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DerechoBiografía

Pérez-Valiente Prado y Pretel, Pedro José (1713-1789).

Jurista español, nacido en Granada en 1713 y muerto en 1789. Hijo de Mateo Pérez-Valiente Ponce de León y Pretel y de Fabiana Pérez de Prado y Fernández de Píñar, matrimonio de la pequeña nobleza granadina. Debido a la poco boyante situación familiar, hubo de iniciar sus estudios en la propia capital granadina y retrasar su marcha a Madrid, donde se formó como jurista y logró abrirse paso en la Corte, lo cual le permitió desempeñar numerosos cargos y honores y llegar a contar con la protección del Cardenal Infante don Luis de Borbón, arzobispo de Toledo y de Sevilla y primado de las Españas. Su ascenso social le permitió ayudar a su familia en Granada y acceder a varios cargos de responsabilidad: fue abogado de los Reales Consejos, asesor de la Real Orden de Santiago, provincial de la Hermandad de la Villa de la Zubia (Granada) y regidor perpetuo y alguacil mayor en propiedad de la misma, catedrático de Instituta de la Universidad de Granada, Caballero de la Orden de Calatrava (1746), alcalde de la Mesta por el Estado Noble de la Villa y Corte de Madrid, académico honorario de la Real Academia de la Historia, Teniente de Corregidor de Madrid (1754), concediéndosele honores ese año de Juez de Grados de la Audiencia de Sevilla; fiscal de la Junta General de Comercio, Moneda y Minas (1760), juez propietario de la Real Casa de Su Majestad, ministro decano del Real y Supremo Consejo y Cámara de Castilla (consejero desde 1768), visitador de las colonias de extranjeros de Sierra Morena, Procurador a Cortes en 1789 para la jura del futuro rey Fernando VII como Príncipe de Asturias.

Como político, sus actividades más destacadas se centraron en la esfera universitaria, la repoblación de Sierra Morena y su lucha contra el ministro Olavide. Pérez-Valiente fue encargado por el claustro granadino para que consiguiera del Consejo mayor dotación para la universidad (1767), y obtuvo del Consejo el traslado de la institución académica a la sede de la recién expulsada Compañía de Jesús (1768), además de participar de manera decisiva en la formación del nuevo plan de estudios de la institución, lo cual le facultó y sirvió de base para colaborar en la redacción del Plan General de Instrucción Pública, aprobado en 1782 para todo el reino. En cuanto a las repoblaciones, como visitador de nombramiento regio se dedicó a examinar la situación en que se encontraban las nuevas poblaciones creadas en Sierra Morena y proponer diferentes ideas tendentes a mejorar el estado de estas nuevas localidades de extranjeros. Por último, es también célebre su participación en el proceso contra el ministro Olavide, político limeño que fuera Superintendente General de las Colonias de Sierra Morena, Intendente del Ejército de los Cuatro Reinos de Andalucía y Asistente de Sevilla, que fue víctima de tensiones políticas que culminaron en un proceso por el cual Olavide fue declarado hereje formal, paseado en Auto de Fe (1778), destituido, encarcelado y, por último, desterrado. Entre los testigos del proceso apareció Pedro José Pérez-Valiente, no exento en consecuencia de su participación en las intrigas que produjeron la defenestración del ministro Olavide. Esto último le acarreó duros ataques por parte de la historiografía y la doctrina jurídica liberal decimonónica y contemporánea. Así, el insigne jurista liberal Juan Sempere y Guarinos, en su Historia del Derecho Español (1822-1823), dedica en el capítulo III de la citada obra un epígrafe titulado Sofisterías de D. Pedro Valiente sobre la identidad de las nuevas monarquías con la de los godos, en donde Sempere, refiriéndose a Pérez-Valiente, afirma: "Despreciemos tales cavilaciones y sofisterías con que la jurisprudencia bartolista ha pervertido la razón y ofuscado la Historia y el Derecho público español". En esta misma línea, el académico de la Historia contemporáneo Antonio Domínguez Ortiz cree que a Pedro José Pérez-Valiente no debe considerársele en ningún caso como un verdadero ilustrado del siglo XVIII. Sin embargo, nuevas investigaciones como las de la catedrática Inmaculada Arias de Saavedra mantienen el talante ilustrado del jurista granadino y su importancia como introductor de la Ilustración en el reino de Granada. De igual forma, el jurista y catedrático de Valladolid Alejandro Herrero Rubio lo considera, aunque de pensamiento tradicional, un gran intelectual heredero de Suárez y Vitoria, que de no haber escrito sus obras en latín hubiera tenido una influencia notoria en las concepciones del Derecho Internacional del siglo XIX. Por último, el jurista del XIX Rafael de Lóranes lo ensalza como una de las plumas más brillantes del último tercio del siglo XVIII.

La actividad política de Pérez-Valiente y su cursus honorum le impidieron desarrollar una extensa labor como escritor jurídico, de modo que en una dedicatoria a Fernando VI en 1751 expuso al monarca que pensaba realizar una gran obra que abarcara todo el derecho hispano, titulada Theatro Universali Regni et Regii Patrimonii Hispanici. No obstante, Pérez-Valiente, jurista enmarcado en lo que el catedrático de Historia del Derecho Rafael Gibert denomina fase de la la Ilustración erudita, no llegó a poner en marcha su monumental proyecto. Con una intención más modesta publicó en 1751 en Madrid su Apparatus Juris Publici Hispanici. Opus Politicum-Juridicum, praecipua juris publicia universalis simulque hispanici, del cual salió a la luz únicamente dos tomos, en la cual se analiza de forma tradicional la sociedad, sus clases y los diferentes tipos de gobierno, siendo el monárquico absoluto el defendido por el autor. También realiza un análisis del derecho de gentes y un estudio de la monarquía visigoda, sosteniendo que es el antecedente directo y sin interrupciones históricas de la monarquía borbónica del XVIII (postura que le valió la acerada crítica de Sempere, como se ha visto más arriba). Otras obras de menor importancia de este jurista, perteneciente a la etapa final del sistema jurídico de la recepción del derecho común, son la Copia a pedimento de la Iglesia de Sevilla de la introducción del grado de segunda suplicación, mandado imprimir y poner a continuación del Memorial ajustado, correspondiente a su época de abogado, y el Compendio histórico genealógico de las justificadas pruebas que se remiten a la Corte de París, para el hábito del Santi-Spiritus, concedido al Marqués Scotti (1745). Esta última obra está escrita en latín y cuenta con su correspondiente traducción al español realizada por el mismo autor. En cuanto a su actividad científica también existe, dedicada al mencionado Marqués Scotti, una Dissertatio político-jurídica de Maris Imperio. Quam Excmo. Dno. Annibali Scotti, ex animo ofeert D. Petrus Pérez-Valiente. Mantuae Carpetanorum, realizada en la tipografía de Diego de Peralta en 1744.

Autor

  • Luis Díaz de la Guardia