Palazuelo, Pablo (1916-2007).
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- Pablo Palazuelo.
Pintor, escultor y grabador español, nacido en Madrid en 1916 y fallecido en su ciudad natal, el 3 de octubre de 2007. Estudió Arquitectura en Madrid y en el Royal Institute of British Architects de Oxford. Desde 1939, se dedicó exclusivamente a la pintura. Tras realizar algunas obras neocubistas, comenzó a interesarse por Paul Klee, cuya obra le marcó profundamente y le condujo a la abstracción.
Sus primeros dibujos abstractos, fechados entre 1947 y 1948, se publicaron en revistas de poesía. Estas primeras realizaciones abstractas se basaron en la observación de estructuras naturales, tales como cristales de nieve, exámenes microscópicos de células o fotografías aéreas. Tal búsqueda de las estructuras geométricas y sus proporciones matemáticas caracterizaron la obra de Palazuelo a lo largo de toda su trayectoria.
En 1948 se instaló en el Pabellón Español de la Ciudad Universitaria de París, becado por el Instituto Francés, donde coincidió con el escultor vasco Eduardo Chillida. Juntos conocieron a Bernard Dorival, conservador del Museo Nacional de Arte Moderno en el que Palazuelo realizaba un curso de litografía, que les invitó a participar en el Salón de Mayo de ese año. Por aquellas fechas, Palazuelo encontró en la capital francesa un antiguo libro chino que el pintor madrileño andaba buscando desde hacía mucho tiempo, obra en la que se cifra todo el secreto de su arte, basado en una peculiar concepción de la geometría que no se conoce en Occidente. Palazuelos se negó a revelar el título del libro.
Marguerite y Aimé Maeght, matrimonio de promotores de arte, admiraron sus pinturas y le incluyeron en la muestra Les mains éblouies, celebrada en su galería (1950), donde también presentó su primera exposición individual (1955), comenzando así su larga vinculación con esta sala.
En 1950 había iniciado sus primeras investigaciones pictóricas dentro del campo geométrico. Aunque sus primeros dibujos abstractos pertenecieron a un constructivismo puro, pronto lo abandonó para sumergirse en una abstracción en la que la clave residió en su interés por las leyes de la naturaleza en la creación de los espacios cósmicos y psíquicos.
Realizó una obra de aparente simplicidad en la que, no obstante, se ocultó una gran complejidad teórica. Leyó intensamente, especialmente a Eliade, los escritos sobre la imaginación de la materia de Bachelard y obras sobre geometrías antiguas, el tantrismo y las filosofías y cosmogonías orientales.
El conocimiento que Palazuelo poseía del lenguaje arquitectónico fue un hecho perceptible a lo largo de toda su evolución estética en la que fue siempre evidente su inclinación por las formas netas y los planos bien marcados, presididos siempre por la idea del orden y la reflexión.
En 1954 intuyó que la escultura podría constituir un campo de experiencias muy adecuado a sus investigaciones y comenzó a desarrollar una faceta escultórica que alcanzó su mejor momento en la década de los años 70.
En 1969, regresó a España, se instaló unos años en los alrededores de Madrid (en el pueblo de Galapagar) y más tarde en Monroy (Cáceres). Allí realizó la serie Monroy con la que comenzó una nueva etapa en la que investigó sobre el paralelismo de los signos gráficos y la música, por medio de un código geométrico. Posteriormente, regresó a Galapagar, donde estableció su estudio definitivo.
Llegó a realizar una serie de cuadros musicales y a editar un disco en el que los signos pictóricos se trasponían en signos sonoros.
Con el tiempo, su geometría fue adquiriendo mayor dinamismo y flexibilidad. El ritmo se hacía más rápido. La fragmentación producida en la superficie hizo surgir toda una retícula de líneas rectas y quebradas y surgió una estructura de cristalizaciones.
Tanto sus esculturas como su obra gráfica estaban en completa consonancia con su obra pictórica y fueron un desarrollo de la misma, abriendo unas posibilidades muy importantes a su trabajo.
Fue galardonado con el Premio Kandinsky en 1952, el Premio Carnegie en 1958 y la Medalla de Oro de las Bellas Artes en 1982. En junio de 2004 recibió el Premio Velázquez del Ministerio de Cultura español.
