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HistoriaPolíticaBiografía

Ordoño III. Rey de León y Asturias (951-956)

Sexto rey de León desde el 5 de enero del año 951 hasta la fecha de su muerte. Nacido probablemente en el año 925 y muerto en Zamora en julio del año 956. Durante su breve mandato tuvo que hacer frente a la oposición de su hermano Sancho.

Hijo del rey de León Ramiro II y de la primera esposa de éste, Adosinda Gutiérrez, parece demostrado que Ordoño fue el segundo de los hijos del matrimonio, puesto que en la documentación su nombre aparece detrás del de su hermano Vermudo. En este sentido es necesario señalar que la identidad de la madre de Ordoño permaneció en las sombras durante muchos años, ya que Sapiro no la mencionó en su crónica, pero gracias a las Genealogías Navarras del Códice de Meyá sabemos que ésta fue miembro de una importante familia gallega. Ignoramos no obstante los motivos que indujeron a Ramiro a repudiar a Adosinda y las repercusiones que tuvo para Ordoño que su madre abandonara la Corte, a pesar de lo cual no se han encontrado indicios que permitan demostrar que éste sintiera algún tipo de resquemor hacia su padre, aunque todo apunta que pudo mantener algún contacto con la citada Adosinda cuando alcanzó la edad adulta.

Ordoño pasó los primeros años de su vida en la corte de su padre, instalada desde principios del año 926 en los territorios de Galicia puestos a su cargo, conocidos ya en la época con el nombre de Portugal. Pero muy pronto abandonó estas tierras, ya que cuando contaba aproximadamente con 5 años se trasladó junto a su familia a la Corte de León, lugar donde Ramiro fue proclamado rey en el año 931. De este modo está documentada la presencia de Ordoño en el séquito del nuevo monarca desde fechas muy tempranas, como lo demuestra el hecho de que encontremos su firma en un documento del 22 de abril del año 932. Así parece que Ramiro II se mostró muy interesado en que sus hijos desde su infancia se involucraran en los asuntos del gobierno y por tanto es probable que Ordoño iniciara su educación bajo la atenta vigilancia del monarca, el cual debió prestar gran atención a que su formación militar fuera lo más completa posible.

En el año 941 la vida de Ordoño debió cambiar radicalmente, puesto que tras la muerte de su hermano mayor, Vermudo, se convirtió en uno de los personajes más sobresalientes de la corte de Ramiro II, en su calidad de hijo primogénito. Durante los años siguientes existen pruebas fehacientes que permiten afirmar que Ordoño permaneció junto a su padre en todos los actos públicos que presidió el monarca, lo cual puede ser una señal inequívoca de que participó de forma activa en algunas de las campañas militares dirigidas por éste, especialmente en aquellas que le enfrentaron al conde de Castilla, Fernán González, y al conde de Saldaña, Diego Muñoz, desde aproximadamente el año 943. De este modo si tenemos en cuenta el relato de Sapiro, es posible advertir que mucho antes de pensar en su renuncia, Ramiro II tomó en consideración la futura posición de su hijo, ya que con fin de saldar definitivamente los conflictos con el citado Fernán González, concertó su matrimonio con Urraca Fernández, la hija de éste. Dicho matrimonio que en opinión del mismo cronista se celebró antes del año 946, en opinión de Justiniano Fernández no debió llevarse a cabo hasta el año 950, puesto que las relaciones entre el conde Castilla y Ramiro II no estuvieron normalizadas hasta aproximadamente el año 947. Por otro lado a pesar de que Urraca no aparece en la documentación cortesana hasta la proclamación de Ordoño, su presencia queda sólidamente demostrada junto a éste desde el año 951, motivo por el cual parece infundado el supuesto de que ésta fue repudiada antes de la muerte del monarca y que el futuro Vermudo II, único descendiente del matrimonio, fuera el producto de las relaciones amorosas de éste con alguna dama de la corte.

Ordoño III recibió el poder el 5 de enero del año 951, tras presenciar la abdicación formal de su padre ante los personajes más importantes del reino. Descrito por Sapiro como: "Varón de satisfactoria prudencia y muy capacitado parar organizar ejércitos" parece cierta esta afirmación, ya que el nuevo rey demostró en varias ocasiones su gran pericia en el manejo de las armas. Pero hay que añadir que sí por algo destacó fundamentalmente Ordoño III fue por su amplio conocimiento de las distintas instituciones y sobre todo de la administración. A pesar de lo cual muy pronto el monarca tendría que hacer frente a una peligrosa situación, ya que tuvo que enfrentarse en el año 955 a un importante contingente de tropas navarras y castellanas, confabuladas para instaurar en el trono a su hermano Sancho, el cual había albergado esperanzas de suceder a su padre, por no mencionar, según atestiguan las fuentes musulmanas, que sintió desde su juventud una profunda antipatía por Ordoño.

De este modo parece demostrado que el citado cuerpo expedicionario tenía previsto reunirse en Sahagún, para desde allí iniciar la conquista del reino, por lo que Ordoño decidió organizar sus defensas en la línea fluvial del Cea, lugar en el que contó con el inestimable apoyo del conde de Monzón, Fernando Ansúrez. De este modo el ejército navarro-castellano se encontró con un poderoso baluarte defensivo, prácticamente inexpugnable, que deshizo por completo sus esperanzas de obtener la victoria, por lo que retrocedieron rápidamente. Pero la tranquilidad no llegó para Ordoño III tras esta primera victoria, ya que poco después tuvo que partir a la llamada tierra Llana de Lugo, donde parece que se habían iniciado un importante movimiento de oposición, puesto en relación por algunos autores con la anterior rebelión castellana. No tardó Ordoño en hacer valer su autoridad en tierras gallegas, tras conducir personalmente a su ejército, y con el fin de evitar nuevos conflictos, entregó a un familiar el gobierno efectivo de la zona.

Animado por sus recientes triunfos y en vista de que contaba con un poderoso ejército, decidió emprender una campaña en tierras portuguesas. Así partió de las riberas del Miño y tras reforzar sus defensas en Coimbra, marchó hacia Lisboa donde obtuvo un importante botín y un gran número de prisioneros. De regreso en su reino, recibió la noticia de que un ejército musulmán se encontraba en las proximidades del Duero, concretamente en San Esteban de Gormaz, causando notables apuros a Fernán González, que desbordado por el gran número de enemigos, decidió someterse a la autoridad del monarca y solicitar su ayuda. Ordoño III colaboró efectivamente con el conde y poco después los musulmanes tuvieron que retirarse de estas tierras, aunque en opinión de los cronistas árabes se trató de una victoria parcial, ya que leoneses y castellanos iniciaron rápidamente las negociaciones de paz con Abd al-Rahman III. Pero según apuntan fuentes cristianas, el rey en ningún momento intentó firmar la paz con Córdoba, puesto que pasó el invierno siguiente preparando una expedición en contra de sus enemigos del exterior.

No se llevó a cabo la proyectada expedición, puesto que el monarca murió en el verano del año 956, tras ponerse al frente de sus tropas en la ciudad de Zamora, por causas naturales. Sus restos mortales fueron trasladados inmediatamente a la ciudad de León, donde fueron depositados en la iglesia del Salvador.

Bibliografía

  • CASARIEGO, J. E. Crónicas de los Reinos de Asturias y León. (León, Everest, 1985).

  • FERNÁNDEZ CATÓN, J. M. El reino de León en la alta Edad Media. La monarquía astur-leonesa. De Pelayo a Alfonso VI (718-1109). (León, Taravilla, Impresor, 1995).

Autor

  • Cristina García Sánchez