A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U V W X Y Z
PolíticaHistoriaBiografía

Oliveira Lima, Manuel de (1867-1928).

Diplomático brasileño, uno de los más importantes historiadores de su país, nacido en Recife, capital de Pernambuco, el 25 de noviembre de 1867 y muerto en Washington el 24 de marzo de 1928. Dejó una extensa obra escrita.

Sus padres Luís de Oliveira Lima y Maria Benedita eran oriundos de Portugal y habían marchado a Recife a probar fortuna. Cuando Oliveira Lima contaba apenas seis años, volvieron a Lisboa por motivos de salud; el clima de esta capital les favorecía más. Su educación primaria y secundaria la pasó en dos colegios, fue primero al Colegio Lazarista, donde aprendió a hablar bien el francés y más tarde a la Escuela Académica, de la que conservó muy buenos recuerdos, sobre todo de su director, Antonio Florencio dos Santos, quien, según cuenta en su libro Memorias, le tiraba de las orejas y le decía: “es un diabo, mas muito ben creado”.

Su talento para la historia se reflejó desde que era pequeño, con tan sólo 11 años fue felicitado por el tribunal que lo examinó de esa materia. Pero hacia otras sintió un gran rechazo, como las matemáticas y sobre todo por la física. Tampoco sus habilidades manuales destacaron. Siguió su formación en la universidad de Lisboa, donde consiguió su título de doctor en Filosofía y Letras en 1888. Durante ese periodo de estudios dedicó mucho tiempo a profundas investigaciones de carácter histórico que le aportaron materiales muy valiosos para sus escritos posteriores.

Con su formación terminada, empezó a colaborar en periódicos brasileños y portugueses, como en el Reporter, donde destacó por su apoyo a la campaña en contra de la abolición de la esclavitud en Brasil. También contactó y prestó diversos servicios a diplomáticos brasileños establecidos en la sede de ese país en Lisboa, especialmente con Lopes Gama, con el barón de Carvalho Borges y con el también barón Aguiar de Andrada.

En 1891 se casó con Flora Cavalcanti de Albuquerque, perteneciente a una ilustre familia brasileña, que le acompañó en todos sus viajes. Un año antes, con tan sólo 23 años, entró en el cuerpo diplomático, éxito explicable por su gran poder de síntesis, su carácter serio y su temperamento estudioso. Su primer cargo fue de agregado adjunto en Lisboa, siendo nombrado secretario al año siguiente. Pasó a la delegación en Berlín como sub-jefe, trabajando por tres años, junto al barón de Itajubá. Volvió a Río de Janeiro por un año, que pasó entregado a la investigación. En 1896 fue destinado a Washington con categoría de primer secretario, bajo las ordenes de Salvador de Mendonça; durante esa estancia, que duró hasta 1900, escribió un libro sobre los Estados Unidos. Más tarde se incorporó a la delegación en Londres donde no estuvo mucho tiempo pero sí el suficiente para conocer personalidades brasileñas como Joaquim Nabuco, José Carlos Rodrigues, Eduardo Prado y Graça Aranha. Su siguiente destino, hacia 1901, fue Tokio, allí estuvo tres años y pudo terminar un libro sobre Japón. En 1904 marchó a Caracas, pasando antes un corto periodo en Perú; Venezuela no le gustó demasiado. En 1907 fue nombrado jefe en la delegación de Brasil en Bruselas, al mismo tiempo llevó la sede de Suecia. En 1913 se le vetó ser máximo dirigente de la delegación en Londres, por ser monárquico.

Oliveira Lima, como Joaquim Nabuco temió a la República. Su amor a la monarquía le llevó a un cariño y a una añoranza exagerada hacia ella. Esto se reflejó en muchos de sus escritos y en las conferencias que impartió. Según creía, la monarquía, con todos sus defectos, había librado a Brasil del caudillismo iberoamericano y sus hombres de gobierno habían sabido respetar la dignidad humana. La amistad que mantuvo con algunos personajes republicanos, como Salvador de Mendonça y Euripides da Cunha, moderó su gran nostalgia a la monarquía, así como su recelo hacia la República.

Simultaneó su carrera diplomática con seminarios, conferencias y cursos, como el que impartió, en 1911, en la Facultad de Letras de la Sorbona en París titulado “Formación histórica de la nacionalidad brasileña”, publicado en dos volúmenes por esa misma universidad. Un año antes había pronunciado una conferencia sobre la obra literaria del novelista brasileño Machado de Assis y en 1912 recorrió varias ciudades norteamericanas comenzando por la universidad de Stanford.

