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LiteraturaBiografía

Pinto González, Julieta (1922-VVVV).

Narradora costarricense, nacida en San José en 1922. Su fecunda y variada producción literaria, sumada a los numerosos méritos que ha contraído por sus servicios culturales en diferentes instituciones públicas de su país, la convierten en una de las figuras más relevantes de las Letras costarriqueñas de la segunda mitad del siglo XX.

Desde muy temprana edad sintió una acusada vocación literaria que orientó su formación académica por los derroteros humanísticos. Tras cursar estudios superiores de Filología en la Universidad de Costa Rica, comenzó a desempeñar una destacadísima labor cultural que acabó convirtiéndola en fundadora y directora de la Escuela de Literatura de la Universidad Nacional. Desde entonces, su participación en todos los acontecimientos literarios del pequeño país centroamericano ha sido decisiva, sobre todo en aquellos en los que era primordial la promoción de las escritoras costarricenses y de la literatura escrita por mujeres.

En su riquísima y variada producción narrativa, sobresale por igual el cultivo del relato breve y la novela extensa. A comienzos de la década de los años sesenta concluyó una brillante recopilación de relatos aparecida bajo el título de Cuentos de la Tierra (San José: Editorial L'Atelier, 1963), obra a la siguió, cuatro años después, la publicación de su primera gran novela, titulada Si se oyera el silencio (San José: Editorial Costa Rica, 1967). Al cabo de dos años volvió a los anaqueles de las librerías con una nueva narración extensa, La estación que sigue al verano (San José: Imprenta Lehmann, 1969), que dio paso a la aparición, un año más tarde, de otra entrega de cuentos, agrupados esta vez bajo el epígrafe de Los marginados (San José: Editorial Costa Rica, 1970).

Tras un lustro de infatigable dedicación a esas actividades públicas que ocuparon buena parte de su vida, Julieta Pinto González regresó al panorama literario de Costa Rica con una nueva recopilación de relatos, A la vuelta de la esquina (San José: Editorial Nueva Conciencia, 1975), a los que siguió una cuarta entrega de narraciones breves, titulada El sermón de lo cotidiano (San José: Editorial Costa Rica, 1977). Consagrada ya como una de las maestras indiscutibles en el cultivo de este difícil género narrativo, dos años después volvió a presentar a la nutrida legión de sus lectores una novela extensa, titulada El eco de los pasos (San José: Mesén Editores, 1979). Al cabo de otros dos años, recuperó el género cuentístico en el volumen bautizado Tierra de espejismos (San José: s.e., 1981), al que siguió, dentro de la misma línea genérica y temática, una nueva recopilación intitulada Abrir los ojos (San José: Mesén Editores, 1983).

Al margen de los títulos citados, Julieta Pinto González se ha adentrado con vigor y acierto en la narrativa destinada al público infantil y juvenil, género en el que ha dejado algunas obras tan relevantes como la novela juvenil Entre el sol y la neblina (San José: Editorial Costa Rica, 1988), y los libros de cuentos infantiles David (San José: Editorial Costa Rica, 1985), La lagartija de la panza color musgo (San José: Instituto del Libro, 1988) e Historias de Navidad (San José: Mesén Editores, 1988).

Con esta copiosa bibliografía a sus espaldas, no es de extrañar que Julieta Pinto González se haya convertido en una de las cabezas visibles de los círculos literarios costarriqueños, en los que ha sido distinguida y galardonada con los premios y reconocimientos más prestigiosos del país. Entre ellos, cabe destacar el Premio Nacional de Literatura "Aquileo Echeverría", en su modalidad de novela, que le fue concedido en 1969 por su obra titulada La estación que sigue al verano. Además, un año después consiguió de nuevo el Premio Nacional de Literatura "Aquileo Echeverría", pero esta vez en su modalidad de cuentos, por su recopilación presentada bajo el epígrafe de Los marginados.

Lógicamente, la obra de Julieta Pinto (especialmente sus narraciones breves) ha sido incluida en las más representativas selecciones y muestras antológicas de la literatura centroamericana contemporánea. Así, verbigracia, su relato titulado "Tres nombres para la ausencia" figura en la célebre antología Relatos de mujeres. En general, su prosa muestra un estilo culto y refinado, sobrio en la expresión de su elegancia y universal en la elección de los asuntos y los espacios reflejados, que no recurre a ciertos rasgos coloquiales o indigenistas muy presentes en el lenguaje y los argumentos de otras escritoras de su generación.

En la actualidad, a pesar de andar ya cerca de los ochenta años de edad, la escritora continúa inmersa en un inagotable proceso de creación literaria, rodeada de sus cuatro hijos y sus diez nietos, y convertida en una especie de matriarca de las Letras costarricenses.

Bibliografía

  • BERRÓN SAÑUDO, Linda (sel.). Relatos de mujeres: Antología de narradoras de Costa Rica. (San José: Editorial Mujeres, 19965). (Pról. de Sonia Marta Mora).

J. R. Fernández de Cano.

Autor

  • JR.