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PolíticaBiografía

Ricafort Palacín y Abarca, Mariano (1776-1846).

Militar y gobernador español de las islas Filipinas, nacido en Huesca en 1776 y fallecido en Madrid el 16 de octubre de 1846, que ejerció dicho cargo entre 1825 y 1830. Su mandato se caracterizó por la reimplantación en la colonia del régimen absolutista y la publicación de unas nuevas Ordenanzas de Buen Gobierno (1826) bastante conservadoras.

Mariano Ricafort realizó la carrera militar en el arma de infantería, tomando parte como cadete en la campaña del Rosellón (1794) y ya como oficial, en la expedición contra Portugal de 1801. El 5 de septiembre de 1809 envió una carta desde Alconera (Badajoz) al general de las tropas francesas en Coria, donde describía la humanidad de los españoles con los prisioneros franceses; publicada el 24 de septiembre de ese mismo año en el Diario Mercantil de Cádiz, con esa carta Ricafort intentó evitar que los franceses vengaran su derrota en los vecinos de Torrefoncillo. También participó en la Guerra de Independencia, durante la cual cayó prisionero (octubre de 1811).

Ascendido al grado de coronel al término de la contienda, en 1816 embarcó rumbo a las colonias americanas en el ejército del general Morillo, participando en la campaña del Perú al mando del regimiento de Extremadura; en el transcurso de los combates contra los independentistas peruanos resultó gravemente herido y tuvo que ser repatriado a la Península. En 1824 ascendió a la graduación de mariscal de campo y a continuación fue propuesto para el cargo de gobernador general de Filipinas, del que tomó posesión en octubre de 1825 reemplazando en el mismo a Juan Antonio Martínez.

La primera tarea de Mariano Ricafort al frente del gobierno colonial filipino fue consolidar el sistema absolutista tras la etapa liberal de 1820-1823, y con tal fin expidió en abril de 1826 unas Ordenanzas de Buen Gobierno destinadas a velar por un estricto cumplimiento de las leyes, pero sobre todo evitar en lo posible futuras intentonas liberales. Así, entre sus disposiciones algunas hacían referencia a los castigos que se impondrían por cada delito, contemplando como tal las reuniones sin justificación, portar armas de fuego o la violación del toque de queda; mientras otras estaban dirigidas a asegurar el orden social y la correcta conducta de las gentes. Para ello, se prohibió la ociosidad, el vagabundeo y la mendicidad, o la trasgresión de las leyes de la Iglesia, incluso la simple blasfemia.

En la faceta económica, Ricafort tuvo que promover el desarrollo de la agricultura y comercio local ante la imposibilidad de contar con los recursos financieros de España, seriamente socavados a causa del desmantelamiento del Imperio colonial americano. Entre otras medidas, este gobernador fomentó el comercio entre particulares eliminando las trabas legales existentes para ello, introdujo aperos de labranza modernos, y eximió del pago de impuestos a los campesinos que acreditasen sobreproducción. Durante su mandato inició además sus actividades la primera compañía de seguros filipina (febrero de 1827) y se impulsó la labor de la Sociedad Económica de Amigos del País. En materia de defensa, ordenó el envío de sendos contingentes armados a Bohol (1827 y 1828) con el fin de someter a los descendientes de Francisco Dagohoy, quienes se hallaban en rebeldía desde el siglo XVII. También tuvo que hacer frente a la denominada Conspiración de los Palmeros (1828), una insurrección de oficiales criollos americanos apoyados por filipinos.

Sustituido en el cargo por Pascual Enrile y Alcedo (diciembre de 1830), Mariano Ricafort regresó a la península donde fue nombrado para el cargo de Consejero de Indias (1831). Sin llegar a ejercer este último, partió a Cuba para asumir la capitanía general de la isla (1832-1836), y de nuevo en España, ejerció sucesivamente los cargos de capitán general de Andalucía, Aragón , Extremadura y Comandante General de las islas Canarias. Entre otras condecoraciones, le fueron concedidas la Gran Cruz de brillantes de Santa Ana (Rusia), la Gran Cruz de Isabel la Católica y la de San Hermenegildo.

Escribió una serie de documentos y proclamas relacionados con Filipinas, entre los que destacan Reglas que deberán observarse por los empleados de la Real Hacienda en el Puerto de Zamboanga (Manila, marzo 1820), Reglamento para establecer la comisión de policía (Sampaloc, 1826), Real Orden sobre introducción de máquinas agrarias (Sampaloc, 6 abril 1828) y Decreto sobre introducción de máquinas agrarias en el archipiélago filipino (Manila, 31 de octubre de 1828), Superior decreto sobre las funciones que debe llevar el Sr. Intendente de Manila, tocante al tesoro agricultural e industrial del reino (Manila, 31 marzo 1829). A la conquista de la isla de Bohol en 1828-1829 se refiere un impreso de este último año. Siguió Reglas que deben observarse en estos dominios sobre el uso del papel sellado dictadas en 6 de noviembre de 1830 (Sampaloc, 1830), Habiendo prevenido por superior decreto (Manila, 1830) y Habitantes de Filipinas (Manila, 1830).

Bibliografía

  • Archivo Histórico Nacional. Estado, legajo 41E.

  • CARRASCO Y SAYZ, Adolfo. Icono-biografía del generalato español. Madrid, 1901.

  • Diario Mercantil de Cádiz, 24 septiembre 1809.

  • PALAU Y DULCET, Antonio. Manual del librero hispanoamericano. 2ª ed, Barcelona, 1948-1977.

Autor

  • 0303 MAH / A. Gil Novales