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FilosofíaHistoriaReligiónBiografía

Patanjali.

Sabio hinduista, supuesto autor de los Yogasutras, en que se exponen las bases de la escuela filosófica de yoga en 194 aforismos cortos repartidos en cuatro libros, Sobre el enstasis, Sobre los medios de realización, Sobre los poderes, Sobre el aislamiento. Este sistema es una combinación de ideas presentes en el hinduismo y en la filosofía Samkhya aplicadas al yoga, pero con un importante sustento metafísico.

El problema de la autoría de estos Aforismos no está resuelto. Los indios identifican a Patanjali con un gramático que vivió en el s. II a.C., pero los Yogasutras conservados son posteriores (entre el s. IV y V d.C.). La identificación sólo sería posible si se acepta que Patanjali escribió unos Yogasutras antiguos que fueron reelaborados y añadidos posteriormente.

Este sabio entiende que el yoga es el camino para la liberación del yo (atman) del enmarañamiento de la materia. De este modo la conciencia se va liberando (citta) y la mente se purifica para llegar progresivamente a un óptimo grado de concentración (samadhi), en el que la conciencia es ajena a cualquier tipo de actividad mental mundana (drashtri). Patanjali define el yoga como “el cese de las fluctuaciones mentales” (cittavritti-nirodha).

Esta parte de la filosofía de la escuela de yoga de Patanjali es afín a la filosofía Samkhya que mantiene el dualismo entre espíritu y naturaleza (purusha y prakrti), Sin embargo, ambas corrientes se distinguen en que el Samkhya es un sistema ateo y el yoga de Patanjali tiene a Dios (Ishvara) como objeto de concentración.

Dicho sistema de yoga, también llamado “el mejor” (raja), tiene ocho ramas o miembros (ashtanga): abstinencia (yama), observancia (niyama), postura (asana), control de la respiración (pranayama), interiorización (pratyahara) y tres grados de absorción mental: concentración, meditación y contemplación (dharana, dhyana y samadhi). Las técnicas corporales del yoga, realizadas correctamente, canalizan las energías para que circulen con un cierto ritmo continuo por los diferentes canales (nãdis) del organismo. Así despiertan la energía serpentina kundalini, enroscada en el centro (chakra) basal (mulãdhara), y la hacen subir, a través de las otras chakras, hasta el “Loto de los mil Pétalos” (sahasrãra) de la cima del cráneo. La tradición hace a Patanjali encarnarse en la serpiente cósmica de Sesa.

Autor

  • EMGG