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HistoriaPolíticaBiografía

Rodríguez de Francia, José Gaspar (1756-1840).

Estadista y dictador paraguayo, conocido generalmente con el nombre de "el doctor Francia", nacido en 1756 en Asunción y muerto en la misma ciudad en 1840.

Realizó primero estudios de teología en el Seminario de Asunción, donde obtuvo los títulos de Bachiller, Licenciado y Maestro en Teología; posteriormente, amplió su formación en el Real Seminario de San Carlos en Asunción, y se dedicó a dedicó a ejercer la abogacía durante algún tiempo. Ya como secretario de la Junta de Gobierno, estuvo al mando de la revolución que expulsó a los españoles de Buenos Aires en 1811; fue él, al frente de la Junta, quien redactó el documento de reconocimiento de la independencia paraguaya. No tardó en ser elegido cónsul, después dictador temporal y, por último, el 3 de octubre de 1814, dictador supremo por un período de cinco años. Con el apoyo de la clase campesina pudo ejercer un poder absoluto durante largos años, consolidado por medio de suplicios y prisiones. Sin embargo, a pesar de que su administración fue útil a Paraguay, que le debe su organización, sus fábricas, su comercio y su civilización, su gobierno dio origen a un creciente malestar, que culminó en la fracasada revuelta de 1820. Demasiado cruel y suspicaz, el doctor Francia veía por todas partes conspiraciones; había cerrado su imperio a todos los extranjeros, y no dejaba salir a los que habían entrado en él. El célebre viajero Bonpland fue uno de los que cayeron en sus manos, y permaneció diez años cautivo. Aquel tirano, semejante en más de un aspecto a Luis XI, hizo de su barbero su más íntimo confidente, agregándole alguna vez una mulata que era su cocinera y ama de gobierno.

En 1820 reprimió cruentamente una conspiración en la que participaron varias de las figuras más destacadas de la independencia. Fue debilitando progresivamente a terratenientes y comerciantes, criollos y españoles, y a ilustres caudillos de la indepencia - como Yegros, Cavallero y otros- con multas, confiscaciones e, incluso, prisión. Estableció un ejército fiel a su persona, en el que no había figuras destacadas que pudieran usurparle el poder militar; además, controló a la Iglesia -apresó al obispo de Asunción García de Pañés-, abolió el Cabildo, lo que le permitió hacerse también con el poder legislativo, y suprimió la enseñanza superior. Todo esto sirvió para depositar en sus manos el control del país paraguayo, que sujetó con mano férrea, y cuya nacionalidad reafirmó frente a los intentos integradores de Argentina. En 1840 murió en Paraguay, tras lo cual se inició un período de anarquía. El escritor Augusto Roa Bastos retrató su absolutismo en la novela Yo, el Supremo.

Autor

  • TOÑI. lu