Pool, John de (1873-1947).
Narrador, ensayista e historiador holandés, nacido en Willemstad (capital de la isla de Curaçao, perteneciente a las Antillas Holandesas) el 12 de marzo de 1873, y fallecido en Panamá el 8 de agosto de 1947. En su obra maestra, titulada Del Curaçao que se va, ofreció uno de los frescos más ricos y detallados de la mentalidad, las costumbres y las formas de vida de la sociedad antillana de finales del siglo XIX. Además, con sus valiosos textos historiográficos arrojó abundante luz sobre la figura de Simón Bolívar.
Hombre de vivas inquietudes intelectuales que le empujaron, muy pronto, hacia el estudio de los saberes humanísticos, recibió desde niño una buena formación académica en los mejores centros educativos de su isla natal, en la que pasó toda su infancia y buena parte de su juventud. Luego, impulsado por ese deseo de ampliar conocimientos y horizontes vitales, se convirtió en un viajero impenitente y recorrió la mayor parte del continente Americano, recabando datos acerca de la historia de las respectivas naciones que iba visitando. En esta faceta suya de investigador consagrado a la Historia, se especializó, como ya se ha apuntado más arriba, en el estudio de las figuras y las circunstancias que contribuyeron decisivamente a las declaraciones de Independencia de las distintas colonias americanas.
En sus libros y artículos ensayísticos, así como en los cursos y conferencias que impartió en numerosas instituciones culturales y académicas de toda Hispanoamérica, John de Pool puso especial énfasis en subrayar el papel desempeñado por algunas figuras de la historia curazoleña en las campañas del Libertador. Así, gracias a su trabajo se han revalorizado los perfiles históricos de algunos ilustres nativos de los territorios holandeses de Ultramar, como Manuel Carel Piar -prócer de la Independencia venezolana, nacido en la Guayana Holandesa (la actual República del Surinam), Philipus Lodovicus Brión -comerciante holandés, más conocido como Luis Brión, que jugó un papel destacadísimo en la emancipación de Colombia, hasta el punto de que fue nombrado Capitán General y Almirante por el primer gobierno colombiano- y, entre otros, Mordechai Ricardo (1771-1842) -que, aunque nacido en Holanda, pasó gran parte de su vida en Curaçao.
Ya en el otoño de su vida, John de Pool fue nombrado co-director del Boletín de la Sociedad Bolivariana de Panamá, donde no sólo realizó una espléndida labor como responsable de edición, sino también como autor de algunas de los mejores artículos y ensayos que vieron la luz en sus páginas. En efecto, allí publicó, entre otros, su célebre trabajo titulado "El primer chispazo del genio" (año VI, ns. 21-22 [1937], págs. 179-224), escrito originariamente en castellano y, muchos años después, traducido a otras lenguas como el holandés y el inglés; en él, De Pool analiza las primeras actuaciones públicas de un joven Bolívar que aún estaba lejos de ser aclamado por todos los pueblos de Hispanoamérica con el honroso título de "El Libertador".
Entre los trabajos historiográficos que el humanista de Curaçao publicó en forma de libro, conviene recordar los titulados La trilogía psíquica del Libertador (Panamá, 1942) y Bolívar y los proyectos de gobierno del General Carlos Manuel Piar, conquistador de la Guayana (Panamá, 1946). Además, recopiló varios de sus artículos y conferencias en el volumen titulado Ensayos de divulgación histórica (Panamá, 1938). Por la suma de todas estas valiosas aportaciones a la historiografía hispanoamericana (y, en especial, a los estudios bolivarianos), John de Pool fue condecorado por los gobiernos, las universidades y las academias de numerosos países de América Latina (Colombia, Cuba, Haití, Panamá, Ecuador, Venezuela, etc.).
Con todo, pese al indudable valor de su obra historiográfica, el humanista curazoleño ha pasado a la historia de las Letras hispanoamericanas por un volumen de memorias que le sitúa entre los grandes maestros universales de este complicado género. Se trata de la obra titulada Del Curaçao que se va. Páginas arrancadas de "El libro de mis recuerdos" (Santiago de Chile: Ed. Ercilla, 1935), escrita en castellano en su versión original, y traducida al holandés al cabo de medio siglo, bajo el título de Zo was Curaçao (Amsterdam, 1985).
En la primera parte de este magnífico ejemplo de literatura testimonial, De Pool reconstruye minuciosamente, a lo largo de veinticinco capítulos, los usos y costumbres, la mentalidad y las formas de vida de la población curazoleña perteneciente a las clases sociales privilegiadas (en las que estaba incluida la familia del propio escritor), durante un período de tiempo (1860-1890) en el que transcurrieron, apaciblemente, infancia y adolescencia. Con la dulzura melancólica de quien recuerda un pasado grato y, a la vez, ya definitivamente superado por el devenir de los tiempos, Johan Joseph de Pool -que así se llamaba realmente el autor de Del Curaçao que se va- alterna la descripción prolija y detallada de hábitos y lugares con la inclusión ocasional de anécdotas y vivencias personales que dotan de gran frescura y autenticidad al relato de sus memorias.
Como miembro integrante de esa privilegiada elite local que protagoniza la mayor parte de los episodios narrados en esta obra, John de Pool escribe desde una perspectiva un tanto inmovilista y conservadora, que le induce, por ejemplo, a ensalzar el papel de la Iglesia Católica en los territorios coloniales (aunque matizando que algunas de sus actuaciones fueron inadecuadas) y, fundamentalmente, a lamentar los afanes mercantilistas del colonialismo holandés, a los que achaca el atraso y la depresión dominantes en el Curaçao del primer tercio del siglo XX. Bajo su particular punto de vista, este mercantilismo acabó con el elevado nivel cultural, el bienestar y la moralidad que caracterizaban a esa elite decimonónica a que él pertenecía, que se fue difuminando lentamente con el despegue del comercio y la industria del siglo XX.
Bibliografía
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TERLINGUER, J. Lengua y literatura españolas en las Antillas Holandesas (Curaçao: Ministerio de Asuntos Culturales de las Antillas Neerlandesas, 1961).
J. R. Fernández de Cano
