A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U V W X Y Z
FilosofíaBiografía

Parménides (540-470 a.C.).

En Parménides encontramos al primer filósofo auténticamente metafísico. El ser es para él: increado, imperecedero, continuo, indivisible e inmóvil.

Vida y obras.

Filósofo griego, al parecer nacido en Elea, que vivió a finales del siglo VI y primera mitad del V a.C. Escribió su obra Sobre la naturaleza en verso, de la cual se conservan numerosos fragmentos de la primera parte, y pocos de la segunda. En la primera (Vía de la verdad) se ocupa de la verdad que lleva al ser, y la segunda (Vía de la opinión), trata del mundo de las apariencias.

La vía de la verdad (alétheia).

La doctrina metafísica de Parménides se basa en el genial hallazgo contenido en esta afirmación: "Se debe pensar siempre que el ser es, y, que en cambio, el no-ser no es". O lo que es lo mismo: sólo el ser existe, mientras que el devenir es pura apariencia, ilusión de los sentidos. El ser es inmutable, por lo tanto no tuvo principio ni tampoco tendrá fin. Además el ser no pudo salir de la nada, porque de la nada no puede salir algo. Parménides concuerda con Heráclito en la unidad del ser, pero niega todo cambio entitativo en el mismo. Pero, por otra parte, el movimiento es incuestionable, porque está ahí. Entonces Parménides apela a los sentidos: el movimiento es simple apariencia percibida por los sentidos. Con ello sitúa en radical enfrentamiento la razón y la sensación, plantando de una vez los cimientos del idealismo y del racionalismo. Pero aunque sea el inspirador del idealismo, él no es idealista: concibe el ser como sensible y material. Por el mero hecho de que el entendimiento pueda aprehender la realidad, no quiere decir que inevitablemente haya de identificarse con ella. Se trata de un monismo materialista, puesto que concibe al uno, al ser, como espacialmente finito. Los auténticos herederos de su pensamiento son los materialistas y Demócrito.

La vía de la opinión (doxa).

De los pocos fragmentos que se conservan de la segunda parte, se deduce que esta vía consistía en la exposición de un aparente ordenamiento del mundo, que resulta de la oposición de dos principios: el día o la luz y la noche o la oscuridad, los cuales, al mezclarse entre sí, dan origen a la multiplicidad de las cosas y a su devenir. Parménides aparece en esta segunda parte dedicado a encontrar solución a problemas más específicos de la investigación naturalista. Imagina el cosmos compuesto por una serie de coronas o esferas concéntricas dispuestas sucesivamente. En el centro de ellas se encuentra el Daimon, que lo dirige todo. En cuanto al conocimiento, Parménides trata aquí del conocimiento que adquiere el hombre al captar lo formado por contrarios, y éstos son perecederos y por tanto mortales. Al atender únicamente a lo mutable, el hombre cae en el engaño. Aun viéndose obligado a admitir este conocimiento, Parménides lo tomó por insuficiente y falaz. Es la vía seguida por todos aquellos que se conforman con las apariencias, sin cuidarse de alcanzar verdades universales, imperecederas.

El legado de Parménides.

Lo doctrina de Parménides ejerció una influencia más poderosa que otras filosofías anteriores y posteriores a ella, porque los filósofos de la Antigüedad centran su interés en entender el ser, al que consideran el verdadero principio de la inteligibilidad y del conocimiento. En efecto, Parménides rechaza el conocimiento de los sentidos porque lo considera no fiable. Sólo hay que dar crédito a la razón. Más tarde, Platón tratará de conciliar las dos tendencias, reconociendo que el conocimiento adquirido por los sentidos no es genuino, y que el verdadero conocimiento es aquel que aprehende lo no material del objeto, es decir, la idea. Por su parte, Aristóteles prosigue el camino de la reconciliación al traducir el ser de Parménides por el pensamiento inmutable. Pero se apartará de él acercándose más a Heráclito, al defender la opinión de que lo existente está sometido a cambio.

Bibliografía.

  • MOURELATOS, A.: The Route of Parmenide, Londres, 1970.

  • BORMANN, K.: Parmenides, Hamburgo, 1971.

Autor

  • CCG.