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PolíticaBiografía

Ramírez Sánchez, Ilich, (a) Carlos o Chacal (1949-VVVV).

Revolucionario venezolano, partidario y practicante activo de la lucha armada, conocido por sus nombres de guerra de 'Carlos' o 'Chacal'. Nacido en Caracas en 1949, durante la década de los noventa ha llegado a ser considerado internacionalmente como "el terrorista y enemigo público número uno del mundo".

Hijo del millonario venezolano José Altagracia Ramírez Navas y de Elba María Sánchez, vivió una infancia plácida y feliz, rodeado de comodidades que no le impedirían vincularse después al comunismo revolucionario internacional. Su padre era un abogado marxista que contagió a sus tres hijos (Ilich, Vladimir y Lenin) el espíritu de lucha armada; su tío, el teniente Carlos Julio Ramírez, había tenido una participación decisiva en el golpe de estado que en 1945 derrocó al presidente Isaías Medina Angorita; entre ambos forjaron el espíritu revolucionario de los tres muchachos. Sin embargo, su madre, a escondidas, educó a sus hijos en la religión católica y en el más puro conservadurismo de las clases adineradas hispanoamericanas, hasta conseguir apartarlos de las ricas propiedades venezolanas en que vivían y afincarlos en una residencia señorial de Londres.

En la capital británica, Ilich frecuentó el mundo vano, insubstancial y frívolo de la jet set. Ganó fama de playboy entre las jóvenes de la alta sociedad londinense, asistió a exquisitos cócteles diplomáticos, concurrió a las más sonadas fiestas organizadas por magnates del Oriente Próximo, y llegó incluso a realizar prácticas de tiro en el elitista club de Kensington. Sin embargo, su pésimo expediente académico sirvió de pretexto al abogado Ramírez Navas para enviar a Ilich a la universidad moscovita Patricio Lumumba, donde se han formado tantos líderes comunistas de los países del Tercer Mundo. Allí, Ilich entabló relaciones con varios estudiantes palestinos vinculados a la lucha armada; no obstante, fingió seguir atrapado por sus vicios de playboy seductor, juerguista y disoluto, hasta que fue expulsado de Moscú en 1970. Al parecer, esta expulsión obedeció en su momento a tácticas secretas urdidas por Ilich en connivencia con el KGB, organismo con el que ya colaboraba por aquel entonces.

Así las cosas, en ese mismo año de 1970 se enrola en las filas del Frente Popular de Liberación de Palestina (FPLP). Poco después, en el transcurso de los enfrentamientos entre los palestinos de la OLP y el ejército del rey Hussein de Jordania, completa su aprendizaje de las tácticas de guerrilla. Convertido ya en agente secreto de la lucha armada internacional, regresa a Londres y vuelve a frecuentar el ámbito de la alta sociedad, simulando ser uno de sus miembros: se entrega al juego, a la bebida y los placeres de la carne, dejándose ver constantemente en los salones de mayor categoría. Sin embargo, su actividad agitadora, perfectamente disimulada, corre paralela a esta fingida vida social.

El comienzo de su campaña armada parece condenar a Ilich a un rotundo fracaso como revolucionario activo, habida cuenta de que sus primeros intentos desestabilizadores resultan abortados por el azar: en diciembre de 1973 abre fuego contra Joseph Edward Seif (dirigente sionista encubierto, y hermano del propietario de los grandes almacenes Mark and Spencer), pero el cuarto disparo se encasquilla en el tambor de su revólver; en enero del año siguiente lanza un potente explosivo contra una entidad bancaria israelí, pero el cierre de una doble puerta impide que los efectos de la explosión resulten devastadores. Huye entonces de la Gran Bretaña, no sin antes haber sido bautizado como 'Chacal' por parte de los servicios secretos londinenses, en referencia al título de la novela hallada en una de sus maletas.

En su huida, Ilich va adoptando sucesivos nombres de guerra, como 'Jonny', 'Salim' y 'Carlos', apodo -este último- por el que se hará mundialmente conocido. En 1973 sustituye en París a Mohamed Boudi, cabecilla palestino asesinado por un comando israelí que le había atacado con un coche-bomba. Se le relaciona durante su estancia en la capital gala con las explosiones de otros coches-bomba que tienen lugar ante las sedes de los diarios L'Aurore, Minute y L'Arche.

Pasa clandestinamente a Holanda, en donde dirige la operación armada que lleva a cabo una ocupación de la embajada francesa por parte de tres activistas del Ejército Rojo japonés (La Haya, septiembre de 1974). Comoquiera que la necesaria toma de rehenes complica el desenlace de esta operación y pone en peligro la integridad física de los tres ocupantes, Ilich, de nuevo en París, distrae la atención de las fuerzas armadas francesas y presiona a las holandesas con el lanzamiento de dos granadas sobre la muchedumbre que abarrota la tienda Publicis Saint-Germain. El resultado de esta acción armada arroja el triste balance de dos muertos y treinta y cuatro heridos.

