Jaime Honorato Pomar (ca. 1550–1606): Médico y Botánico de la Corte Real deFelipe II
Jaime Honorato Pomar (ca. 1550–1606): Médico y Botánico de la Corte Real de Felipe II
Jaime Honorato Pomar nació en un periodo histórico clave para la medicina y la ciencia en Europa. A mediados del siglo XVI, España vivía una época de esplendor bajo el reinado de los Reyes Católicos, que culminó en la figura de Felipe II. Esta época se caracteriza por un renovado interés en el conocimiento natural, especialmente en la botánica y la medicina, influenciado por el Renacimiento europeo. La integración de elementos de la antigüedad clásica con las nuevas ideas científicas permitió a figuras como Pomar destacar en campos como la historia natural.
Valencia, donde nació Pomar alrededor de 1550, era una de las ciudades más importantes del Reino de Valencia, destacándose por su dinamismo cultural e intelectual. La Universidad de Valencia, uno de los centros educativos más antiguos de España, jugaba un papel fundamental en la formación académica de futuros médicos, botánicos y científicos. La ciudad contaba con un floreciente ambiente científico que, además de la medicina, se interesaba por el estudio de la naturaleza, un campo que Pomar abrazó con gran pasión.
Pomar nació en el seno de una familia valenciana cuya situación económica y social le permitió acceder a una educación de calidad. Aunque no se tienen muchos detalles sobre su familia directa, su educación y carrera indican que pertenecía a una clase social que valoraba profundamente el conocimiento. En un contexto donde la educación estaba reservada para un círculo reducido de la sociedad, aquellos que se dedicaban al ámbito académico eran considerados parte de la élite intelectual.
Valencia, durante el Renacimiento, experimentó un renacer cultural impulsado por la influencia de la Escuela de Salamanca y el auge del Humanismo, lo cual permitió a muchos jóvenes destacados, como Pomar, desarrollarse en el ambiente intelectual adecuado para avanzar en las ciencias.
Formación académica y primeros intereses
La formación de Pomar en medicina se dio en la Universidad de Valencia, donde estudió bajo la tutela de grandes figuras académicas como Luis Collado y Juan Plaza. Collado, conocido por sus estudios sobre anatomía, y Plaza, su mentor en botánica, jugaron un papel clave en el desarrollo de Pomar como médico y científico. A lo largo de su educación, Pomar adquirió no solo conocimientos médicos, sino también una profunda fascinación por la historia natural, la medicina a través de plantas y la botánica.
En 1573, Pomar alcanzó su título de doctor en medicina, lo que le permitió empezar a ejercer la profesión. Durante su tiempo en la universidad, Pomar estuvo en contacto directo con el vibrante ambiente académico, lo que fue crucial para su desarrollo profesional y su futura relación con la corte real. El enfoque en la enseñanza práctica fue una característica importante de la medicina renacentista, y Pomar adoptó este modelo, buscando siempre una conexión directa entre la teoría y la práctica.
Primeros pasos en la medicina y la enseñanza
Tras obtener su doctorado, Pomar permaneció en Valencia donde comenzó su carrera médica y académica. Su dedicación al estudio de la medicina le permitió acceder a diversas cátedras en la Universidad de Valencia. En 1574, fue nombrado catedrático de anatomía, cargo que ocupó hasta 1578. Esta primera cátedra fue clave en su formación, ya que le permitió trabajar de manera cercana a la práctica médica y desarrollar un enfoque experimental.
En 1584, Pomar asumió la cátedra de medicamentos simples o «herbes», sucediendo a Juan Plaza, su mentor en botánica. Este cargo era especialmente relevante porque involucraba la enseñanza de la recolección, identificación y uso de plantas medicinales, algo que Pomar manejó con una dedicación especial. Su enfoque pedagógico incluía la salida anual a distintas regiones cercanas a Valencia para recolectar hierbas, una actividad práctica que, además de ser útil para los estudiantes, le permitió a Pomar integrar la botánica con la medicina de manera innovadora. Durante sus años como catedrático, Pomar organizó excursiones a lugares como la huerta de Carraixet, la Devesa y el barranco de Torrent, donde los estudiantes de medicina observaban las plantas en su hábitat natural, favoreciendo el aprendizaje visual y directo.
Este enfoque pedagógico no solo tuvo un impacto en los estudiantes de medicina, sino que también dejó una huella importante en la organización de la enseñanza botánica en la Universidad de Valencia. De hecho, muchas de las normativas que se implementaron posteriormente en las constituciones de la universidad en 1611, que definían las responsabilidades del catedrático de «herbes», fueron el reflejo directo de las prácticas impulsadas por Pomar.
