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LiteraturaBiografía

Osorio Benítez, Miguel Ángel (1883-1942)

Poeta y periodista colombiano, perteneciente al así llamado grupo de los poetas malditos; que nació en Santa Rosa de Osos (Antioquia) y murió en Cudad de México. Miguel Ángel Osorio Benítez, firmó todos sus poemas con tres seudónimos principales: Maín Ximénez, que identificó definitivamente su poema Acua-Rimámtima; Ricardo Arenales, seudónimo que adoptó en Barranquilla en 1906 y Porfirio Barba-Jacob, por el que definitivamente sería conocido en la posteridad. Para artículos periodísticos utilizó otros seudónimos como Almafuerte, El Corresponsal Viajero, Cálifax, Junius, Juan Azteca, Juan Sin Miedo, Juan Sin Tierra.

En su primera juventud, fue un sencillo maestro de escuela rural en Antioquia, donde fundó la escuelita campesina "Escuela de la Iniciación". A los 23 años, habiéndose trasladado de Antioquia a Barranquilla, comenzó a publicar sus primeros poemas, entre ellos la "Parábola del retorno", muy conocida en Colombia. Con algunos amigos trovadores colombianos, se trasladó a México. Comienza así una vida de incesante recorrido por varios países de América, siempre alternando su tarea de periodista con su vocación de poeta. Establecido en Monterrey, fundó en esa ciudad la Revista Contemporánea y fue jefe de redacción del periódico El Espectador. Por sus ataques al régimen porfirista, pasó seis meses en la cárcel, de la cual fue sacado por los revolucionarios. Posteriormente, en México capital colaboró con El imparcial y El independiente, así como en la revista El Porvenir. De México se vio obligado a huir al publicar el reportaje periodístico titulado "El combate de la ciudadela narrado por un extranjero", que relata los sucesos que siguieron luego del asesinato del expresidente Francisco Madero. Pasó entonces a Guatemala en 1914, donde dejó honda huella literaria. En este año, su amigo el poeta y cuentista guatemalteco Rafael Arévalo, escribió su mejor cuento titulado El hombre que parecía un caballo, relato que se refiere a Barba-Jacob y que, al mismo tiempo que dio notoriedad al autor, señaló el inicio del forjamiento de la leyenda del poeta colombiano. También de Guatemala tuvo que huir, dejando a medio publicar su obra Tierras de Canaán. En 1915, viaja por segunda vez a Cuba (ya había visitado la isla en su primer viaje hacia México), donde compone sus poemas Canción innominada, Elegía de septiembre, Lamentación de octubre, Soberbia y Canción de la vida profunda, que es su poema más célebre. Tras pasar algunos meses en Nueva York, se trasladó a Honduras, donde fundó el diario Ideas y Noticias, en un pueblito del norte, La Ceiba. De Honduras pasó a El Salvador el 7 de junio de 1917, día en que ocurrió el terremoto que destruyó la ciudad. Osorio Benítez, escribió como homenaje su folleto El terremoto de San Salvador, narración de un sobreviviente. Regresado a Monterrey, fundó el periódico El Porvenir que llegaría a convertirse en un gran diario del norte de México. En 1920, se encontraba de nuevo en México capital, escribiendo crónicas espantosas y sensacionalistas, como la serie de cinco reportajes titulada Los fenómenos espíritas en el palacio de la Nunciatura. Los relatos se desarrollaban en el palacio que había sido destinado para residencia del Nuncio. El gobierno prohibió la entrada del representante papal, por lo cual el edificio quedó vacío y se convirtió más bien en sede de las orgías del poeta colombiano, quien entre otros excesos y extravagancias, se dedicaba por aquel entonces al consumo y exaltación de la marihuana. En esta época escribió poemas como "El son del viento", "Balada de la loca alegría", "Canción de la soledad" y otros. Durante el año 1921, dirigió la Biblioteca Pública del Estado de Jalisco, a donde fue a visitarlo el escritor español Ramón del Valle Inclán. Tuvo que dejar ese cargo debido a sus escándalos. Así mismo, al año siguiente fue expulsado de México a causa de las diatribas lanzadas contra el gobierno de turno. Volvió de nuevo a Guatemala, y logró hacer del periódico El Imparcial el más importante de toda Centroamérica. Viéndose expulsado de este país y luego también de El Salvador, se disfrazó de cura y se dedicó a la predicación a lo largo de las plantaciones bananeras de Honduras. En 1925, regresó por tercera vez a Cuba, donde simpatizó con los fundadores del partido comunista, pero un año más tarde estaba dirigiendo el periódico La Prensa de Lima. Caído en desgracia ante el gobierno de Perú, después de vagar largo tiempo en ambientes de miseria, el embajador de Colombia lo repatrió a su país. Habían transcurrido 20 años desde su salida. Durante tres años, recorrió diversos pueblos y ciudades de Colombia dando recitales de sus poemas. También se desempeñó como jefe de redacción de El Espectador de Bogotá. Más tarde viajó de nuevo a Cuba, donde se encontró con el poeta español Federico García Lorca. Finalmente, en 1930 se le abrieron de nuevo las puertas de México, y allí publicó durante varios años, en el periódico Excélsior su columna "Perifonemas", en una prosa magistral, no igualada por ningún otro periodista contemporáneo de América. Lastimosamente, sus artículos no han sido recogidos en un volumen. Por otra parte, el propio Barba Jacob no estimaba mucho su producción, dado que entendía su profesión de periodista como una mera forma de ganarse la vida. Nunca se preocupó de publicar sus propios versos, pues jamás se sentía satisfecho con sus escritos, sino que los pulía continuamente, pero sus poemas aparecieron en las más prestigiosas revistas del continente.
Todavía en vida del poeta, sus amigos le publicaron tres recopilaciones: Rosas negras (1932, en Guatemala); Canciones y elegías (1933, en México), La canción de la vida profunda y otros poemas (1937, en Manizales). Una cuarta recopilación fue publicada póstumamente en una imprenta oficial, con el título Poemas intemporales (1944). Miguel Ángel Osorio Benítez (Porfirio Barba-Jacob) murió en Ciudad de México consumido por la marihuana, el alcohol, la tuberculosis y la miseria.

Bibliografía

  • AMAYA GONZÁLEZ, Víctor, Barba-Jacob, hombre de sed y ternura, Bogotá, Minerva, 1957

  • VALLEJO, Fernando, Cartas de Barba-Jacob, Gradiva, 1992.

Autor

  • Cipriano Camarero Gil