Parra Vargas, Agustín, o "Parrita" (1955-VVVV).
Matador de toros español, nacido en Córdoba en 1955. En el planeta de los toros es conocido por el sobrenombre de "Parrita", apodo artístico que heredó de su progenitor, el afamado espada madrileño Agustín Parra Dueñas.
Movido por el ejemplo de su padre, que había sido una de las figuras cimeras de su tiempo, el joven Agustín Parra Vargas quiso seguir también la profesión taurina. Las buenas relaciones de quien, desde su nacimiento, ya se hallaba inmerso en el mundo del toro facilitaron sus primeros pasos como novillero, siempre difíciles en cualquier principiante. Así, pronto logró debutar en una novillada asistida por el concurso de los del castoreño. Tuvo lugar este estreno en las arenas de la Ciudad Condal, el día 17 de marzo de 1974, fecha en la que el segundo "Parrita" hizo el paseíllo acompañado por el pundonoroso novillero madrileño Carlos Escolar Martín ("Frascuelo") -que tomaría la alternativa, en esa misma plaza, al cabo de un mes-, y por el también aspirante a matador de toros Francisco Alcalde Morcillo ("Paco Alcalde") -cuyo doctorado se había anunciado para la misma función en que había de recibirlo el mencionado "Frascuelo". Anduvo fino Agustín Parra Vargas en el trasteo y muerte de su lote, sobre todo en la lidia de su segundo enemigo (marcado con la señal de Los Campillones), y fue premiado con una ovacionada vuelta el ruedo.
Así las cosas, estuvo listo para recibir su grado de doctor en tauromaquia a los veintiún años de edad, cuando hizo el paseíllo a través del redondel de Córdoba acompañado de su padrino, el genial torero sevillano Francisco Romero López ("Curro Romero"). Corría, a la sazón, el día 27 de mayo de 1976, fecha en la que el toricantano accedió al escalafón superior de los matadores de reses bravas tras haber muleteado y despenado a estoque a Aguamiel, un morlaco criado en las dehesas de Manolo González. En calidad de testigo de esta alternativa, hizo también el paseíllo aquella tarde el espada salmantino Pedro Gutiérrez Moya ("Niño de la Capea"). El toricantano se lució en la lidia del toro de su doctorado, pero falló estrepitosamente a espadas, con lo que el galardón a toda su buena labor se vio reducido a una vuelta al ruedo entre las aclamaciones de sus paisanos.
A pesar de estas buenas actuaciones, la apatía comenzó a ser la tónica dominante en la trayectoria profesional de Agustín Parra Vargas, como queda patente en el hecho de que dejara transcurrir dos largos años antes de comparecer en la madrileña plaza de Las Ventas, ante la primera afición del mundo, para confirmar su pertenencia al escalafón superior. Finalmente, el día 19 de mayo de 1978 se enfundó el terno de alamares en Madrid, para hacer el paseíllo en compañía del valiente lidiador madrileño Ángel Teruel Peñalver, que hacía las veces de padrino, y del coletudo alicantino José María Dols Abellán ("José María Manzanares"), que actuó a guisa de testigo. Aquella tarde, en la que se jugaron seis toros pertenecientes a la ganadería de Baltasar Ibán, la labor del diestro confirmante pasó inadvertida.
En realidad, su carrera ya había tomado un sesgo descendente cuya inclinación se fue acentuando a pasos agigantados. Cada vez menos presente en las ferias y plazas de postín, Agustín Parra Vargas ("Parrita") decidió abandonar el ejercicio activo del toreo al término de la campaña de 1982, en la que apenas se había vestido de luces. Su última actuación tuvo lugar en la plaza de toros de Madrid, el día 5 de septiembre de 1982, cuando se juntó en un cartel con el castellonense Raúl Aranda Pérez y el abulense José González Ibáñez ("José Ibáñez"), para despachar entre los tres un lote procedente de la vacada de Núñez Hermanos (remendado por un astado de Terrubias).
