Rodrigues, Amália (1920-1999).
Cantante portuguesa, nacida en Lisboa el 23 de julio de 1920 y fallecida en la misma ciudad en 1999. Estaba considerada como reina del fado y reconocida unánimemente como la "voz de Portugal", una voz afinada, mágica, íntima, triste y melancólica que emocionaba desde los primeros compases.
Miembro de una familia pobre de la Beira Baixa, que había acudido a Lisboa en busca de trabajo, a los 14 meses se fue a vivir con su abuela, al tiempo que sus padres regresaban al campo. Comenzó a cantar siendo todavía una niña, mientras vendía limones con su hermana por los muelles del puerto lisboeta. Sin embargo, no hizo su debut profesional hasta los 19 años, interpretando fados en un local dedicado a este estilo: el Retiro de Severa. Sus comienzos no fueron fáciles, al menos desde el punto de vista familiar, puesto que por entonces el fado estaba mal visto y al igual que ocurría con el tango en sus orígenes, era considerado propio de gente baja. No obstante, pese a ese rechazo social, Amalia no tardó en cosechar sus primeros éxitos profesionales, con canciones como "Coimbra", "Lisboa antigua", "Barco negro", etc. Rápidamente empezó a ser conocida tanto en Portugal como en otros países. Su voz y su forma de cantar la convirtieron en "la reina del fado". Incluso su gusto por vestir de negro en el escenario se consolidó como característica entre los cantantes de fados.
En la década de los 60, el éxito de Amalia Rodrigues se extendió internacionalmente. Realizó numerosas giras por Europa y América, grabó nuevos discos, hizo opereta e intervino en varias películas como Fado, Sangre y toros, Vendaval o Capas negras. Su popularidad y sus buenas relaciones con representantes de la dictadura salazarista, hicieron también que fuera blanco de críticas por parte de sectores de la oposición. Se dijo de ella que era protegida de Salazar y se le acusó de ser confidente de la policía política. En junio de 1974 se presentó en el teatro lisboeta de Sao Luiz y cantó "Grandola Vila Morena", la canción de la revolución, lo que tampoco fue bien visto ni por los partidarios de la dictadura ni por los contrarios a ella. Las críticas hacia su persona arreciaron y "la reina del fado" optó por retirarse discretamente durante un tiempo. Su reaparición tuvo lugar en 1985, en Lisboa, en una actuación con la que volvió a ganarse el aplauso del público.
Lo cierto es que Amália cantaba lo que le gustaba y conseguía que acabara gustando al público, saliéndose en ocasiones de su querido fado. Así es como interpretó canciones de Quintero, León y Quiroga, Cuco Sánchez, Ramón Arcusa y Manuel de la Calva (Dúo Dinámico), Adamo, Gilbert Bécaud, Charles Aznavour, Ira Gershwin o George Gershwin. Fascinó a intelectuales de la época hasta el punto de que Fernando Pessoa y António Botto la incluyeron en su antología de la moderna poesía portuguesa.
A lo largo de su carrera, Amalia Rodrigues ha recibido numerosos premios y condecoraciones. Posee, entre otras, la insignia de la gran encomienda de las artes y de las letras, concedida por el gobierno francés; el lazo de la orden de Isabel la Católica, de España; o la medalla de oro de la ciudad de Lisboa.