Ascenso académico y cátedras universitarias
El paso de Pomar por la Universidad de Valencia fue fundamental para consolidar su carrera. Tras varios años de dedicación y trabajo en la cátedra de anatomía, Pomar se estableció como una figura central en la enseñanza de la medicina, particularmente en el campo de la botánica médica. En 1584, asumió la cátedra de «medicamentos simples» o «herbes», una de las más prestigiosas de la universidad. Este cargo le permitió no solo enseñar, sino también experimentar y contribuir de manera significativa al campo de la medicina natural.
Como catedrático, Pomar organizó y amplió las excursiones de herborización, que se realizaban para que los estudiantes de medicina pudieran observar las plantas en su entorno natural. Este tipo de prácticas didácticas eran innovadoras para la época, pues ofrecían una conexión directa con la naturaleza, esencial para el estudio de las propiedades medicinales de las plantas. Pomar instruía a sus estudiantes en la recolección, clasificación y uso de hierbas medicinales, elementos fundamentales de la medicina renacentista.
Además de estas excursiones, Pomar tuvo un papel destacado en la organización de las normas que regían la cátedra, las cuales incluyeron directrices claras para los estudiantes, como la obligación de salir al campo dos veces al año para herborizar con el catedrático. Estas excursiones fueron de gran importancia para la formación práctica de los futuros médicos y botánicos, ya que permitían que los estudiantes pudieran observar y aprender directamente sobre las plantas medicinales y su uso terapéutico.
Funciones oficiales y relaciones con la Corona
El prestigio de Pomar creció considerablemente a lo largo de su carrera, lo que le permitió desempeñar funciones oficiales de relevancia en el ámbito médico. A finales del siglo XVI, se le designó para cargos relacionados con la supervisión médica y sanitaria, como el de «examinador de médicos». Este puesto le otorgó una gran influencia en la organización de la medicina en el Reino de Valencia, y más tarde, su reputación le permitió involucrarse con la corte de Felipe II.
Pomar mantuvo una relación cercana con el monarca, quien mostró un profundo interés por la historia natural y la botánica. Felipe II tenía un particular aprecio por las colecciones botánicas y zoológicas, y Pomar, como especialista en medicina botánica, desempeñó un papel crucial en las iniciativas reales. A partir de 1565, con la creación del jardín botánico universitario, se enviaron a la corte real numerosas especies vegetales y animales, especialmente desde Valencia, que servían para enriquecer los jardines y colecciones de Aranjuez y otros lugares de la corte.
Este contacto con la corte real permitió que Pomar tuviera acceso a recursos y materiales científicos que serían esenciales para su obra. Fue precisamente durante esta época que Pomar recibió el espléndido códice pictórico con ilustraciones de más de doscientas especies de plantas y animales, que hoy se conserva en la Biblioteca Universitaria de Valencia. Este códice es una de sus contribuciones más valiosas y un testimonio de su relación con la corte de Felipe II.
El Códice Pomar y su importancia histórica
Uno de los mayores logros de Pomar fue la creación de un códice botánico y zoológico, conocido como el Códice Pomar. Este manuscrito, elaborado entre 1590 y 1600, contiene más de doscientas acuarelas que representan plantas y animales, tanto del Viejo Mundo como del Nuevo Mundo. La obra es un reflejo de la amplia red de contactos científicos de Pomar, especialmente con la expedición de Francisco Hernández a América, y es un testimonio de la fascinación europea por las especies del Nuevo Mundo.
El Códice Pomar incluye tanto especies europeas, como el narciso o el tulipán, como plantas exóticas traídas de Asia, África y América. Entre las especies representadas en el códice destacan plantas medicinales de gran valor, así como especies exóticas de animales como el rinoceronte, el mico tartarín o el armadillo. La obra también incluye ilustraciones de especies que fueron recolectadas durante la expedición de Francisco Hernández a Nueva España, como el tabaco o el anacardo. En este sentido, el códice no solo tiene un valor científico, sino también histórico, pues refleja el intercambio de conocimientos entre Europa y América en el siglo XVI.
Las representaciones de plantas y animales en el códice están acompañadas de descripciones detalladas, que incluyen nombres en latín, castellano, valenciano, e incluso en lenguas indígenas, como el náhuatl. Esta mezcla de idiomas refleja la riqueza cultural y lingüística de los estudios botánicos y zoológicos de la época.
