Palacios Rubios, Juan López de o Juan López de Vivero (ca. 1450-1524).
Escritor, humanista y jurisconsulto español, nacido en la villa de Palacios Rubios (en la actual provincia de Salamanca) alrededor de 1450, y fallecido en 1524. Aunque su verdadero nombre era el de Juan López de Vivero, ha pasado a la historia con el apellido por el que fue conocido en su tiempo, formado por el topónimo del lugar que le vio nacer. Autor del famoso texto denominado Requerimiento (ca. 1513), está considerado como uno de los primeros intelectuales españoles del Renacimiento que se ocuparon de la nueva condición jurídica de los indígenas americanos.
Alentado desde su temprana juventud por una acusada curiosidad intelectual, cursó estudios de Leyes en la Universidad de Salamanca, institución en la que pronto pasó a ejercer la docencia en calidad de catedrático. Consolidado como uno de los juristas más prestigiosos del país, en 1491 fue nombrado oidor de la chancillería de Valladolid, de la que pasó, al cabo de tres años, a la de Ciudad Real. En el transcurso de aquel mismo año de 1494 fue designado titular de la cátedra de Cánones de la Universidad de Valladolid, ciudad en cuya chancillería volvió a desempeñar relevantes funciones.
Tras esta vertiginosa progresión en el ámbito del Derecho y la docencia, en 1504 los Reyes Católicos designaron a Juan López de Palacios Rubios miembro del Consejo Real, con la encomienda expresa de participar en la redacción de las famosas Leyes de Toro. Consideradas como uno de los más importantes ordenamientos jurídicos del derecho privado castellano, estas Leyes de Toro fueron publicadas en 1505, y comentadas ampliamente por Palacios Rubios en un denso tratado de jurisprudencia redactado hacia 1516 (aunque publicado en 1542).
Sin lugar a dudas, su más célebre aportación a los ordenamientos jurídicos de su tiempo fue la redacción, entre 1512 y 1513, del archileído Requerimiento, un documento en el que se informaba a los indígenas del Nuevo Mundo de diferentes cuestiones acerca de su nuevo status jurídico, y en el que se les recordaba -entre otras cosas de no menos interés- que San Pedro había colocado en Roma al Papa como cabeza visible de la Iglesia universal, y que uno de estos papas, Alejandro VI, había donado las Indias a la Corona de Castilla, con la indicación expresa de que procediera a su inmediata evangelización. La importancia que cobró el Requerimiento redactado por Palacios Rubios se debió a que las autoridades civiles y religiosas de la época decretaron la obligación de que los conquistadores procedieran a leérselo a los indios antes de iniciar cualquier ataque contra ellos, práctica que inauguró Pedrarias Dávila en Panamá, en 1513. Por medio de esta obra -y de algún otro tratado de idéntico tenor-, la Corona de Castilla intentó demostrar, fuera de sus fronteras, el carácter de ‘guerra justa’ que justificaba sus ataques contra los indígenas pobladores del Nuevo Mundo.
Siempre dispuesto a poner sus saberes jurídicos al servicio de los intereses políticos de su Reino, en 1515, tras la conquista del Reino de Navarra por parte del Duque de Alba, Juan López de Palacios Rubios se apresuró a justificar jurídica e historiográficamente la incorporación de dicho territorio a la Corona de Castilla, con lo que procuró una de sus últimas satisfacciones al monarca Fernando el Católico, que falleció a los pocos meses. Por aquel tiempo, el humanista salmantino redactó también su no menos célebre tratado De insulis, en el que afirmaba que los legítimos derechos de propiedad sobre todos los territorios conquistados en el Nuevo Mundo correspondían exclusivamente a los reyes castellanos.
Entre otras obras suyas de notable interés, conviene recordar también la titulada Tratado del esfuerzo bélico heroico.