Sus estudios y sus investigaciones mostraron su afecto, profundo y sincero, hacia Brasil y Portugal y estuvieron dirigidos a su historia pasada y presente, a su literatura, cultura e instituciones. Destacó su inclinación hacia lo humano, con una filosofía de lo social más que a lo político.

También escribió ensayos históricos diplomáticos sobre el continente americano y particularmente de Brasil. Antes de los treinta años tenía ya escritos tres libros: Pernambuco, seu desenvolvimento histórico, Aspectos da literatura colonial y Sete anos de República. Con este último libro, publicado en francés en 1896 por la Nouvelle Revue, cuando era secretario en la delegación de París, quiso explicar a los europeos el nuevo régimen brasileño. Su obra más importante, publicada en 1909, Dom Joao VI fue originariamente escrita en francés, idioma que dominó con gran soltura, y traducida posteriormente al portugués. De ella y de su libro Formación histórica de la nacionalidad brasileña, dijo Gilberto Freyre: “sao talvez os dois melhores trabalhos que Oliveira Lima nos deixou”. Destacó también su libro O movimento da Independencia (1922). Otras obras suyas fueron Memória sobre o descobrimento do Brasil, America latina e America inglesa (1913), Nos Estados Unidos y No Japâo.

Su actividad literaria también le llevó a tratar temas relacionados con el panamericanismo y cuestiones diplomáticas, con ideas claras y precisas, en periódicos y publicaciones como el Diario de Pernambuco, La Prensa de la capital argentina, la Revista Portuguesa y el Diario de São Paulo, en el cual gozó de una gran libertad de expresión.

Gilberto Freyre, que lo conoció por primera vez cuando fue a visitarlo a su casa siendo alumno de un colegio en Recife, describió con las siguientes palabras el físico de Oliveira Lima en su libro Regiâo e Tradiçâo así: “[...] Oliveira Lima apareceu na sala, gordo e inmenso. Un gigante [...]”. La amistad, que perduraría siempre entre ambos, comenzó en ese momento. Freyre reconoció, también en ese libro, que después de Franz Boas, fue él, quien más influencia tuvo en su formación. Miembro fundador de la Academia Brasileña de Letras, ocupó el sillón número 39 en 1903. Elogio de Varnhagen (véase Francisco Adolfo de Barnhagen) fue el título de su discurso magistral de entrada en la Academia. También perteneció al Instituto de Historia y Geografía Brasileña, así como a otras instituciones científicas y culturales.

Ya jubilado, fue primero a Londres pero fijó, definitivamente en 1918, su residencia en Washington y siguió con los escritos históricos. Colaboró y prestó importantes servicios en la universidad católica de esa ciudad estadounidense, donde también enseñó derecho internacional. Fundó en ella la biblioteca en 1916, comenzando por unos 16.000 volúmenes que se extendieron a 46.000 entre manuscritos, series, colecciones y otros materiales impresos que más tarde donaría a la universidad. Hoy día, es la más importante biblioteca luso-brasileña en los Estados Unidos, cuyos fondos abarcan la historia y cultura del mundo lusohablante.

Sus Memorias, escritas desde su estancia en Washington, fueron publicadas póstumamente por su mujer en 1937, según su propio deseo. Se trata de un documento lleno de interés humano e histórico, donde se narran curiosidades y anécdotas de personalidades y hombres conocidos, sobre todo diplomáticos, políticos y escritores, con quienes Oliveira había tenido un contacto privilegiado, haciéndolos sentir más próximos. Estas Memorias también tuvieron una gran repercusión por sus revelaciones intimas y apreciaciones críticas.

Muchas fueron las cualidades que destacaron en Oliveira. Era un hombre independiente y sincero, con opiniones propias que incluso a veces le llevaron a tomar actitudes incómodas y arriesgadas, como demostró en su paso por la delegación de Venezuela, donde se enfrentó al dictador Cipriano Castro al mostrarle su disconformidad por su trato improcedente con el cuerpo diplomático, especialmente con el delegado francés, Taigny. Como escritor fue incansable, como demuestra su gran número de publicaciones tanto en periódicos como en revistas. Fue un hombre respetado y querido, cuya mayor pasión fue la paz. Esta frase quedó grabada sobre su tumba: “aquí jaz un amigo dos livros”

Bibliografía

  • OLIVEIRA LIMA, M. Formaçâo historica da nacionalidade brasileira. Río de Janeiro, 1944.

  • OLIVEIRA LIMA, M. La evolución histórica de America Latina. Madrid, 1916.

  • OLIVEIRA LIMA, M. Memorias. Río de Janeiro, 1937.

  • ORBAN, V. M. Manoel de Oliveira. Lima, 1908.

T. Bandrés Sierra

Autor

  • 0201 TBS