Últimos años y la consolidación de su legado
En 1598, con el acercamiento de la muerte de Felipe II, Pomar experimentó un cambio significativo en su carrera. El monarca, reconociendo su labor en el campo de la botánica médica, lo nombró para un puesto de consejero sobre botánica en la corte real. Felipe II mandó crear una nueva plaza para Pomar, la de «médico herbolario», un cargo único en España en ese momento, debido a la falta de cátedras de «herbes» fuera de Valencia. Este nombramiento reflejaba la gran estima que el monarca sentía por Pomar y su expertise en el campo.
Con esta nueva posición, Pomar dejó atrás su cátedra en Valencia en 1599 y se trasladó a Madrid, donde desempeñó sus funciones hasta su muerte en 1606. Aunque no se cuenta con muchos detalles sobre sus actividades en la corte, es probable que Pomar siguiera realizando tareas relacionadas con el jardín real, la recolección de plantas medicinales y la asesoría botánica para la Corona, continuando con las funciones que ya había iniciado con Felipe II, pero ahora con un rango de mayor influencia. Durante estos años, Pomar se consolidó como uno de los mayores expertos en botánica médica del reino.
El legado de Pomar en la ciencia y la botánica
El legado de Pomar va más allá de su trabajo como catedrático y médico de la corte. Su principal contribución fue, sin duda, su trabajo en el Códice Pomar, una obra que no solo documentó de manera exhaustiva las especies que Pomar estudió, sino que también proporcionó una invaluable fuente de conocimiento sobre las plantas y animales de Europa, América y otras regiones exóticas. Esta obra fue un intento pionero por sistematizar y catalogar el conocimiento natural, integrando la botánica, la medicina y la historia natural en un solo compendio visual.
Además, Pomar influyó en las generaciones posteriores de botánicos y médicos. Su enfoque de la medicina, que combinaba la práctica con la teoría, dejó una huella profunda en la enseñanza de la medicina botánica en la Universidad de Valencia y otras instituciones. Las excursiones de herborización, que Pomar organizó y amplió durante su cátedra, no solo mejoraron la formación de los estudiantes de medicina, sino que también contribuyeron a una comprensión más amplia del uso medicinal de las plantas.
Reinterpretación de su figura en la historia
Después de la muerte de Pomar, su figura fue progresivamente reconocida en los círculos científicos. El Códice Pomar y otros escritos relacionados con la botánica y la medicina continuaron siendo estudiados por naturalistas e historiadores de la ciencia. Su obra fue citada y utilizada por autores contemporáneos y posteriores como Nardo Antonio Recchi y Juan Eusebio de Nieremberg, quienes divulgaron sus investigaciones y las incluyeron en sus propias obras científicas. Sin embargo, la obra de Pomar pasó en parte desapercibida durante un tiempo debido al auge de nuevos movimientos científicos en los siglos posteriores.
Con el paso de los siglos, los estudios de Pomar fueron revalorizados, especialmente con la publicación y estudio de su códice botánico. El trabajo de Pomar se inscribe en la tradición de científicos y naturalistas renacentistas que no solo se interesaban por la medicina, sino que también fomentaban una visión holística del conocimiento sobre el mundo natural, que luego sería fundamental para el desarrollo de la ciencia moderna.
Reflexión final sobre su relevancia histórica
La figura de Jaime Honorato Pomar resalta como un pionero en la botánica médica, cuyo trabajo y legado no solo marcaron la ciencia de su época, sino que también abrieron caminos para el estudio de la flora y fauna del Nuevo Mundo. Su influencia fue profunda, tanto en la corte real como en la enseñanza de la medicina, y su obra se sigue considerando un hito en el campo de la historia natural. Pomar representa el ideal renacentista de un hombre de ciencia que no solo se limita a los libros, sino que busca comprender el mundo a través de la observación directa y la experimentación.
Su vida y su obra son testimonio de cómo el conocimiento botánico y médico de la época se entrelazaba con los intereses de la monarquía, la universidad y las exploraciones científicas del siglo XVI. Aunque su figura fue olvidada durante un tiempo, hoy es reconocida como una de las personalidades más relevantes del Renacimiento español en el ámbito de la ciencia natural.
MCN Biografías, 2025. "Jaime Honorato Pomar (ca. 1550–1606): Médico y Botánico de la Corte Real deFelipe II". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/pomar-jaime-honorato [consulta: 19 de octubre de 2025].