A partir de este momento, 'Carlos', 'Chacal' o Ilich parece gozar del don de ubicuidad. Su presencia en cualquier lugar del mundo -favorecida por su dominio perfecto de seis idiomas y por su habilidad para simular identidades y fisonomía diferentes- lo convierte en un enemigo temible para cualquier estado occidental capitalista. En 1975, en intento de secuestrar un avión en París (aeropuerto de Orly), toma varios rehenes y consigue una aeronave que lo transporta hasta Irak. Al poco tiempo, burlando a los servicios secretos de medio mundo, vuelve a estar en París, en donde, el día 27 de junio, tras un enfrentamiento a tiros en plena rue de Toullier, deja muertos a dos inspectores de policía y a un doble agente libanés, antiguo compañero suyo de correrías.

La sangrienta emboscada no parece amilanarlo. En diciembre de aquel mismo año de 1975 dirige una compleja trama internacional que, resuelta por un grupo de activistas árabes y alemanes, lleva a cabo el secuestro de once ministros de la OPEP, cuando estaban reunidos en su sede de Viena. En el transcurso de esta acción caen heridas de muerte tres personas, lo que no es óbice para que Ilich embarque a los once ministros secuestrados en un avión y emprenda el rumbo a Argel, en donde desiste de asesinar al saudí Yamani y al iraní Amouzegar -como era su primera intención- a cambio del soborno que éstos pagan por su libertad. El ministro del Petróleo de Arabia Saudita reconocerá más tarde haber estado en manos de un hombre muy inteligente, dotado de enormes reflejos para tomar decisiones importantes en un momento apurado.

En octubre de 1976 se hace pública la noticia de su detención en Yugoslavia, cuyo gobierno se limita a expulsarlo del país. Se le relaciona poco después con el intento de secuestro de un avión israelí, pero lo cierto es que sus huellas se hacen cada vez menos visibles para las fuerzas armadas y los servicios secretos de todo el orbe. Se especula con la supuesta protección que puede estar recibiendo de Libia, y en 1981 se le ubica en Beirut, en donde se cree que coordina actividades clandestinas al servicio del gobierno Sirio.

Según se ha sabido más tarde, Illicht y su comando armado permanecen refugiados en Hungría entre 1979 y 1985, en donde reciben protección oficial y van haciendo acopio de un terrorífico arsenal de armas y materiales explosivos. Se le relaciona entonces con el atentado cometido en Munich contra la sede de Radio Free Europe. También se especula con la posibilidad de que se oculte por aquellos años en la Rumanía de Ceaucescu.

En 1982 son detenidos en Francia su compañera sentimental, Magdalena Knopp, y su amigo y colaborador Bruno Bréguet. Ante la inminencia de un condena ejemplar en el juicio que se les viene encima, Carlos escribe personalmente a Gaston Defferre, ministro de Interior galo, y le conmina a que ponga en libertad a sus cómplices bajo la amenaza de responder a su posible condena con una acción armada especialmente sangrienta. En efecto, el 29 de marzo de 1982 estalla un bomba en un tren francés, Le Capitole (que une París con Toulouse), entre cuyo pasaje tenía reservada una plaza Jacques Chirac (quien, por fortuna para él, a última hora había preferido tomar un avión privado). La operación se salda con un balance de veintisiete heridos y cinco víctimas mortales. No ha transcurrido todavía un mes cuando, el 22 de abril, fecha en que está anunciado el juicio de sus camaradas, hace explosión otra bomba en la sede parisina del diario Al Watan al Arabi, de resultas de lo cual muere una persona y caen heridas sesenta y tres. A partir de este momento se sucede una larga cadena de atentados contra intereses galos en Beirut y en Berlín, escalada de violencia que culmina el día 31 de diciembre de 1983, fecha en que el tren de alta velocidad París-Marsella y la estación marsellesa de Saint-Charles son objeto de sendos atentados. Magdalena Knopp será puesta en libertad en 1985.

En 1983, el propio Ilich envía otra carta al ministro alemán de Interior, Friedrich Zimmermann, en la que le previene de posibles acciones violentas si se celebra el juicio contra Gabriele Tiedemann, por su participación en el atentado contra la OPEP; en dicha misiva se hace también responsable de la colocación de la bomba que había estallado el 25 de agosto de 1983 en la Maison de France, en Berlín occidental, donde murió una persona y una veintena resultaron heridas.

