Rochas, Marcel (1902-1955).
Diseñador francés, nacido en París 1902 y fallecido en 1955, considerado uno de los grandes modistos del siglo XX, creador de un estilo de moda fluido y libre que, hasta cierto punto, liberó a la mujer de aquel entonces, que comenzaba a llevar el pelo corto a lo chico -a la garçonne-, trabajaba y se vestía con ropa masculina. "Mi guía fue mi época" solía decir el propio Rochas y, en efecto, la suya fue la etapa en la que triunfaban el charlestón, el amor libre, las locas veladas de Montparnasse y los artistas como Pablo Picasso e Igor Stravinsky.
Marcel Rochas abrió su casa de modas en 1920, asesorado por Paul Poiret (1879-1944), pero hasta cinco años más tarde -en plenos annés folles- no empezó realmente su carrera en un mundo, el de la elegancia, casi exclusivamente dominado por mujeres. Supo hacerse un hueco con trajes que celebraban la nueva figura andrógina de la mujer: caderas esbeltas, talle fino y los hombros delineados. En el año 1931 dio el paso decisivo al instalar su casa de modas en el número 12 de la avenida Mantignon, en pleno corazón del distrito de la moda parisino; de hecho, su primer perfume, lanzado en 1936, se llamó precisamente así, Avenue Mantignon.
Dotado de una inmensa creatividad, se propuso llamar la atención del público con modelos tan originales como los de Elsa Schiaparelli. Sus vestidos mostraban pájaros disecados sobre los hombros (él mismo decía: "¿por qué conformarse con plumas si se puede tener todo el pájaro?"), libros minúsculos, o reflejaban un sentir étnico, como el famoso traje gitano, uno de los modelos más vendidos en los Estados Unidos. Al igual que la creadora italiana, hacía de los botones de sus vestidos verdaderas obras de arte y, además de tela, usaba celofán, lamé y piedras de colores en sus trajes. En 1932 diseñó un traje pantalón de franela gris concebido como indumentaria de calle, algo inaudito, pues hasta ese momento los pantalones se reservaban para el tiempo libre o, fabricados en seda, para cenas íntimas. También creó el abrigo tres cuartos e incorporó bolsillos a las faldas. Asimismo, se especializó en prendas combinables y fue uno de los primeros en crear sus propios accesorios, que vendía en una boutique de su salón. Su creatividad se extendió también al campo de la lencería: se le considera el inventor del guêpière, el corsé de cintura de unos dos palmos que contribuía a conseguir la deseada "cintura de avispa", que luego fue remodelado en el corselet, la versión moderna del antiguo corsé.
Después de la Segunda Guerra Mundial quiso probar suerte en América y se instaló en Hollywood, que había desplazado a París como centro de la moda. Allí conoció su mayor gloria, al convertirse en el creador favorito de estrellas del cine como Loretta Young, Joan Crawford o Jean Harlow; con todo, su preferida siempre fue Mae West, para la cual ideó un excitante prenda íntima de encaje de chantilly negro, que se convertiría con el tiempo en un clásico de la lencería femenina, y para ella también creó un perfume cuyo frasco imitaba las curvas de la famosa rubia (años después, en la década de los noventa, Jean-Paul Gaultier retomaría este diseño para su primer perfume). En 1944, Marcel Rochas se casó con Hélène, a la que dedicó Femme, otra de sus mejores creaciones perfumísticas, cuyo frasco en forma de ánfora, tallado por Lalique, sólo se distribuyó entre un grupo reducido de aristócratas como la duquesa de Windsor o la baronesa de Rothschild.
A raíz de este lanzamiento, Rochas decidió especializarse en el mundo del perfume. En los años siguientes llegaron Chiffon y poupée (1946), Mousseline (1947), Eau de verveine (1948), La rose (1949) y el célebre Moustache (1949), que fue inauguró las líneas de "belleza" para caballeros, pues se acompañaba de after-shave, línea de baño, etc. Para 1952, la Sociedad de Perfumes Rochas, establecida en Asnières, en las afueras de París, era una empresa grande que empleaba a más de cincuenta personas y distribuía sus aromas por todo el mundo. Ante tal éxito, un año después, en 1953, Rochas cerró su taller de costura, abandonó su actividad en la moda y se centró en los perfumes.
A su muerte, acaecida dos años más tarde, su viuda, Hélène, tomó el relevo. A ella se debe el lanzamiento de Madame Rochas en 1960, que seguía en todo la línea marcada por su predecesor. Era un perfume sensual en un frasco de cristal de baccarat diseñado por René Lalique, copia de otro del siglo XVIII que había visto en el escaparate de un anticuario parisino. El éxito internacional de este perfume la convirtió en una verdadera profesional, al extremo de que, cinco años después, recibió el título de "Reina del Perfume". En 1970 Nicolás Mamounas creó Eau de roche, pronto convertido en Eau de Rochas, un agua fresca femenina a base de limón verde y verbena que estuvo muy en boga en los años setenta. Otras creaciones de la casa fueron Mystère de Rochas (1978), Lumière (1984), Byzance (1987), los aromas masculinos Macassar (1980), Globe (1990) y Eau de Rochas pour homme (1993)
Lu.
