguayo, nacido en Yegros el 12 de diciembre de 1926 y fallecido en Buenos Aires el 19 de mayo de 2004. Autor de una extensa, fecunda y prodigiosa producción poética en la que recurre a algunos de los registros más airados del vanguardismo para levantar su voz en denuncia de las injusticias sociales y políticas cometidas en todo el territorio hispanoamericano (y, de forma muy particular, contra los abusos de poder llevados a cabo por el gobierno dictatorial de su país), está considerado como uno de los poetas más representativos del sentir colectivo de su pueblo, junto con Josefina Pla y Augusto Roa Bastos.

Forzosamente alejado de Paraguay por la audacia y valentía con que supo rimar sus protestas, desde la lejanía y dureza del exilio su obra se fue tiñendo de una profunda y nostálgica añoranza de su tierra natal, lo que no le impidió convertirse en el poeta más conocido y celebrado por los lectores paraguayos del último tercio del siglo XX. Por el alcance, la difusión y la calidad de su poesía combativa y comprometida, la figura y la obra de Elvio Romero ha sido comparada con la de otro gran poeta paraguayo en el exilio, Hérib Campos Cervera, así como con la del vate chileno -de proyección universal- Pablo Neruda. Puede afirmarse, asimismo, que a finales del siglo XX era el poeta paraguayo de mayor presencia en todos los foros y cenáculos literarios internacionales, como queda patente en los elogios francos que, acerca de su obra lírica, han vertido otros excelsos escritores en lengua castellana, como los premios Nobel Gabriela Mistral y Miguel Ángel Asturias. La poetisa chilena confesó, en efecto, que en contadas ocasiones había sentido "la tierra como acostada sobre un libro", sensación que sí le había producido la lectura de un poemario del autor de Yegros; por su parte, el gran narrador guatemalteco se refirió a los versos de Elvio Romero con estas palabras: "Poesía invadida llamo yo a esta poesía, poesía invadida por la vida, por el juego y el fuego de la vida".

No tuvo ocasión, empero, de darse a conocer como poeta en su país natal, pues en 1947, con poco más de veinte años de edad, se vio forzado a abandonar Paraguay y tomar el camino del exilio rumbo a Buenos Aires, a donde fueron a parar la mayor parte de los grandes escritores paraguayos de la segunda mitad del siglo XX. Fue la llamada revolución de los pynandí (es decir de los "pies descalzos") instigada por el Partido Colorado lo que provocó la guerra civil que puso en fuga a Elvio Romero y a otros muchos artistas e intelectuales del país; y la hegemonía de dicha formación política -que acabaría instaurando en el poder al entonces coronel Alfredo Stroessner Matiauda, pronto convertido en uno de los dictadores más crueles de Hispanoamérica-, lo que le obligó a prolongar su exilio durante más de medio siglo. Así pues, la mayor parte de su obra fue escrita y publicada en Argentina, lo que no es óbice para que Elvio Romero llegara a convertirse -como ya se ha apuntado más arriba- en el poeta más representativo de las inquietudes políticas y sociales de sus compatriotas.

Su primera entrega poética, publicada bajo el título de Días roturados (Buenos Aires: Lautaro, 1948), le anunció ya como un autor de asombrosa madurez literaria, a pesar de que, en el momento de la aparición de esta opera prima, contaba sólo veintidós años de edad. Desde esta primera incursión en la creación poética se sucedieron también esas muestras de admiración que, dirigidas a sus versos por otros grandes escritores ya consagrados, habrían de ser constantes en su fructífera trayectoria literaria; y así, en efecto, este poemario que abría su producción impresa venía prologado por el gran poeta gaditano -a la sazón, exiliado también en Buenos Aires tras la Guerra Civil Española- Rafael Alberti, quien tuvo la ocasión de celebrar antes que nadie el dolorido sentimiento de nostalgia expresado por Elvio Romero en esas composiciones primerizas, traspasadas ya por un airado lamento provocado por las miserias y padecimientos de su pueblo.

Dentro de esta angustiosa evocación nostálgica, cobran especial recurrencia los recuerdos de la infancia feliz en Yegros, que recuperan una y mil veces la naturaleza del ámbito geográfico local y, con ella, el tránsito por el camino que lleva desde la niñez hasta la adolescencia. Pero, por encima de todo, Días roturados es un desgarrado clamor contra la guerra civil, clamor que pronto se irá extendiendo -en sucesivas entregas poéticas- hasta abarcar toda la problemática social y política del hombre contemporáneo; y, al tiempo que amplía el alcance de esas reivindicaciones colectivas, Elvio Romero indaga en sus preocupaciones interiores y logra combinar, con singular maestría, la expresión de sus anhelos más íntimos con el rotundo eco social de su poesía comprometida.

Es precisamente esta vertiente de protesta social la que se hace más patente en su opera prima y en los tres poemarios que la siguieron, publicados bajo los títulos de Resoles áridos (Buenos Aires: Lautaro, 1950), Despiertan las fogatas (Buenos Aires: Losada, 1953) y El sol bajo las raíces (Id. Id., 1956). Por contra, el acento más hondo e intimista se hace más presente en otras entregas posteriores, como De cara al corazón (Id. Id., 1961) y Un relámpago herido (Id. Id., 1967), entre las que el poeta de Yegros dio a la imprenta otras recopilaciones de versos, como Esta guitarra dura (Buenos Aires: Lautaro, 1961) y Antología poética (Buenos Aires: Losada, 1965).

Posteriormente, Elvio Romero incrementó su asombrosa producción poética con otros volúmenes de versos tan notables como Los innombrables (Id. Id., 1970), Destierro y atardecer (Id. Id., 1975), El viejo y el fuego (Id. Id., 1975) y, ya en la década de los años ochenta, Los valles imaginarios (Id. Id., 1984). En 1991, a los sesenta y cinco años de edad (y después de que fuera derrocado, en 1989, el dictador Stroessner) pudo regresar al fin a su país para recoger el Premio Nacional de Literatura, otorgado a su último poemario, El poeta y sus encrucijadas (Asunción, 1991). Un año antes de alcanzar esta honrosa distinción literaria (una de las más prestigiosas de cuantas se conceden en Paraguay, creada por iniciativa del Parlamento nacional e inaugurada con el poeta de Yegros), Elvio Romero había logrado, por fin, publicar un libro suyo en su país natal: una edición en dos volúmenes de sus Poesías completas (Asunción: Alcándara, 1990). Por aquel entonces, algunos de sus poemarios se habían traducido ya a más de una docena de lenguas.

En cuanto a su obra en prosa, escribió una biografía de Miguel Hernández titulada El poeta y sus circunstancias (1991) y Fabulaciones (2000).

Bibliografía

  • DÍEZ-PÉREZ, Viriato: "Evolución intermedia (1940-1959)", en PLA, Josefina: Literatura del Paraguay, vol. II, Palma de Mallorca: Luis Ripoll Editor, 1980.

  • MÉNDEZ-FAITH, Teresa: "Romero, Elvio", en MEDINA, José Ramón [dir. literario]: Diccionario Enciclopédico de las Letras de América latina (DELAL), vol. III, Caracas: Biblioteca Ayacucho/Monte Ávila, 1995, pp. 4204-4205.

  • RODRÍGUEZ-ALCALÁ, Hugo: "En los sesenta años de Elvio Romero", en Poetas y prosistas paraguayos y otros ensayos, Asunción: Intercontinental Editora, 1988.

  • SASSONE, H.: "Un relámpago herido", en Cultura Universitaria (Caracas), núms. 96-97 (1967), pp. 217-219.

Autor

  • J. R. Fernández de Cano.