A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U V W X Y Z
LiteraturaBiografía

Orton, Joe (1933-1969).

Dramaturgo inglés, nacido en Leicester en 1933 y fallecido en 1969. Perteneciente a una familia modesta -su padre era jardinero-, recibió una pobre educación escolar que dejó a medio completar cuando no fue capaz siquiera de aprobar el examen que había de darle acceso a la enseñanza media. Se matriculó entonces en un curso de secretariado, estudios que también abandonó al advertir que su verdadera vocación era el teatro.

Tras participar en varios grupos teatrales de aficionados, en 1951 consiguió ingresar en la Royal Academy of Dramatic Arst (RDA) de Londres, en donde entabló una íntima relación con Kenneth Halliwell. Durante varios años compartieron las mismas aventuras y los mismo sinsabores, en un empeño por llegar algún día a poder vivir de sus ingresos como escritores: se enfrascaron en varios proyectos comunes -sobre todo novelas- que, al ser sistemáticamente rechazados por todas las editoriales en donde los presentaban, obligaron a Orton y a Halliwell a aceptar cualquier otro empleo que pudiera asegurar su supervivencia en la capital londinense. A pesar de que estos escritos no poseían, en efecto, demasiada calidad literaria, fueron un magnífico caldo de cultivo para el desarrollo de ese estilo iconoclasta y corrosivo que a la postre se convertiría en la enseña inconfundible de la producción dramática de Orton.

Al tiempo que colaboraba con Halliwell en la redacción de tantas obras malogradas, Orton se fue volcando por su cuenta en la escritura dramática. Sin embargo, tampoco conseguía que ninguna de ellas fuera estrenada, por lo que continuaba permanentemente al lado de su compañero, inmersos ambos en proyectos y aventuras comunes. Una de estas peripecias llevó a ambos a la cárcel durante seis meses, a consecuencia de las pintadas trasgresoras que habían realizado en los volúmenes de una biblioteca.

Finalmente, en 1964 Joe Orton consiguió ver sobre un escenario una de sus piezas, la comedia titulada El realquilado, que llamó mucho la atención de críticos y espectadores por su forma de abordar sin prejuicios las relaciones sexuales entre las clases medias y bajas de los grandes núcleos urbanos. Poco después, la BBC asumió la producción y adaptación de otra pieza teatral de Orton, El rufián en la escalera (1964), que se convirtió en un gran éxito radiofónico, y a continuación se estrenó otra obra suya, Divirtiendo a Mr. Sloane (1964), que también fue muy aplaudida.

A partir de entonces, prestigiado ya con el marchamo de enfant terrible del teatro inglés contemporáneo, Orton se entregó a la redacción de varias piezas caracterizadas por sus diálogos ingeniosos y corrosivos, en los que ponía de manifiesto, valiéndose de estructuras teatrales cercanas al vodevil y al melodrama, el absurdo de las clases medias inglesas, sus miedos, sus tabúes, sus hipocresías y su mediocre existencia. Como suele ser norma habitual en el teatro de carácter satírico, estas piezas de Orton fueron muy apreciadas por los miembros de los mismos grupos sociales satirizados.

Así las cosas, en 1966 Orton volvió a recibir grandes elogios por una de sus mejores obras dramáticas, El botín, que llevaba a las tablas una ácida crítica de la corrupción policial, envuelta en un escándalo de sexo sucio, dinero ilegal y muertes violentas. Un año después, estrenó El siervo bueno y fiel (1967), a la que siguió Juegos fúnebres (1968), ambas merecedoras también del aplauso de críticos y espectadores. Pero su consagración definitiva le llegó cuando fue puesta en escena la pieza titulada Lo que vio el mayordomo (1969), una obra valiente y descarnada que ponía su lupa sobre las relaciones sexuales mantenidas en un manicomio.

Cuando había alcanzado el reconocimiento tantas veces soñado, Joe Orton murió a consecuencia de la brutal paliza que le propinó su amante Kenneth Halliwell, al parecer motivada por celos literarios. Poco tiempo después, Halliwell, abrumado por el remordimiento y por su fracaso como escritor, se quitó la vida con la ingestión de una dosis de barbitúricos. La turbulenta relación mantenida entre ambos compañeros fue objeto de una obra biográfica escrita por el periodista John Lahr, obra que enseguida se convirtió en un best-seller y que sirvió de base al director británico Stephen Frears para realizar su brillante película Ábrete de orejas.

Autor

  • JR