Peake, Mervyn (1911-1968).
Novelista, poeta y pintor inglés, nacido en Kuling (China) en 1911, y fallecido en 1968. Hijo de un misionero británico destinado a aquel país oriental, cursó sus primeros estudios en China y, posteriormente, completó su formación intelectual y artística en la Real Academia de Inglaterra. Su vocación pictórica le llevó a trabajar como profesor de dibujo naturalista en la Escuela de Arte de Westminster, ocupación que desempeñó sin interrupciones hasta que sobrevino la II Guerra Mundial. Alistado en filas, sufrió una grave depresión que obligó a sus mandos a concederle la baja en el ejército y nombrarlo pintor de guerra. Posteriormente, y una vez que hubo acabado la contienda bélica, volvió a ejercer la docencia y a ganarse la vida como pintor, si bien alternó los pinceles con la pluma, pues había experimentado una apremiante necesidad de expresar también su arte por escrito.
Así las cosas, en 1946 dio a la imprenta su novela Titus Groan, primera de una famosa trilogía gótica que habría de completarse con Gomesghast (1950) y Titus Alone (1959). Estas tres narraciones, inspiradas en una visita realizada por Mervyn Peake a un campo de concentración, reflejan las extrañas peripecias de unos personajes dominados por poderosas fuerzas superiores, en un mundo ficticio en el que lo fantástico aparece entremezclado con lo grotesco.
Antes de ofrecer la última entrega de esta aplaudida trilogía, Peake había seguido explotando sus espacios imaginarios con la publicación de otra novela fantástica, Mr. Pye (1953), en la que cuenta la experiencia alucinante de un hombre al que le crecen alas de ángel. Ambientada en la isla de Sark, donde el autor había residido durante un período de su vida, Mr. Pye recibió también el elogio unánime de críticos y lectores, y confirmó la importancia de Peake en el ámbito de la prosa fantástica de la segunda mitad del siglo XX.
Al tiempo que se dedicaba al cultivo de la literatura, Mervyn Peake continuó expresándose como artista plástico, faceta en la que brillaron sus ilustraciones para algunos textos de literatura infantil y juvenil, como La isla del tesoro y La caza del snark; pero a partir de 1957, aquejado por la enfermedad de Parkinson, se vio obligado a abandonar los pinceles. Víctima de este mal, se enfrascó en la escritura de unos poemas que, para el rigor extremo de algunos críticos, no son sino "producto de una mente enferma"; pero, al margen de esta fallida incursión en el peligroso terreno de la creación poética, sus ilustraciones y sus novelas siguen gozando en la actualidad de un extraordinario prestigio.
