Manuel Polo y Peyrolón (1846–1918): Defensor del Tradicionalismo Católico y Figura Clave en la Política y la Filosofía Española
Manuel Polo y Peyrolón (1846–1918): Defensor del Tradicionalismo Católico y Figura Clave en la Política y la Filosofía Española
1. Introducción: El nacimiento de una figura académica y política
Manuel Polo y Peyrolón nació el 11 de junio de 1846 en Cañete, un pequeño pueblo de la provincia de Cuenca, en el seno de una familia burguesa profundamente influenciada por el catolicismo. Su contexto familiar y social jugaron un papel fundamental en la configuración de sus ideales y principios, los cuales, a lo largo de su vida, se verían reflejados tanto en su carrera académica como en su implicación en la política española. El siglo XIX, especialmente en España, fue una época de grandes transformaciones políticas, sociales y religiosas, y Polo y Peyrolón se mantuvo firme en la defensa de los valores tradicionales católicos, convirtiéndose en un defensor irreductible de la ortodoxia religiosa en un periodo de convulsiones ideológicas.
2. Educación y primeros logros académicos
Desde joven, Polo y Peyrolón mostró un gran interés por los estudios y la filosofía. Cursó estudios de derecho en la Universidad de Valencia, y más tarde, se trasladó a la Universidad Central de Madrid (actual Complutense de Madrid), donde se especializó en Filosofía y Letras. Con ambos títulos en su haber, Polo y Peyrolón comenzó a destacar en el ámbito académico, lo que le permitió iniciar su carrera docente en 1868 en la Universidad de Valencia, donde se encargó de la asignatura de Metafísica.
En el año siguiente, se presentó a las oposiciones para obtener la cátedra de Psicología, Lógica y Ética en el Instituto de Teruel, cargo que obtuvo con éxito y que le permitió continuar su labor pedagógica en el interior del país. Durante su estancia en Teruel, Polo y Peyrolón desarrolló una sólida base en la enseñanza de las ciencias filosóficas, que serían la columna vertebral de su vida profesional.
En 1879 regresó a Valencia, donde continuó su labor como catedrático de instituto, siendo esta ciudad el epicentro no solo de su actividad académica, sino también del desarrollo de su carrera política, que pronto comenzaría a consolidarse.
3. Su carrera política y su vinculación con el carlismo
La figura de Polo y Peyrolón se destaca no solo por su labor académica, sino también por su activa implicación en la política española de la época. Su militancia en el partido carlista, defensor del tradicionalismo y la monarquía absoluta, lo convirtió en un ferviente defensor de los principios católicos. En sus escritos y discursos políticos, Polo y Peyrolón abogó por la restauración del orden religioso y social en España, frente a los avances del liberalismo y el secularismo que se estaban imponiendo en la sociedad española.
A través de su activismo y su literatura, Polo y Peyrolón buscó consolidar una visión del catolicismo como eje fundamental de la civilización española. Entre sus obras más destacadas en esta línea se encuentra Elogio de Santo Tomás de Aquino (1880), un ensayo en el que exaltaba las virtudes del filósofo medieval como el máximo exponente del pensamiento católico. En El cristianismo y la civilización (1881) y Guía de Tierra Santa y relato de la peregrinación general española a los Santos Lugares en octubre de 1881 (1882), Polo y Peyrolón buscó vincular las tradiciones cristianas con la civilización occidental, en un contexto de creciente secularización.
Sin embargo, fue su Vida de León XIII: extracto de sus principales documentos públicos y relación de sus fiestas jubilares (1888) la obra que mejor ejemplificó su devoción al Papa León XIII. A través de este trabajo, Polo y Peyrolón defendió las encíclicas papales, en particular la Quod Apostolici y Rerum novarum, que rechazaban el comunismo, el socialismo y el anarquismo, mientras ofrecían soluciones a las cuestiones sociales a través de la doctrina católica. Su fervor por las enseñanzas papales le valió el reconocimiento del Papa León XIII, quien le otorgó la Cruz Pro Ecclesia et Pontifice, en reconocimiento a su esfuerzo por defender la fe y el orden católico en España.
