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BiografíaMedicina

Pouchet, Félix-Archimède (1800-1872).

Naturalista francés nacido en Rouen el 26 de agosto de 1800 y muerto en la misma ciudad el 6 de diciembre de 1872.

Hizo sus primeros estudios en su ciudad natal para continuar después en París, donde se graduó de doctor en medicina en 1827. Como muchos médicos de los siglos XVIII y XIX se interesó profundamente por las ciencias naturales, hasta tal punto que llegó a ser nombrado en 1828 director del Jardín Botánico del Museo de Historia Natural de Rouen, institución a la que se vinculó durante toda su vida. Compartió además esta actividad con clases que impartió en la Escuela Superior de Ciencias y Letras y, a partir de 1838, en la Escuela de Medicina, ambas en su ciudad natal. También fue miembro de la Academia de Ciencias de París, y se le otorgó en 1843 la orden de caballero de la Legión de Honor.

La obra de Pouchet abarca numerosos temas que comprenden estudios botánicos, zoológicos, microbiología y biología general, e historia de las ciencias, destacándose entre ellos obras como Théorie positivive de l'ovulation spontanée et la fécondation des mamifères et de l'espèce humaine (1847), Histoire des sciences naturelles au moyen age (1853), L'Univers, les infinement grands et les infinements petit (París, 1865) y otros. En el primero de los trabajos mencionados (que ganó el premio de fisiología de la Academia de Ciencias en 1845) defendió acertadamente que la ovulación de la mujer se realizaba en un periodo limitado dentro del ciclo menstrual. Algunas de sus memorias se refieren a la anatomía y fisiología de los moluscos, a la resistencia de embriones vegetales y a la botánica aplicada, incluyendo las aplicaciones médicas de varios grupos de plantas.

Sin embargo, a Pouchet se le recuerda más por sus famosos debates que realizó con Pasteur en torno a la generación espontánea, asunto que estaba en plena efervescencia a mediados del siglo XIX. Pouchet defendió sus ideas a favor de esa corriente, que él llamó "heterogenie", en varias obras: Hétérogénie ou traité de la génération espontanée basé sur de nouvelles expériences (1859) y Nouvelles expériences de genération spontanée et la resistance vitale (1865), entre otras.

La idea de que los organismos pudieran formarse espontáneamente del barro y de la putrefacción sin que mediara la reproducción era bastante antigua, pudiendo rastrearse sus orígenes en las civilizaciones antiguas (entre los griegos, por ejemplo, creían en ella Anaxágoras, Aquelao y otros), y se había mantenido en formas más o menos actualizadas hasta el siglo XIX, incorporadas ya a sus causas otras de carácter ambiental. Era compartida por un gran número de científicos, por lo que no es de extrañar que Pouchet se adscribiese a ella. Entendía que debían darse tres condiciones esenciales para que se produjese la generación espontánea: la putrefacción, el aire y el agua, y a ellas podía ayudar además la electricidad y la luz solar. Es curioso que la teoría moderna de la formación de los primeros formas vivientes plantee su origen de una manera espontánea, donde las altas temperaturas, la electricidad y la luz solar desempeñan una función coadyuvante de la propia atracción química de los componentes simples inorgánicos, para formar más tarde los orgánicos y las primeros organismos celulares. Pouchet creía que la luz roja promovía la formación de los proto-organismos vegetales, mientras que los vegetales se originaban por la luz verde, idea que tal vez tenía una relación más o menos directa con el color de las plantas (la clorofila) y la sangre de los animales.

Las opiniones de Pouchet no se basaron en elucubraciones teóricas sin base práctica, sino que realizó un buen números de experiencias para demostrar si las partículas transportadas por el aire tenían o no alguna relación con dicha generación. Para ello las filtró y observó usando agua destilada. Esta actividad, que él llamó micrografía atmosférica, vino a incrementar el conocimiento que se tenía de la presencia de sustancias orgánicas en el aire, ya que Pouchet pudo observar, mediante el microscopio, féculas de almidón, fibras de ropa, partículas de carbón y partículas minerales. Como sólo observó una espora de hongo enquistado, creyó que la contaminación del aire era improbable como factor fundamental, que alegaban los opositores de la generación espontánea. Para lograr una mayor esterilización, empleó además el aire caliente, pero también se infiltraron algunos microorganismos.

Las experiencias más cuidadosas (por calor y filtración) realizadas por Pasteur vinieron a demostrar que bacterias, hongos y otros organismos eran los responsables de la putrefacción y de la fermentación, que en efecto, en el aire, agua y demás objetos se hallan las esporas de esos organismos, que son los responsables de que aparezcan y se desarrollen organismos si encuentran las condiciones adecuadas. Tanto los trabajos de Pasteur, como de Pouchet dieron un impulso significativo a los estudios de carácter experimental en biología, y en especial en microbiología.

Bibliografía

  • Dictionary of Scientific Biography, New York: Charles Scribner's, s. a.

  • POUCHET, F.A. Histoire naturelle et médicale des Solanés, Paris, 1829.

  • -------------------: Recherches dur l'anatomie et la physiologie des Mollusques, Paris, 1842.

  • ROSTAND, J. "Félix-Archimède Pouchet", Revue d'histoire des sciences et de leus applications, 22, 257-258, 1969.

AGG

Autor

  • 0305 Armando García González