Palamas, Gregorio (1296-1359).
Teólogo bizantino, nacido en 1296 en el seno de una familia aristocrática de Asia Menor. Se educó en la corte del emperador Andrónico II Paleólogo. Se consagró a la vida monástica en 1316 en los eremitorios del monte Athos, donde se inicia en la tradición del hesicasmo. Es ordenado sacerdote en Tesalónica en 1326. De 1335 a 1336 es abad del monasterio athonita de San Sabas, que contaba entonces con cerca de doscientos monjes.
En 1340 empieza una lucha contra el filódofo humanista Barlaam de Calabria, el cual desacredita el método psíquico-somático de la oración mental y el realismo místico del conocimiento sobrenatural en la tradición oriental. Palamas pretendía con estas prácticas culminar sus pretensiones hesicatas y ver la esencia divina en los ojos del cuerpo. El teólogo compone Triadas para la defensa de los santos hisicastas, síntesis teológica de la espiritualidad bizantina tradicional.
Escribe una declaración, el Tomo Hagorético (1340-41), que justifica las doctrinas de Palamas contra las de Barlaam. Va firmado por los higumenos ('abades') athonitas. Esta decisión se ratifica en dos concilios de Constantinopla en 1341. No obstante el conflicto no ha terminado. Posteriormente Palamas fue excomulgado por hereje por Juan de Calecas. Gracias la subida al trono de Juan Cantazuceno en consigue la rehabilitación e incluso ser nombrado arzobispo de Tesalónica ese mismo año. En 1351 se aprueban definitivamente las tesis espirituales de Gregorio Palamas por un concilio.
Durante los últimos años de su vida se dedica al cuidado de sus feligreses de Tesalónica. Se rebela contra las injusticias sociales. Cae en manos de los turcos y permanece prisionero más de un año. Durante este cautiverio en Asia Menor entra en discusiones teológicas con los musulmanes. Palamas muere en Tesalónica el 14 de noviembre de1359. Es canonizado en 1369 y su fiesta se consagró el día de su muerte. Los ortodoxos recuerdan su figura el Segundo Domingo de Cuaresma, día en que los cristianos celebran la Transfiguración del Señor.
Este teólogo bizantino defendió toda su vida lo que él consideraba la doctrina propia y tradicional de la Iglesia. Barlaam afirma que todo conocimiento, incluido el de Dios, tiene como origen la percepción de los sentidos. Frente a este conocimiento naturalista Palamas desarrolla una “doctrina realista del conocimiento sobrenatural, independiente de toda experiencia sensible”, pero concebida en Jesucristo como Hijo de Dios que adopta un cuerpo humano y un alma inteligente para vivir en la tierra y así formar y solo cuerpo con nosotros. Centro de su teología es un concepto tomado de los hesicastas, la luz tabórica (luz que envolvió al Señor en el monte Tabor y que presenciaron sus discípulos). Esto le sirve para expresar la luz de la Transfiguración en el momento de recibir la gracia divina.
Fue acusado de propiciar la idea de la dualidad de Dios por distinguir su esencia de sus energías. La raíz de este razonamiento está en la teología oriental que defiende que Dios se nos muestra todo entero a través de sus energías, al mismo tiempo que permanece incognoscible en su esencia. Palamas puntualiza que esta distinción no implica división en Dios. La doctrina del bizantino tiene el peligro de llegar a la negación de la visión beatífica como visión directa del mismo Dios, adulterando así el mensaje católico sobre el cielo.
Como escritor es indudable la fecundidad de su tarea. Dejó casi un centenar de títulos repartidos en obras de teología y apologética (Dos Tratados apodícticos, Tres triadas en defensa de los santos hesicastas, Teofanes…), obras espirituales (Vida de S. Pedro de Atonita, Discurso a la monja Xene…), homilías, cartas (dirigidas a amigos y partidarios), refutaciones, discursos, diálogos…, muchas de ellas todavía inéditas.