4. Su relación con la figura de León XIII
León XIII fue una figura de gran relevancia para Polo y Peyrolón, no solo por su influencia en la Iglesia Católica, sino por el apoyo que el Papa brindó a los movimientos católicos conservadores en Europa y América. Polo y Peyrolón veía en el Papa una figura ejemplar que guiaba a los fieles en tiempos de crisis y modernidad. A lo largo de su carrera, Polo y Peyrolón citó y defendió las enseñanzas de León XIII en diversas ocasiones, especialmente sus encíclicas que denunciaban las ideologías revolucionarias y defendían los derechos de la Iglesia.
Este vínculo con el pontífice y la defensa de sus doctrinas marcaron profundamente su carrera política. Como miembro activo del carlismo, Polo y Peyrolón no solo luchaba por la restauración de una monarquía católica, sino también por la defensa de un modelo social basado en la moral y los principios católicos, en un momento en que las ideas progresistas y laicas ganaban terreno en España.
5. Su contribución a la política española
A lo largo de su vida, Manuel Polo y Peyrolón no solo destacó como académico y escritor, sino también como figura política relevante. Su implicación en la política española estuvo marcada por su constante lucha contra el anarquismo y el modelo educativo krausista, que representaba una corriente filosófica que él consideraba incompatible con la tradición religiosa española. En 1895, Polo y Peyrolón consiguió el acta de diputado por Valencia, lo que marcó el inicio de su carrera parlamentaria. Posteriormente, en 1907, fue designado senador por la misma provincia, cargo que ocuparía hasta su muerte en 1918.
En su papel como parlamentario, Polo y Peyrolón se destacó por su postura conservadora, defendiendo la educación católica y la preservación de los valores tradicionales frente a las tendencias secularizadoras. En particular, su lucha contra el krausismo, una corriente filosófica que había influido en la educación española durante la Restauración, fue uno de sus principales caballos de batalla. El krausismo, con su énfasis en la razón y la ética humanista, representaba, en su opinión, un intento de despojar a la educación de su base religiosa, lo que para él constituía una amenaza para los valores católicos y para el orden social.
Polo y Peyrolón se mostró particularmente crítico con la política educativa impulsada por figuras como Francisco Giner de los Ríos, líder de la Institución Libre de Enseñanza, quien promovía una educación laica y despojada de influencias religiosas. La crítica a estos modelos educativos le permitió ganarse una posición destacada en los círculos conservadores de la época, aunque también le generó numerosos enemigos, tanto dentro de la academia como en los ámbitos políticos más progresistas.
6. La obra literaria de Polo y Peyrolón: entre el conservadurismo y la polémica
La producción literaria de Manuel Polo y Peyrolón está marcada por su firme adhesión a los principios católicos y tradicionales. Entre sus obras más representativas en este sentido se encuentra Credo y programa del partido Carlista (1905), en la que expone los fundamentos ideológicos de la causa carlista y su apología del conservadurismo decimonónico. En esta obra, Polo y Peyrolón defiende un modelo de sociedad jerárquica y profundamente católica, oponiéndose al liberalismo y al socialismo que se habían afianzado en la política española.
Uno de los aspectos más polémicos de su obra literaria fue su defensa de las teorías conspirativas sobre el anarquismo y la masonería, a las que consideraba fuerzas demoníacas responsables de los males sociales y políticos del país. Esto se reflejó en escritos como Anarquía fiera y mansa: folleto antiterrorista (1908) y Intervención de la masonería en los desastres de España (1899), en los cuales Polo y Peyrolón acusaba a los movimientos anarquistas y a la masonería de ser responsables de los desastres que afectaban a España, desde la pobreza hasta la agitación política. Estos textos, que revelan una visión profundamente conservadora y paranoica de la realidad social, fueron un fiel reflejo de su ideología católica y su oposición al cambio social y político.