Con la caída del Muro de Berlín y la ruptura del Telón de Acero, el vínculo que une a Ilich con las naciones comunistas comienza a ser cada vez más débil, en la medida en que el enfrentamiento abierto con los países del bloque capitalista va pasando a un segundo plano. De ahí que se le suponga una involución hacia actitudes propias de un mercenario o terrorista a sueldo del mejor postor. Durante muchos años se le supone refugiado en Siria, en donde se cree que vive con Magdalena Knopp y con la pequeña Rosa, hija de ambos. En 1991 Siria intenta expulsarlo a Libia, bien cargado de dólares y joyas, y salvaguardado por un pasaporte diplomático. Pero el gobierno de Trípoli lo devuelve al de Damasco, e Ilich -envejecido y cansado- inicia un largo y errático peregrinaje que le lleva a Yemen, a Irán y, finalmente, a Sudán. En el país africano se convierte al Islam, vive con una mujer jordana y, al parecer, logra vender sus servicios al ministerio de Defensa sudanés; pero sus propios protectores se deshacen de él el día 14 de agosto de 1994, entregándolo en Jartum a la policía francesa en condiciones más que irregulares.

Dos días más tarde, es procesado por el juez francés Bruguière, bajo la acusación de haber cometido el atentado perpetrado el 21 de abril de 1982 con un coche bomba en los locales del diario Al Watan al Arabi, en el centro de la capital francesa. Tras el procesamiento, 'Chacal' es encarcelado en la prisión de La Santé. Sus abogados, Jacques Verges y Murad Usedik, anuncian su intención de presentar una denuncia y califican de "rapto" las circunstancias en que se había producido la detención del terrorista. El 17 de agosto de 1994 el tribunal de París pide al Ministerio de Justicia la reapertura de otros dos expedientes en los que Ilich parece estar implicado, expedientes cuyas causas habían sido sobreseídas. Los dos sumarios se refieren a los atentados cometidos contra el tren Le Capitole y contra la estación ferroviaria de Marsella.

El día 12 de diciembre de 1997 Ilich Ramírez Sánchez, (a) 'Carlos', comparece ante la Sala de lo Penal del Tribunal de París, acusado de los asesinatos perpetrados en la capital gala el día 27 de junio de 1975 (el 1 de junio de 1992 ya había sido juzgado en rebeldía por el mismo delito, y condenado a cadena perpetua). El día 24 de diciembre es hallado culpable y condenado a cadena perpetua por un jurado popular compuesto por tres magistrados y nueve miembros elegidos por sorteo.

Naturalmente, no es éste el único proceso al que tendrá que hacer frente, porque se le reclama el pago de otros muchos delitos cometidos en diversos países. En efecto, desde julio de 1990 las autoridades libias buscan a Carlos por haber asesinado en Viena, en 1975, al experto libio más importante en el campo del petróleo. Por su parte, la Fiscalía de Berlín le reclama por el atentado contra el centro cultural berlinés Maison de France (en agosto de 1983); la justicia austriaca, por tomar como rehenes en Viena a setenta personas, entre ellas los once ministros del petróleo, durante una reunión de la OPEP en 1975, acción en el que murieron tres personas (en el mes de diciembre del año 2000, Carlos anunció en una carta manuscrita que el gobierno libio le facilitó las armas que utilizó en el asalto). Y en caso de que Israel solicitara a Francia su extradición, Ilich podría ser juzgado por la justicia israelí y sentenciado a morir en la horca.

En lo que se refiere a la relación de Ilich con España, parece ser que éste tuvo contactos con ETA político-militar en las décadas de los 70 y 80, según se refleja en un informe del KGB. El grupo terrorista español proporcionó a Carlos cobertura logística a cambio de armas.

Como dato anecdótico -frente a los avatares revolucionarios que jalonan su intrépida peripecia política- cabe reseñar que esta constante dedicación a la lucha armada no fue obstáculo para que Ilich gozara de una vida sentimental no menos aventurera. Durante su estancia en Moscú tuvo un hijo con una cubana llamada Himelda; en Londres y en París mantuvo relaciones con la abogada colombiana Nydia Tobón y con la vasca Ángela Otaola; y, de nuevo en París, con la colombiana Amparo Silva-Masmela y la venezolana Nancy Sánchez. Separado de la alemana Magdalena Kopp, ex miembro de la Fracción del Ejército Rojo alemán, con la que tuvo a la ya citada Rosa, se casó por la ley islámica, tras convetirse a esta fe, con la abogada francesa Isabelle Coutant-Peyre.

J. R. Fernández de Cano.

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  • JR.