Pío X, Papa y Santo (1903-1914).
Giuseppe Sarto, nacido en la aldea de Riese (1835), situada en la región de véneta, en una familia bastante humilde. A los 15 años entró en el seminario de Padua, y a los 23 se ordenó de presbítero. Comenzó siendo coadjutor en Tómbolo y luego párroco en Salzano. Contaba 40 años y fue nombrado canónigo de Trevise; más tarde fue obispo de Mantua y luego patriarca de Venecia. En 1903, cuando contaba con 68 años, fue elegido papa, sucediendo a León XIII. Adoptó como lema de su pontificado: Instaurare omnia in Christo, consigna por la que trabajó intensamente con sencillez de espíritu, pobreza evangélica, dando así un nuevo incremento a la vida de la iglesia, instaurando todas las cosas en Cristo. Su pontificado fue glorioso y abundante en frutos. Su primera preocupación fue asegurar una buena formación espiritual e intelectual al clero, para lo cual estableció en el Seminario la Facultad de Derecho Canónico. Emprendió la reforma de la música religiosa, encauzó la Acción Católica, promovió la comunión frecuente, incluso de los niños, reformó el Código de Derecho Canónigo, apoyó la reforma del clero y de la curia romana y creó el Instituto bíblico.
En defensa de la fe católica, tuvo que luchar también contra los errores doctrinales que en ella se infiltraban al soslayo de un pretendido modernismo. Murió el 20 de agosto de 1914, tras un pontificado de once años y dieciséis días. Le sucedió Benedicto XV. Fue beatificado y canonizado por Pío XII. Su fiesta se celebra el 21 de agosto.
