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BiografíaFotografía

Rodger, George (1908-1995).

Fotógrafo inglés nacido en Londres en 1908 y fallecido en la misma ciudad en 1995. Educado en colegios privados ingleses, George Rodger descubrió muy pronto su afición por viajar. Con tan sólo diecisiete años se enroló en la marina mercante. Estuvo dos años en el mar y, en el escaso tiempo que pasaba en tierra, tomaba fotografías con una cámara pequeña con el fin de documentar sus experiencias. Inicialmente, no había motivo más profundo para esas tomas.

Instalado en Estados Unidos, justo cuando comenzaba la depresión de 1929, realizó todo tipo de trabajos. Su proximidad a la fotografía no era más que documental: no le interesaba la fotografía por sí misma, sino como un medio mecánico para expresar lo que sentía y veía.

Después de siete años en Nueva York, volvió a Inglaterra y se instaló en Londres. Arruinado y desmotivado, consiguió su primer trabajo en la BBC y, aunque el oficio de fotógrafo nunca había pasado por su imaginación, la necesidad le colocó ante el objetivo de una cámara de estudio de medio formato. Recibió su única formación de las clases de una ayudante -que contrató para la realización de las tomas- recién licenciada en la Escuela de Fotografía de Bloomsbury. Es más, Rodger se jactaba de no haber recibido educación fotográfica alguna: según él, no puede enseñarse algo que, en realidad, debe estar dentro de uno mismo. Su trabajo consistía en retratar a todo personaje importante que hablaba en la BBC para su publicación en The Listener. Allí se mantuvo durante dos años. Después del primer año trabajó sobre todo en el Alexandra Palace, donde la cadena comenzaba con las emisiones de televisión, y documentó todos los programas iniciales. Fue entonces, hacia 1937, cuando la fotografía empezó a parecerle interesante, y también cuando cambió la aparatosa cámara de estudio por la versátil Leica.

Un año después abandonó la BBC para integrarse como colaborador en la recién nacida agencia Black Star, aunque su trabajo era esencialmente el mismo: retratar fiestas sociales y campañas caritativas de la alta sociedad. Su salto cualitativo no se haría esperar; ese mismo año, y en el seno de la agencia, realizó una fotografía del Támesis que se publicó en Life, publicación en la que empezó a trabajar de manera estable a partir de 1939. Fue el inicio de una brillante carrera como fotoperiodista. Los primeros encargos de la revista estuvieron relacionados básicamente con actividades bélicas: la ofensiva aérea alemana, las bases submarinas en Escocia, un recorrido por el canal de la Mancha, los bombardeos de la RAF... Su primera tarea en el exterior fue con los Franceses Libres: un viaje largo y arriesgado que culminó en China dos años más tarde a lo largo del cual retrató la situación de cerca de cincuenta países.

Sin embargo, pronto se dio cuenta de que no estaba particularmente interesado en fotografiar los horrores de las guerras: “uno no piensa entonces en los efectos que tales cosas pueden causar en sí mismo, pero gradualmente se producen y la culminación llegó en el campo de concentración de Belsen. No había sabido hasta entonces el efecto que la guerra me había provocado. No era tanto lo que estaba fotografiando, como lo que me ocurría en ese proceso. Cuando descubrí que podía contemplar el horror de Belsen –los cuatro mil muertos y hambrientos que yacían a mi alrededor- y pensar tan sólo en una buena composición fotográfica, supe que algo me había sucedido y que tenía que detenerme”.

Años después abandonaría Life y, en 1948, en un viaje desde Ciudad de El Cabo hasta El Cairo, realizó el que quizá sea su mejor reportaje, el de los nubas de Kordofan, que tuvo una rápida distribución gracias al trabajo de la recién nacida agencia Magnum, de la que fue miembro fundador. Ya en ella, formó parte del equipo que realizó una de las series más prestigiosas de la Magnum, “La gente es la gente”, un proyecto que incluía “La familia de Egipto”, “La familia de Sudán” y “La familia de la India”. A partir de este trabajo, el nombre de Rodger también apareció en las páginas de National Geographic, con reportajes como “Sahara” o “Los elefantes tienen paso preferente”. En 1977 recibió una beca del Arts Council de Gran Bretaña que le permitió volver a tierras africanas durante un año para fotografiar sobre todo Kenya y Nairobi.

Su trabajo permite al observador acercarse a las situaciones más polémicas de los conflictos del siglo XX, aunque, en sus propias palabras: “...no creo haber aportado mucho más que una honesta contribución sobre gente y sitios a través de cuarenta años. Me he satisfecho a mí mismo, lo que vuelve a sonar a jactancia, pero no sé si he contribuido algo al desarrollo de la fotografía como arte”.

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  • 0112 MMMM