No obstante, su obra más polémica fue Parentesco entre el hombre y el mono (1878), en la que refutaba las teorías de Charles Darwin sobre la evolución humana. Polo y Peyrolón, en un tono claramente beligerante, rechazó sin argumentos científicos sólidos las conclusiones de Darwin, proponiendo una visión del origen humano totalmente incompatible con las teorías científicas. Tres años después, amplió y publicó la obra bajo el título Contra Darwin: supuesto parentesco entre el hombre y el mono (1881), en la que mantenía su rechazo al darwinismo, apelando a la autoridad de la fe católica como la única respuesta válida ante los avances científicos de la época.
7. Relaciones intelectuales y disputas literarias
A pesar de su firme adhesión al catolicismo y al conservadurismo, Polo y Peyrolón mantuvo relaciones intelectuales con algunos de los principales pensadores de su época. En particular, su amistad con Marcelino Menéndez Pelayo, uno de los grandes eruditos españoles de la época, fue de gran relevancia. Ambos compartían un interés profundo por la literatura y la filosofía, además de una visión crítica del krausismo y sus influencias en la educación española. Menéndez Pelayo se sintió atraído por la obra de Polo y Peyrolón sobre Darwin, e incluso ayudó a popularizarla en los círculos académicos madrileños.
Sin embargo, su relación con Menéndez Pelayo se vio empañada por una disputa literaria. La escritora Emilia Pardo Bazán, una de las figuras más destacadas del movimiento literario español, acusó a Polo y Peyrolón de plagiar partes de su trabajo titulado Reflexiones científicas contra el darwinismo, publicado un año antes. Este enfrentamiento enfrió la relación entre los dos intelectuales, y los trabajos de Polo y Peyrolón comenzaron a ser objeto de sospecha en los círculos académicos. A pesar de este conflicto, su obra continuó siendo influyente en los sectores más conservadores y católicos.
8. Su legado y últimos años
Manuel Polo y Peyrolón legó una vasta obra literaria y académica, que ha dejado una huella importante en la historia intelectual y política de España. Su producción académica, que incluye obras como Elementos de Psicología (1879), Elementos de Lógica (1880), Elementos de Ética (1880) y Ética elemental (1902), fue utilizada como manuales de estudio en la enseñanza secundaria y en la universidad, a pesar de las tensiones con los planes de estudios krausistas.
Además, su obra literaria costumbrista, que incluye Costumbres populares de la sierra de Albarracín (1876) y Los Mayos: novela original de costumbres populares de la Sierra de Albarracín (1878), proporciona una valiosa visión de la vida rural española del siglo XIX. Polo y Peyrolón también cultivó la novela y el ensayo, siendo su crítica a los anticatólicos y su defensa de la moral tradicional algunos de los temas recurrentes en sus escritos.
Polo y Peyrolón murió en Valencia en 1918, a los 71 años, siendo todavía senador por la ciudad. Su legado intelectual y político perdura, especialmente en el ámbito del conservadurismo católico y en el estudio de la historia y la cultura de su época. Su autobiografía, Memorias de un sexagenario, quedó inconclusa, pero su archivo personal fue legado a la Real Academia de la Historia, lo que abrió la puerta a una futura investigación sobre su vida y obra.
Manuel Polo y Peyrolón permanece como una figura clave en el tránsito de los siglos XIX y XX en España, representando la lucha entre el tradicionalismo y el progreso, un hombre que dedicó su vida a la defensa de una visión del mundo marcada por el catolicismo y los valores conservadores, resistiendo los cambios sociales y culturales que emergían en su tiempo.
MCN Biografías, 2025. "Manuel Polo y Peyrolón (1846–1918): Defensor del Tradicionalismo Católico y Figura Clave en la Política y la Filosofía Española". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/polo-y-peyrolon-manuel [consulta: 3 de octubre de 2025].