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PeriodismoLiteraturaBiografía

Quiteño, Serafín (1906-1987).

Poeta y periodista salvadoreño, nacido en Santa Ana el 16 de septiembre de 1906, y fallecido en San Salvador el 6 de junio de 1987. En el ámbito periodístico, firmó muchos de sus escritos con el pseudónimo de "Pedro C. Maravilla". Perteneciente a uno de los círculos literarios salvadoreños de mayor importancia en el desarrollo de las Letras centroamericanas del siglo XX (el denominado grupo "Cactus"), Serafín Quiteño dejó un extraordinario legado literario y periodístico que le convierte en una de las figuras cimeras de la literatura contemporánea escrita en lengua castellana.

Hombre de formación autodidacta, muy pronto decidió canalizar su innata vocación humanística a través de los cauces que le brindaban los medios de comunicación de su país, dando comienzo así a una fecunda relación entre quehacer literario y actividad periodística. En efecto, sus primeras entregas poéticas vieron la luz entre las páginas de la revista cultural Lumen, presente en el panorama literario salvadoreño desde el 1 de agosto de 1926, y dirigida por los poetas Joaquín Castro Canizales y Rafael Cuéllar. Desde esta publicación, el joven Serafín Quiteño no sólo se dio a conocer, sino que pudo entablar relación con algunos autores que, como los recién citados, le introdujeron de lleno en los cenáculos literarios salvadoreños.

En su condición de periodista, el escritor de Santa Ana colaboró con numerosos medios de comunicación de su país desde mediados de los años veinte, como el Diario de Occidente, El Salvadoreño y Queremos. A finales de dicha década asumió la dirección de un suplemento humorístico (El Tarugo) que, inserto en el rotativo El Espectador, se convirtió en una de la publicaciones satíricas más difundidas en su entorno centroamericano. Además, su incesante labor periodística le llevó a editar el semanario titulado El Señor Diablo, ocupación que no le impidió mantener sus colaboraciones con otros medios salvadoreños de tanto relieve como la prestigiosa revista cultural Hoja (1949), en cuyo primer apareció la firma de Serafín Quiteño. Sin embargo, los escritos periodísticos que más fama le granjearon fueron sus artículos publicados periódicamente en el rotativo El Diario de Hoy, donde durante dieciséis años mantuvo vigente una columna diaria titulada "Ventana de colores", y suscrita por el pseudónimo de "Pedro C. Maravilla".

Naturalmente, esta constante presencia en los principales foros culturales de su pueblo le llevó a desempeñar importantes funciones al servicio de la Administración pública salvadoreña. Así, desde 1950 a 1956 Serafín Quiteño ocupó la vicepresidencia de la Asamblea Legislativa, desde donde realizó importantes gestiones destinadas a la promoción cultural de sus compatriotas (entre ellas, tal vez la más destacada sea la promoción de la fundación de la Dirección General de Bellas Artes). Con el paso del tiempo, el reconocimiento de sus méritos literarios y su dedicación pública le hizo merecedor de numerosos honores, premios y distinciones, como el concedido en 1986 -un año antes de su muerte- por los Laboratorios Ancalmo, por vía del cual se le hacía entrega de ese preciado "Laurel de oro" destinado a premiar toda una trayectoria literaria. Ya por aquel entonces Serafín Quiteño, vencido por los rigores de la senectud, se había retirado de los círculos culturales y políticos salvadoreños para pasar sus últimos años de existencia en su finca "El Ángel", de Ayutuxtepeque, donde la muerte lo sorprendió en 1987, a los ochenta y un años de edad.

Su fecunda presencia en el panorama intelectual centroamericano le había permitido relacionarse con numerosos artistas y escritores de prestigio internacional, con los que formó el denominado grupo "Cactus". Allí militaban algunas plumas de la talla de Salvador Efraín Salazar Arrué ("Salarrué"), Alberto Guerra Trigueros, Jacinto Castellanos Rivas, Salvador Cañas, Emma Posada, Mercedes Viaud Rochac y, entre otros, los hermanos José y Luis Mejía Vides. Entre las obras más destacadas de este deslumbrante poeta autodidacto, sobresale el poemario titulado Corasón con S (San Salvador, 1941), libro que, ilustrado por la portada del mencionado "Salarrué" y por los grabados interiores de José Mejía Vides, fue recibido por grandes elogios por parte de la crítica y los lectores especializados. Además, Serafín Quiteño fue autor, en colaboración con el poeta nicaragüense Alberto Ordóñez Argüello, de otro poemario espléndido, titulado Tórrido sueño (San Salvador, 1957), por el que ambos escritores fueron galardonados con el segundo premio del Certamen Nacional de Cultura, convocado en la capital salvadoreña en 1955.

Bibliografía

  • CAÑAS-DINARTE, Carlos. Diccionario escolar de autores salvadoreños (San Salvador: Consejo Nacional para la Cultura y el Arte [CONCULTURA], Dirección de Publicaciones e Impresos, 1998).

  • ESCOBAR GALINDO, David (ed. lit.). Índice antológico de la poesía de El Salvador (San Salvador: UCA Editores, 1982).

  • GUILLÉN, Orlando. Hombres como madrugadas: La poesía de El Salvador (Barcelona: Anthropos, 1985).

J. R. Fernández de Cano.

Autor

  • JR.